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30/12/08

El Padrenuestro en arameo

Caviezel, caracterizado como Jesucristo en La Pasión, de Mel GibsonEl Padrenuestro, recogido en Mt 6, 9-13 y Lc 11. 1-4, es la oración básica de un cristiano para dirigirse a Dios. Jesús nos la enseñó expresamente en los citados evangelios y como consecuencia no hay mejor manera para orar al Padre.

Aún se conservan textos originales de los Evangelios en griego, pero según el análisis lingüístico de esos textos y el conocimiento de los diferentes dialectos que se hablaban en Palestina en el inicio de la era cristiana, no hay dudas de que Jesús se comunicaba con las demás personas utilizando el arameo, concreta y muy posiblemente un dialecto del mismo conocido como arameo de Galilea.

A la mayoría de cristianos nos resulta seguramente de un gran interés una posible formulación en arameo galileo del Padrenuestro, nos preguntamos cómo les transmitiría Jesús a sus discípulos esa plegaria que diariamente hacemos nuestra, cómo se la expresaría tras ser consultado sobre cómo orar al Padre, algo que sus discípulos veían hacer constantemente a Jesucristo.

Texto arameo del padrenuestroLa imagen de la izquiera reproduce el texto del Padrenuestro escrito en arameo.










Y a continuación reproducimos el Padrenuestro escrito en arameo, en pronunciación figurada y su traducción aproximada al español:

Avvon d-bish-maiya
Padre nuestro que estás en los cielos

nith-qaddash shim-mukh
santificado sea Tu nombre

Tih-teh mal-chootukh
Venga a nosotros Tu Reino

Nih-weh çiw-yanukh:
Hágase Tu voluntad

ei-chana d'bish-maiya:
En la tierra

ap b'ar-ah
Como en el Cielo

Haw lan lakh-ma d'soonqa-nan yoo-mana
Danos hoy nuestro pan de cada día

O'shwooq lan kho-bein:
Perdona nuestras ofensas

ei-chana d'ap kh'nan shwiq-qan l'khaya-ween
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Oo'la te-ellan l'niss-yoona:
Y no nos dejes caer en la tentación

il-la paç-çan min beesha
Y líbranos del mal

Mid-til de-di-lukh hai mal-choota
Porque Tuyo es el Reino

oo khai-la oo tush-bookh-ta l'alam al-mein
El Poder y la Gloria por los siglos de los siglos

Aa-meen
Amén

Para que quien lo desee pueda orar en arameo, presumiblemente con palabras similares a las utilizadas por Nuestro Señor, hemos preparado un video sencillo, desprovisto de adorno para resaltar el sonido del arameo galiléico y para poder repetirlo. Esperamos que os guste:



Al respecto del texto arameo que acabamos de presentar, quisiéramos añadir una versión adicional aportada por el padre Jesús Luzárraga, publicada en el libro "El Padrenuestro desde el arameo", Analecta bíblica 171, Roma 2008, que recoge el estudio que el autor hace sobre los posibles textos arameos originales subyacentes al Padrenuestro en su versión griega del Nuevo Testamento:

"Padre nuestro, que estás por encima de todo:
manifiesta tu modo de ser, ejercitando tu soberanía
según tu plan salvífico universal.
Danos siempre el alimento para nuestra vida;
y perdona nuestros pecados,
como nosotros perdonamos ya a los que nos ofenden.
Haz también que no nos metamos en peligros,
y tú líbranos del mal".

Finalmente, el texto arameo contemplado a lo largo de todo este artículo ha sido cantado en miles de ocasiones, una de las cuales, muy hermosa, es la recogida en el siguiente vídeo:



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29/12/08

Representación de la Navidad por algunos grupos de Primera Comunión

Los niños y niñas de los grupos de catequesis de Primera Comunión del presente curso escolar representaron el pasado miércoles 17/dic, coordinados por sus catequistas, un resumen de las principales escenas de la Navidad, incluyendo la llegada a Belén de María y José, la búsqueda de alojamiento con parientes y en la posada, la Anunciación a los pastores, el Nacimiento y todo ello narrado, leido y declamado con mucha simpatía por los propios niños.

Es importante realizar y asistir a esta clase de eventos pues tienen numerosas vertientes todas ellas valiosas. Al evidente aspecto catequético se le une el hecho de ser una actividad de ocio, lo que la hace más atractiva y favorece que los niños perciban la vida parroquial como lo que esencialmente es: un encuentro en comunión con el resto de hermanos de la parroquia.

Ese sentimiento de hermandad, cercanía, complicidad y apoyo de la parroquia es por cierto algo que deberíamos recordar los mayores puesto que nuestra parroquia es esencialmente eso, y tal idea constituye buena parte del leitmotiv de este sitio web: ser espacio de reunión y acercamiento a la parroquia para todos sus miembros.

Por otra parte, estas actividades contribuyen a visibilizar nuestra fe, transmitiendo a los niños una normalidad en la expresión de la misma que nos debería acompañar a todos los cristianos.

