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24/10/10

Historias de "San Rafael"

Celebramos hoy la Fiesta del Glorioso Arcángel San Rafael custodio de nuestra Córdoba y he querido compartir con todos vosotros algo personal.

Aunque no sea el primogénito, mis padres me impusieron como cordobés el nombre de Rafael en el feliz día de mi bautizo y, en mi casa natal de la cordobesa calle Julio Romero de Torres, el tejado del castillete de la caja de la escalera que daba a la azotea, estaba rematado con una antigua y oxidada veleta con la silueta de San Rafael.

Cuando tristemente se quemó la Iglesia de La Merced, el 29 de enero de 1978, se descubrió en el testero del coro calcinado un gran fresco de pincel anónimo, que relataba una historia lejana, sucedida en Córdoba hace nada más y nada menos que setecientos años: La aparición por primera vez en Córdoba del Arcángel San Rafael en 1274 al comendador de la orden Mercedaria Fray Simón de Souza, un hombre justo, que oró transido de piedad por sus paisanos durante cien días y cien noches hasta que la irresistible fuerza de su oración alcanzó de Dios la “Divina Medicina” contra la terrible y feroz “peste negra” que había invadido la ciudad. Y así, el bienaventurado protector Rafael se apareció al hombre bueno, le contó la celeste decisión y la peste cesó de inmediato. Fue grande el júbilo de los cordobeses.

Tan prodigioso suceso debería ser recordado en los siglos venideros, y para lograrlo, los escasos sobrevivientes acordaron dar en lo sucesivo su nombre a los primogénitos que viniesen a este mundo. También se acordó tras las indicaciones de tan Celeste Amigo rematar la torre de la catedral con la figura de tan poderoso protector y posteriormente lo fue también la torre de la basílica menor de San Pedro.

De esta manera me siento parte viva de esta tradición de agradecimientos y, aunque ya no viva en ese domicilio, los moradores de las casas de Córdoba que permanentemente exponen sobre la más alta cota de la casa la amable figura del celeste custodio, nos sentimos a cubierto bajo las alas protectoras de tan hermoso “archiángel”.

No os cuento nada más que una pequeña cosa con una dosis de fe aunque tierna y hermosa para mí, que me habla mucho del amor que me han tenido quienes me precedieron y cuidaron.

También me parece oportuno comentar que era una costumbre muy bonita, hasta no hace mucho tiempo, el que se instalara la amable figura de nuestro santo custodio en las entradas a la ciudad de Córdoba, incluso para los que se bajaban o subían al tren,

Lamentablemente parece que hoy día las instituciones públicas se han olvidado de tan valioso protector y no hay el menor interés en hacer presidir al Custodio de Córdoba la nueva entrada y salida de la ciudad que es el Puente de Andalucía donde figuran otros símbolos más asépticos y laicos (el símbolo de Hércules y la Junta de Andalucía).

Uno de los últimos "triunfos" erigidos en Córdoba a San Rafael fue el de Ruiz Olmos en la entrada a Córdoba desde el puente del mismo nombre. Fue inaugurado en 1953 por Franco y Cruz Conde. El último (según Primo Jurado) podría haber sido el San Rafael del antiguo estadio de fútbol, pero fue destruido en 1992 (si, si, destruido) por falta de sensibilidad del gobierno municipal. No obstante una nueva imagen de nuestro Custodio ha sido emplazada en el estadio Nuevo Arcángel hace un par de años a iniciativa del Córdoba C.F.
Quiero aprovechar la ocasión (ya que hay que estar rezando siempre y en todo momento) para mandaros esta preciosa oración casi lírica, de la que desconozco el inspiradísimo autor, para glorificar a nuestro custodio santo que encontré hace un año o más en www.corazones.org:


Oración a San Rafael Arcángel.

Gloriosísimo príncipe San Rafael antorcha dulcísima de los palacios eternos, caudillo de los ejércitos del todopoderoso, emisario de la divinidad, órgano de sus providencias, ejecutor de sus ordenes, secretario de sus arcanos, recurso universal de todos los hijos de Adán, amigo de tus devotos, compañero de los caminantes, maestro de la virtud, protector de la castidad, socorro de los afligidos, médico de los enfermos, auxilio de los perseguidos, azote de los demonios, tesoro riquísimo de los caudales de Dios. Tu eres ángel santo, uno de aquellos siete nobilísimos espíritus que rodean al trono del Altísimo.

Confiados en el grande amor que has manifestado a los hombres, te suplicamos humildes nos defiendas de las asechanzas y tentaciones del demonio en todos los pasos y estaciones de nuestra vida, que alejes de nosotros los peligros del alma y cuerpo poniendo freno a nuestras pasiones delincuentes y a los enemigos que nos tiranizan, que derribes en todas partes y principalmente en el mundo católico el cruel monstruo de las herejías y la incredulidad que intenta devorarnos.

Te pedimos también con todo el fervor de nuestro espíritu, hagas se dilate y extienda mas el santo evangelio, con la práctica de la moral. Que asistas al romano pontífice y a los demás pastores y concedas unidad en la verdad a las autoridades y magistrados cristianos.

Por último te suplicamos nos alcances del trono de Dios a Quién tan inmediato asistes, el inestimable don de la gracia, para que por medio de ella seamos un día vuestros perpetuos compañeros en la gloria. Amen.

1 comentario:

  1. Yo uso esta pequeña jaculatoria:

    Señor San Rafael, protector mío y de mi familia, dígnate interceder con Dios por nosotros; entra en mi hogar como entraste en el de Tobías.

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