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28/12/08

La Sagrada Familia

Lecturas: Eclesiástico 3, 2-6. 12-14 // Salmo 128 // Colosenses 3, 12-21 // Lucas 2, 22-40

Cuadro de Murillo en el que se muestra una escena familiar con San José jugando con el niño Jesús y María cosiendo a su ladoEste primer domingo después de Navidad, celebramos la fiesta de la Sagrada Familia. En este mundo donde la familia está en jaque, nos toca a nosotros las familias cristianas defender que es posible vivir cristianamente en nuestros días. Es posible y es palpable que hay familias que tienen a Cristo en el centro de sus casas, que tienen el Evangelio como constitución y que tienen a la Santa Madre Iglesia como ejemplo de madre y familia. Es obvio, comprobar como en nuestras misas de las doce de la mañana en nuestra parroquia, se comprueba que hay muchas familias en nuestro barrio que viven cada domingo unidos la fe en Cristo Jesús. Es una alegría ver la parroquia con niños y niñas, padres, madres, abuelos y abuelas, familias que desde el más pequeño al mayor se reúnen para celebrar a Cristo resucitado en el Sacramento de la Eucaristía.

Las lecturas de este domingo nos presentan cuáles deben ser las características de la verdadera familia cristiana. En el libro del Eclesiástico se nos recuerda que debemos honrar a nuestros padres, como dice el tercer mandamiento de la ley de Dios, que la verdadera familia cristiana es la que respeta, ama, y valora a sus mayores, a los niños y a los padres y entre ellos hay respeto y amor. La carta de San Pablo a los Colosenses, nos describe las virtudes de la familia cristiana: perdón, misericordia, sobrellevarnos mutuamente con amor, amor mutuo, respeto y caridad. Que los padres amen y no exasperen a sus hijos. Que los hijos obedezcan y amen a sus padres. Que el amor mutuo sea el ceñidor de la unidad.

Muchas veces oímos los derechos de los niños, o de los padres, o de los ancianos. Son necesarios y es justo que la sociedad civil declare y proclame estos derechos, pero para nosotros los cristianos hay algo que supera a estas leyes: "Amaos unos a otros como yo os amo". Si unos padres aman, quiere profundamente a sus hijos como frutos de su amor y de la gracia de Dios, no maltratarán a los niños, los educarán, los protegerán, darán su vida por ellos. Si unos hijos aman profundamente a sus padres, los respetarán, los obedecerán y los criterios de relación entre ellos y con ellos serán los que Jesús nos dice en el Evangelio.

Fiesta de la Familia, mirando el ejemplo de la Sagrada Familia. Jesús pasó treinta años bajo la autoridad de José y María. Treinta años viviendo como cualquiera de nosotros, en la sencillez y humildad del trabajo y la vida diaria. Tres años predicando, haciendo milagros, cuidando a los pobres, etc. Treinta siendo como cualquier familia. Esto nos muestra cual es el verdadero camino de nuestra santidad, sed santos en familias santas. Santos no significa que seamos "mojigatos", como pretenden escenificar los medios de comunicación. Cuando presentan la familia cristiana lo hacen casi como unos tontos, unos despistados y "beatones absurdos". ¡ Que gran mentira! Contemplemos nuestras familias, las misas de nuestra parroquia, nuestros grupos cristianos, ¿somos así? Yo diría que no. Aquí se respira alegría, gozo, fraternidad, solidaridad con los más pobres, cantos,...

Seamos testigos de la familia cristiana como verdadero camino de felicidad y de madurez humana y de fe. Que el ejemplo de la Sagrada Familia y su poderosa intercesión bendiga, ayude y fortalezca a todas las familias de nuestra parroquia.

Tomás Pajuelo. Párroco

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24/12/08

¡FELIZ NAVIDAD!

Cuadro Adoración de los Pastores de Murillo

Desde la Parroquia del Beato Álvaro de Córdoba os deseamos a todos una ¡FELIZ NAVIDAD!.

Que Jesús llene vuestras vidas, os ilumine y acompañe siempre.

Enmanuel, ¡Dios con nosotros!

Natividad del Señor

Lecturas:

->Medianoche: Isaías 9, 1-3.5-6 // Salmo 95 // Tito 2, 11-14 // Lucas 2, 1-14 

->Día 25: Isaías 52, 7-10 // Salmo 97 // Hebreos 1, 1-6 // Juan 1, 1-18 

Esta noche mágica, este día de la Navidad, celebramos que:

Hace muchos siglos, cuando las noches eran interminablemente largas
y la luz del día se resistía aparecer en el horizonte.
Cuando los hombres dejaron de darse la mano
y de ofrecerse, los unos a los otros, como ayuda en el camino.

Hace muchos siglos, cuando las injusticias
se desplegaron como un inmenso paraguas
sobre los más pobres y necesitados.
Cuando miles de hombres miraban hacia el cielo
esperando respuestas que, a pie llano, se les negaba.
Hace muchos siglos se comenzó a hablar del Nacimiento de un Niño
Un Niño que, con rostro de humano, sería semblante de Dios
Un Niño que, al venir, cumpliría promesas, deseos y sueños de la humanidad
Un Niño que, cuando vino, convirtió el mundo en un remanso de paz
Un Niño que, cuando apareció, se vio el brillo de la bondad
Un Niño que, cuando nació, vino con un corazón rebosante de paz
Con unas manos llenas de amor
Con miradas y llantos con sabor a Dios.

Hace muchos siglos, en Belén, en el silencio
el amor habló de una forma infinitamente humilde:
¡Dios se hizo hombre!
El cielo se rebajo a nivel de la tierra
La humildad asomó por todos sus costados
El perdón y la paz, alcanzó a toda buena voluntad

Pero, hoy, al igual que entonces
Dios sigue naciendo en el pesebre de cada persona
Dios flota en las aguas del Misterio
Una VIDA NUEVA emerge vigorosa y con sabor a cielo
Una ilusión llama a la puerta de nuestra tristeza de nuestro desencanto
¡ES NAVIDAD!
Y, como aquella primera Navidad de hace 20 siglos,
el cielo regala abundancia de dones
lo celestial nos contagia la alegría que el mundo nos arrebata
la Morada de Dios nos llena, con impulsos de una humanidad nueva.
¡ES NAVIDAD!
No dejéis que corra más el tiempo:
¡Viene el Señor!
Y, cuando viene el Señor, lo hace en silencio y sin ruido
Saldrá de unas entrañas virginales, de Aquella que dijo “SI”
Y, crecerá, al amparo de la sabiduría y entereza de un tal José
¡Viene el Señor! ¡Es Navidad!
Lo grande, no tiene cabida en Belén; ahí triunfa lo pequeño
El Amor, tiene música y partitura propia: Dios nos ama
Lo viejo pasa y comienza lo nuevo; Dios en persona amanece
Un gran regalo se nos ofrece; una vida estremecida y humillada
Es regalo de Dios; ofrenda para todos y cada uno de los hombres
Entre maderas vendrá el Señor
Y, en dos maderos, se irá el Señor
En tablas viene el amor,
Crucificado entre tablas, nos vendrá la Redención
En silencio, nacerá Dios
En silencio, se nos irá el Señor
Pero, mientras tanto, ¡Es Navidad!
Fuente inagotable de lo que nunca se agota en Dios: el AMOR
Gracia que recompensa toda espera: EL AMOR DE DIOS
Fuego que nunca podrá apagarse: EL AMOR DE DIOS
Paz y amor reverberando: EL AMOR DE DIOS
Caricia de Dios al hombre: EL AMOR DE DIOS
Beso de Dios a nuestro barro: EL AMOR DE DIOS
Reparto de fe y de esperanza: EL AMOR DE DIOS
Contagio de fraternidad y alegría: EL AMOR DE DIOS
¡ES NAVIDAD! ¡DIOS BAJA A LA TIERRA!


Esta es la realidad que hoy celebramos. Durante cuatro semanas nos hemos preparado para que en este día sea una realidad en nuestras vidas el nacimiento de Cristo.

Es cierto que hoy rememoramos el hecho histórico del nacimiento del Hijo de Dios, hace 2008 años, en Belén de Judea. En un tiempo concreto, en un lugar real, en un pueblito pequeño y en medio de una gente que pudo constatar el nacimiento de aquel niño en un portal.

Para nosotros es mucho más, es el nacimiento real de Cristo Salvador, en nuestra vida concreta de hoy. Que la Gracia de Dios habite en nosotros, que nos llenen de paz, de amor, de familia, de fe.

Como párroco y pastor del Beato Álvaro de Córdoba os deseo de todo corazón una Feliz Navidad un próspero año nuevo.

¡Que el Niño Dios nacido en Belén os colme de su paz, amor y bendición a todas las familias de nuestro barrio!

A veces nosotros mismos oscurecemos la navidad con nuestros egoismos y pecados por eso sintamos la llamada apremiante del Señor que nace a hacerlo presente con la luz de nuestras obras y de nuestro testimonio coherente de fe. Ojalá cada uno de nosotros fuéramos una colgadura andante que proclamara: Enmanuel, ¡Dios con nosotros! Dios está en medio del mundo.

Tomás Pajuelo. Párroco

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21/12/08

«Darás a luz a un hijo y le pondrás por nombre Jesús»

Domingo IV de Adviento. 21 de diciembre.

Lecturas: 2º Libro de Samuel 7, 1-5.8b-12.14a.16 // Salmo 88 // Romanos 16, 25-27 // Lucas 1, 26-38

Imagen de un retablo renacentista que recoge la escena de la AnunciaciónEstamos a las puertas del Nacimiento de Cristo. Parece mentira que ya hayan pasado cuatro semanas desde que empezamos a prepararnos para la venida del Mesías y ahora estamos a setenta y dos horas del gran día.

Lo primero que se me viene a la mente es una pregunta: ¿Hemos preparado de verdad nuestras vidas para recibir a Cristo que nace? Es algo que surge ante la dura realidad de nuestra vida, tenemos buenas intenciones, pero el pecado y nuestra debilidad, unidos a nuestras vidas ajetreadas y estresantes hace que no pongamos todo nuestro empeño en la conversión.

Las lecturas de hoy nos ponen ya ante el inminente nacimiento de Jesús. La lectura del Antiguo Testamento nos recuerda la promesa que recibió el rey David: "de tu casa nacerá el Mesías". Es cierto que el nacimiento de Cristo en Belén no fue fruto de la improvisación o de un capricho del propio Jesús. Es la culminación de una historia de Salvación cuyos protagonistas son Dios y el hombre de todas las épocas. Culminación de un montón de promesas siempre cumplidas por Dios y no siempre por nosotros, los hombres.

"Nunca es tarde si la dicha es buena", dice el refrán. Aprovechemos estos últimos días para dar el golpe final al pecado y prepararnos convenientemente para celebrar "como Dios manda" la Navidad. Parece un contrasentido esta llamada, pero debemos promover la vivencia CRISTIANA del nacimiento de Cristo. Navidad no es comprar, no son regalos, no son fiestas... NAVIDAD ES CRISTO HECHO HOMBRE PARA SALVARNOS.

Procuremos sacar unos minutos en este fin de semana para orar y reflexionar este gran misterio del nacimiento de nuestro Salvador.

Como párroco y pastor os quiero desear a todos, a vuestros seres queridos, a todos los que viven en nuestro barrio una sincera y verdadera:

¡¡¡¡ FELIZ NAVIDAD !!!!


Tomás Pajuelo. Párroco

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Recomendación: Relatos de Navidad

Imagen de la portada del libroEn estas fechas tan entrañables aprovechamos esta página para recomendar este libro recientemente publicado, y que nos resulta muy cercano, tanto por su contenido, como por su autor, don Antonio Llamas, profesor de Ciencias Bíblicas en el Seminario Mayor «San Pelagio» y en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas «Beata Victoria Díez» de Córdoba. 

"Relatos de Navidad" contiene doce relatos donde se describe, de forma novelada, el hecho sublime de la venida de Dios a los hombres, en la naturaleza de un pequeño, Jesús. Son doce formas distintas de transmitir una única realidad, que sirven para dar a conocer a los más pequeños, en estas fechas, el misterio del Nacimiento del Hijo de Dios.

Pueden adquirirse ejemplares de este libro en la propia parroquia, al precio de 10 €.

Recuperar el sentido cristiano de la Navidad

Queridos hermanos y hermanas:

Juan José Asenjo. Obispo de CórdobaEstamos en vísperas de Navidad. El próximo miércoles será Nochebuena. Todo indica que también este año serán muchos los interesados en vaciar de contenido religioso los días santos que se acercan, convirtiéndolos en las vacaciones blancas, en la celebración del solsticio de invierno y, en todo caso, en las fiestas del consumismo y el derroche. La secularización de la Navidad tiene múltiples manifestaciones. En la ambientación navideña de nuestras ciudades y de nuestros hogares, se prescinde del misterio que en estos días celebramos. Se sustituye el Belén por el árbol de Navidad, los Reyes Magos por un Papá Noël sin referencias religiosas, y hasta las entrañables tarjetas navideñas se han convertido en felicitaciones laicas portadoras de vaporosos deseos de paz y de felicidad inconsistente, porque se olvida al verdadero protagonista de la Navidad, Jesucristo, Príncipe de la paz y punto de partida de nuestra alegría en estos días.

El despojamiento del sentido religioso de la Navidad se manifiesta también en el lenguaje. La palabra Navidad, que significa natividad o nacimiento del Señor, es sustituida por la palabra “fiesta”, más inocua y menos comprometedora. Como he escrito alguna vez, la tradicional expresión “felices pascuas”, de tanta riqueza espiritual, porque con ella aludimos al meollo de la Navidad, el paso del Señor junto a nosotros, junto a nuestras vidas, para renovarlas y hacerlas mejores, se ha sustituido por la expresión “felices fiestas”, circunloquio que busca en definitiva evitar reconocer que el corazón de la Navidad es nuestro encuentro con el Señor que nace para nuestra salvación.

Por ello, cuando faltan pocos días para la Nochebuena, os invito a fortalecer el sentido cristiano de la Navidad. No os pido grandes gestos. Sólo os pido que seáis muchos los que tratéis de vivir la Navidad con hondura, autenticidad y verdad. El Dios que se hace niño lo es todo para nosotros. Por ello, hemos de compartirlo con nuestros conciudadanos, pues Él nos trae la paz, la alegría, la esperanza y el sentido para nuestra vida, el futuro y la esperanza también para el mundo. “Anuncia la Navidad desde tu balcón” es el lema de la loable campaña que está realizando la parroquia de Santo Domingo de Cabra, que invita a colocar una imagen del Niño en el exterior de nuestros hogares. Me parece una forma magnífica de dar testimonio del misterio que celebramos. Dios quiera que sean muchas las familias que allí y en toda la Diócesis la secunden.

Vivid la Navidad en el hogar. Pocas ocasiones unen más a las familias que estos días entrañables. No os olvidéis de poner el Belén familiar por sencillo que sea. Ayudad a vuestros hijos a instalarlo, al mismo tiempo que les explicáis el sentido más genuino de esta representación plástica de los misterios de la encarnación, nacimiento y manifestación del Señor. No os olvidéis de los villancicos en vuestras reuniones familiares. Iniciadlas con una oración, previamente preparada, al hilo de los misterios que celebramos, y procurad acudir en familia a la Misa del Gallo.

Vivid la Navidad desde la Eucaristía. Entre Navidad y Eucaristía hay un nexo muy estrecho. En la Eucaristía el Salvador, encarnado en el seno de María, continúa ofreciéndose a la humanidad como fuente de vida divina. El Señor que vino al mundo hace 2000 años, sigue viniendo cada día sobre el altar, el mejor y más verdadero Belén. Aprovechad estos días para pasar largos ratos acompañándolo, adorándolo y admirando el misterio de su amor y de su entrega por nosotros. Qué bueno sería que en estos días finales de Adviento, todos nos preparáramos para acoger al Señor en nuestros corazones recibiendo el sacramento de la penitencia, que es el sacramento de la paz, de la alegría y del reencuentro con Dios.

Huid del derroche y del consumismo que solapan el misterio y son una afrenta para los miles y miles de hermanos nuestros que están sufriendo las consecuencias pavorosas de la crisis económica y el paro. No os pleguéis sin más a los reclamos publicitarios. Vivid unas Navidades austeras, pues la alegría auténtica no es fruto de las grandes cenas ni de los regalos pomposos. Nace del corazón, de la conciencia pura y de la amistad con el Señor. En este año, más que nunca, vivid también unas Navidades solidarias y fraternas. Prescindid incluso de algo necesario para compartirlo con quienes nada tienen. Procurad buscar algunos momentos en estos días para visitar enfermos, ancianos o necesitados. En ellos está el Señor, que nacerá en nuestros corazones y en nuestras vidas si lo acogemos en los pobres y en los que sufren.

Termino deseando a todos los cristianos de Córdoba una Navidad gozosa, honda y auténtica. Mis mejores deseos también para aquellos que no creen en el misterio que celebramos, para los que también nace el Señor. Para todos, queridos hermanos y hermanas,

¡Feliz y santa Navidad!

Juan J. Asenjo. Obispo de Córdoba.

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20/12/08

Cursillos de Cristiandad - 1º Trimestre 2009

A continuación os ofrecemos la programación de las actividades del movimiento 'Cursillos de Cristiandad' de Córdoba en el primer trimestre de 2009. También esta disponible la programación completa de actividades para el curso 2008/2009 si desea más información.

ENERO 2009
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Del 15 al 18 Cursillo de Cristiandad (Casa de San Pablo)
El 24 y 25 Cursillo de Matrimonios (Casa de San Pablo)
Día 25 Fiesta de la Conversión de San Pablo (Iglesia de San Pablo)
Día 29 Encuentro de Oración, a las 20:30 horas en la Iglesia de San Jacinto (Los Dolores)
Del 29 al 01 de febrero Cursillo de Cristiandad (Casa de San Pablo)


FEBRERO 2009
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Del 29 de enero al 01 de febrero Cursillo de Cristiandad (Casa de San Pablo)
El 7 y 8 Cursillo de Renovación (Casa de San Pablo)
Del 12 al 15 Cursillo de Cristiandad (Casa de San Pablo)
Día 26 Encuentro de Oración, a las 20:30 horas en la Iglesia de San Jacinto (Los Dolores)
Del 26 al 01 de marzo Cursillo de Cristiandad (Casa de San Pablo)


MARZO 2009
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3031
Del 26 de febrero al 01 de marzo Cursillo de Cristiandad (Casa de San Pablo)
Del 12 al 15 Cursillo de Cristiandad (Casa de San Pablo)
Día 19 Ultreya trimestral, a las 20:30 horas en la Casa de Cursillos de Cristiandad (San Pablo).
Día 26 Encuentro de Oración, a las 20:30 horas en la Iglesia de San Jacinto (Los Dolores)
Del 26 al 29 Cursillo de Cristiandad (Casa de San Pablo)

Más información en los teléfonos: 665160660 y 957274095 y en cursillosdecordoba@cursillosdecordoba.com

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18/12/08

Benedicto XVI alienta a poner el Nacimiento en Casa

El pasado domingo fueron muchos los niños de escuelas y parroquias de Roma, que llevaron, al rezo dominical del Ángelus, la imagen del Niño Jesús que después colocarán en el Nacimiento de sus casas, parroquias o colegios para que fuesen bendecidos por el Santo Padre.

En sus palabras introductorias a la oración mariana del Ángelus, Benedicto XVI alentó a poner el Nacimiento en las casas, destacando el papel central del Niño Jesús.

El Pontífice bendijo las imágenes del Niño Jesús y dirigiéndose a los niños romanos los invitó a rezar la siguiente oración al colocar la imagen del Niño Jesús en el Nacimiento:

“Dios, Padre nuestro, has amado tanto a los hombres que has enviado a tu único Hijo, Jesús, nacido de la Virgen María, para salvarnos y conducirnos nuevamente a Ti. Te pedimos para que con tu bendición, esta imagen de Jesús, que está por venir entre nosotros, sean, en nuestras casas, signo de tu presencia y de tu amor.

Padre bueno, dona tu bendición también a nosotros, a nuestros padres, a nuestras familias y a nuestros amigos. Abre nuestro corazón, para que sepamos recibir a Jesús en la alegría, para hacer siempre aquello que Él nos pide y verlo en todos aquellos que necesitan nuestro amor.

Te lo pedimos en el nombre de Jesús, tu Hijo amado, que viene para darle al mundo la paz. Él vive y reina por los siglos de los siglos. Amén".

Desde nuestra parroquia nos queremos hacer eco de la invitación lanzada por el Santo Padre y os animamos a todos a colocar el Nacimiento en vuestros hogares y a rezar esta oración que nos regala Benedicto XVI al colocar en él la imagen del Niño Dios. Nos parece una forma entrañable de acentuar el caracter cristiano de estas próximas fiestas.

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16/12/08

La fe que cimentó e impulsó la cultura occidental

Para no perder el tiempo en el artificial debate que está teniendo lugar en España al respecto de la así llamada memoria histórica, estimamos necesario que los cristianos tengamos Memoria Histórica de verdad. Memoria de lo que el cristianismo ha supuesto para la civilización occidental y como consecuencia de lo que estamos llamados a hacer para que retome y persista en ese impulso. Cada vez es más necesaria una actitud comprometida formativa, social, política y sobre todo espiritual para defender nuestra visión del mundo ante posturas intransigentes que nos piden renunciar a ello o al menos mantenerlo recluido, oculto, atemorizado, en el ámbito de nuestra intimidad.

Por ello, complementando a lo que publicamos anteriormente en este sitio web referenciando el libro "Leyendas Negras de la Iglesia", conviene in-formarse sobre el hecho de que en el origen de la cultura occidental ha estado el cristianismo, para bien en la inmensa mayoría de las ocasiones, huelga decirlo, o debería hacerlo. Lo haremos con varios artículos, siendo este el primero de ellos.

Hace poco hemos tenido la oportunidad de leer un trabajo que ha publicado en la revista digital conoZe.com el sacerdote Jorge Enrique Mújica, Legionario de Cristo, periodista de profesión entre otras titulaciones y experto en temas de familia y educación. Recomendamos su lectura y referencia ya que no es un estudio en profundidad sino una sucesión de hechos y referencias, cómodas de leer, que tratan de justificar la afirmación de que el cristianismo no sólo ha fundamentado la cultura occidental, sino que lo ha hecho para bien:

  1. La fe que cimentó e impulsó la cultura occidental (Primera parte)
  2. La fe que cimentó e impulsó la cultura occidental (Segunda parte)
  3. La fe que cimentó e impulsó la cultura occidental (Tercera parte)
Para animar a su lectura, recogemos a continuación algunas citas sobre los textos anteriores:
La contribución de los monjes-copistas en la preservación de la literatura de la antigua Grecia y Roma, el arte arquitectónico y la construcción de catedrales —aún no superado en pleno siglo XXI—, y el nacimiento de las universidades al amparo del Papado, son contribuciones contundentes e irrefutables, acaso las más conocidas, pero no son las únicas
***
Los monjes ayudaron a poblaciones enteras a aprovechar mejor la tierra previniendo así grandes hambrunas. Fueron ellos quienes desarrollaron el uso de fertilizantes naturales y el concepto de la siembra por temporadas, tipos y con descansos del campo.
***
Los relojes había nacido por la necesidad de medir el tiempo y fueron los monjes benedictinos quienes los inventaron para dividir el día a partir de las horas en que debían rezar la lectio divina. Después vinieron quienes perfeccionaron la idea. Uno de ellos incluso llegó a Papa: fue Silvestre II.
***
Pero ni las universidades, ni la preservación del acervo greco-latino, ni las enseñanzas académicas, el impulso y la contribución científica han sido lo más decisivo que ha aportado el cristianismo ya no solo a la cultura occidental. De hecho, hay que remontarse a los primeros siglos de nuestra era, a la epístola de san Pablo a los gálatas (capítulo 3, versículo 28) para entender y sopesar la valía de la novedad que Cristo aportó al mundo en temas específicos como el derecho internacional, los derechos humanos, la caridad cristiana y la educación.
***
La primera carta magna de los derechos humanos no se remonta al 10 de diciembre de 1948, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos. Fue san Pablo quien en el versículo 28 del capítulo III de su carta a los gálatas recordó que «ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús». Corría el primer cuarto del siglo I de nuestra era. Comenzaba así la revolución cristiana de la igualdad de derechos y obligaciones para todos.
***
Es a un fraile católico español, al sacerdote dominico Francisco de Vitoria (1486-1546), a quien debemos las bases del Derecho Internacional. En su lección De Indis abordó el asunto de los derechos de la corona española, en la conquista de América, y los derechos de los nativos. Como recuerda Carl Watner, Vitoria «defendió la doctrina de que todos los hombres son libres, y, sobre la base del estado de libertad natural, proclamaron su derecho a la vida, a la cultura y a la propiedad»
***
Son muchos los historiadores que han puesto en duda la existencia de hospitales en la Grecia y Roma antiguas. En Charity and Charities (Cf. Catholic Enciclopedia, 2ª ed., 1913) John A. Ryan recuerda que existen casos documentados de que la Iglesia en el siglo IV patrocinó hospitales a gran escala en buena parte de Europa. De hecho, muchos monasterios, especialmente los benedictinos, se convirtieron en dispensarios médicos.
***
Un hombre sin pasado es un hombre sin historia. No es sectarismo tener vivas y sentirse orgulloso de esas raíces cuyo legado nos atañe hoy. Quizá, «La verdadera razón por la que el hombre se escandaliza del cristianismo es porque es demasiado elevado, porque su medida no es la medida del hombre, porque quiere hacer del hombre algo tan extraordinario que supera cualquier mente humana» (Cf. S. Kierkegaard, Malattia mortale en Diario, cit., vol. III, p. 95; en español existe la versión La enfermedad mortal, Alba Libros, Madrid 1998).
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14/12/08

«Alegraos porque el Señor está cerca»

Queridos hermanos y hermanas:

Juan José Asenjo. Obispo de Córdoba“Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. El Señor está cerca”. Con estas palabras de San Pablo (Fil 4, 4-5), se inicia la Eucaristía de este Domingo III de Adviento, conocido como Domingo ”Gaudete” o Domingo de la alegría. En las dos semanas anteriores, la Iglesia nos ha invitado a la interioridad, a la conversión, a la penitencia y al encuentro con nosotros mismos como camino para encontrarnos también con el Señor que viene. En los umbrales de la tercera semana de Adviento, cuando faltan diez días para la Nochebuena, la liturgia, con fina pedagogía, hace un alto en el camino para animarnos y sostener nuestro esfuerzo en el camino de la penitencia y de la conversión del corazón. Por ello, nos dice con San Pablo: “Estad siempre alegres” (1 Tes 5, 16).

En la primera lectura de este domingo, el profeta Isaías anuncia a los israelitas desterrados en Babilonia que la opresión va a terminar, que el Señor inundará de alegría los corazones angustiados porque va a comenzar una etapa de perdón y salvación. La pena y la aflicción acabarán. Los hijos de Israel volverán cantando con una alegría inenarrable y desbordante (Is 61, 10-11). Es la misma alegría a la que hoy nos invita la liturgia ante la inminencia de la Navidad, porque el objeto de nuestra espera es Dios mismo que viene a salvarnos, a liberarnos del pecado, a curar nuestras enfermedades, a reconciliarnos con Él y entre nosotros. La esperanza del don que vamos a recibir, de la visita que el mismo Dios nos va a hacer por medio de su Hijo Jesucristo, anticipa ya la alegría que se acrecentará con su llegada. Nuestra alegría no se cifra en las compras, los regalos, las vacaciones o las reuniones familiares propias de los días de Navidad. La raíz profunda de nuestra alegría es el Enmanuel, el Dios con nosotros. Todo lo demás es secundario y no admite parangón ante la luz de su presencia y la belleza de los dones que nos trae. Con el Señor no hay temor, ni tristeza, ni llanto, ni dolor, ni miedo, ni inseguridad. Él nos conoce por nuestro nombre, nos comprende, acompaña y guía por medio de su Espíritu. Él nos perdona siempre, sin rastro de resentimiento. La alegría de sentirnos perdonados y poder comenzar de nuevo no es comparable con los placeres efímeros que nos brindan las cosas materiales y que en estos días nos sugieren los reclamos publicitarios. El sentirnos queridos, amados, defendidos y acompañados por el Dios fuerte y leal, omnipotente y amigo de los hombres, nos proporciona la paz que el mundo no puede dar. Preparémonos, pues, intensamente a recibirlo. Apresurémonos a limpiar y a agrandar las estancias de nuestro corazón para que viva en nosotros y sea el único Señor de nuestras vidas. Rompamos las ataduras que nos esclavizan y las imperfecciones que nos atenazan, que enfrían nuestro amor a Dios y que merman nuestra libertad, para seguir al Señor con un corazón limpio e indiviso.

En la vida ordinaria, cuando nos preparamos para un gran acontecimiento, en los últimos días redoblamos el esfuerzo para que todo esté a punto. Otro tanto nos pide la liturgia en esta segunda parte del Adviento mostrándonos a María, Ntra. Sra. de la O, la Virgen de la espera y la esperanza, como el mejor modelo del Adviento. Con cuánto amor dispondría su corazón para recibir a Jesús, con cuánto cariño prepararía los pañales antes de partir para Belén. Con cuánto amor limpiaría con José la cueva y el pesebre. Que ella nos ayude a prepararnos para el encuentro con su Hijo, que viene dispuesto a colmarnos de dones, a convertir nuestra vida, a robustecer nuestra fe y nuestro testimonio ante mundo de que Él es el centro de la humanidad, el verdadero gozo del corazón humano y la plenitud total de sus aspiraciones.

El Señor nacerá en nosotros en la medida en que estemos dispuestos a acogerlo en nuestros hermanos, en los enfermos, los ancianos abandonados, los transeúntes, los parados y sus familias, que ahora mismo lo están pasando mal, los emigrantes y los que sufren. Comencemos ya desde hoy a descubrir en ellos el rostro del Señor. Él, además de asumir y dignificar la naturaleza humana con su encarnación y nacimiento, ha querido compartir con nosotros su naturaleza divina. Qué razón tan poderosa para entregarnos a nuestros hermanos, hijos de Dios como nosotros, para perdonar, para renovar nuestra fraternidad, para compartir con los pobres nuestros bienes y lo que es más importante nuestras personas, nuestro afecto y nuestro tiempo. Si así lo hacemos, constataremos que es verdad que “hay más alegría en dar que en recibir” (Hch 20, 35) y experimentaremos la alegría inmensa, recrecida y rebosante que nace también del encuentro cálido y generoso con nuestros hermanos.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

Juan J. Asenjo. Obispo de Córdoba.

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"Yo no soy el Mesias, yo soy el que grito en el desierto: Preparad el camino al Señor"

Domingo III de Adviento

Lecturas: Isaías 61, 1-2a.10-11 // Lucas 1, 47-55 // 1Tesalonicenses 5, 16-24 // Juan 1, 6-8.19-28

Este domingo nos presenta la otra gran figura del Adviento, junto a la Virgen María, la figura de Juan Bautista. Juan es aclamado por la multitud como el mesías, la multitud que le escucha cree que es el enviado de Dios. Él humildemente niega ser el Mesías.

Que fácil y que humano hubiera sido que Juan, dejandose llevar por la multitud se hubiera aprovechado para autoproclamarse mesías y aprovechar la circunstancias para ser poderoso. El sabe bien cuál es su papel, lo acepta sinceramente y predica la venida del Mesías. El sabe bien para qué le llama Dios,para ser el precursor y entregar su vida para que los corazones se conviertan para recibir al Cordero de Dios, al Verbo Encarnado.

Nosotros somos llamados para preparar la venida de Cristo, tenemos que dejar nuestros mesianismos, nuestras posturas partidistas, nuestros egoismos y egocentrismos y descubrir la grandeza del que viene: JESUCRISTO el Hijo de Dios vivo.

Que no triunfe nuestras visiones particulares y abramos nuestras vidas a la grandeza de recibir al Hijo de Dios. Que no prevalezca lo que yo particularmente pienso y que triunfe la Gracia de Dios en mi. Hace falta humildad de corazón, como María, como Juan Bautista, como el Portal de Belén, siempre humildad, siempre triunfa en el Amor de Dios el corazón humilde y sencillo, pobre y entregado.

Preparemos el camino, quitemos las rocas que estorban la llegada de Dios, pecados, egoismos, personalismos, faltas de fe. Limpiemos todo esto y preparemos la cuna para Cristo. Es dificil, es cierto que cuesta mucho, pero como dijo el propio Jesús: "para vosotros es imposible pero para Dios nada hay imposible". Con Él todo lo puedo, decia S. Pablo, pues con Él todo lo podemos, con Él podemos cambiar nuestras vidas y vivir la verdadera NAVIDAD.

San Anselmo nos dice: Deja un momento tus ocupaciones habituales, hombre insignificante, entra un instante en ti mismo, apartándote del tumulto de tus pensamientos. Arroja lejos de ti las preocupaciones agobiantes y aparta de ti las inquietudes que te oprimen. Reposa en Dios un momento, descansa siquiera un momento en Él. Entra en lo más profundo de tu alma, aparta de ti todo, excepto Dios y lo que puede ayudarte a alcanzarlo; cierra la puerta de tu habitación y búscalo en el silencio. Di con todas tus fuerzas, di al Señor: "Busco tu Rostro; tu Rostro buscaré, Señor."

Y ahora, Señor y Dios mío, enséñame dónde y cómo tengo que buscarte, dónde y como te encontraré.

Que este deseo de conversión sea lo que mueva nuestras vidas en Adviento.

Tomás Pajuelo. Párroco

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13/12/08

La verdadera fe es incolora

La verdadera fe es incolora, por decirlo así, como el aire y el agua; medio transparente a través del cual el alma ve a Cristo. Nuestros ojos no ven el aire y de la misma manera nuestra alma no se detiene a contemplar su propia fe. Cuando, por consiguiente, los hombres toman esta fe como si dijéramos en las manos, la inspeccionan curiosamente, la analizan, se absorben en ella, se ven forzados a materializarla, a darle color para que pueda ser tocada y vista. En otros términos, la sustituyen, colocan sobre ella, cierto sentimiento, cierta impresión, cierta idea, cierta convicción, algo en fin en que la atención pueda prenderse. Cristo les interesa menos que lo que llaman ellos sus experiencias. Los vemos trabajando para seguir en sí mismos los signos de la conversión, la variación de sus sentimientos aspiraciones y deseos: los vemos ponerse a conversar con los demás sobre todo esto. Ahora bien, no se charla en un campo de batalla; cuando los hombres se sienten impresionados por noticias buenas o malas, por espectáculos hermosos, admiran se regocijan, sufren, lloran, todo ello espontáneamente y sin reflexionar respecto a sus emociones... Así ocurre con la fe... Nuestros vecinos ven cómo vive nuestra alma, pero ésta, cuando se encuentra sana, ve solamente los objetos que la poseen. Tal es la diferencia entre la verdadera fe y la contemplación de sí mismo.
Cardenal John Henry Newman (1801-1890),
fue un presbítero anglicano convertido al catolicismo en 1845,
más tarde fue hecho Cardenal y en 1991 fue proclamado "Venerable".
Contribuyó notablemente a devolver la Iglesia de Inglaterra a sus raíces católicas.

Un querido amigo me hace ver que quizá esta cita pueda ser desentrañada para ayudar a una reflexionar sobre lo que expresa. En mi humilde criterio, el Cardenal Newman viene a ofrecernos varias perspectivas muy lúcidas:
  • Newman piensa que la fe no es algo tangible, ni por los 5 sentidos ni por los sentimientos de alegría o de ilusión al sabernos hijos de Dios y dar pasos en nuestro caminio de conversión, lo que Newman llama "experiencias" y "emociones".
  • Pero también es propio de la naturaleza humana el buscar e incluso el crear esos signos externos (experiencias y emociones) que visibilicen nuestra fe ante nosotros mismos e incluso ante los demás. Esto nos ayuda, pero esos signos no son la fe y precisamente Newman advierte de que no ocultemos dicha fe con los primeros ya que podemos ocultar a Cristo con ellos.
  • Es decir, la fe es como el aire o el agua puros, están ahí y son imprescindibles pero no tienen olor ni sabor, no es la fe -por ejemplo- una imagen bellísima que nos inspira a rezar a la Virgen, no es la fe una alegría inmensa al reconocer los signos de Dios en el mundo y en las personas; ello son, si no malinterpreto a Newman, signos: experiencias y emociones. Válidos como tales, pero no como sustitutos de la fe, es decir, esos signos no pueden, no deben "dar color" o hacer tangible nuestra fe, ya que la fe, es, tal cual.
  • Y esa fe, no "coloreada" por signos ni experiencias que captan nuestros esfuerzos, nuestros afanes por "convertirnos" y por observar esos signos de nuestra propia conversión; esa fe, según Newman, nos debe mover a actuar no para aumentar esos signos y experiencias para reconocernos cristianos fervorosos, sino que ha de impulsarnos a la acción cristiana, a la caridad, que se refleja en el amor a Dios y a nuestros semejantes como hijos de Dios y templos de Cristo.
  • En definitiva, que Newman nos alerta para que hagamos nuestra fe incolora, imperceptible a nuestros sentidos, y que dejemos que ella nos transforme y simplemente nos impulse a actuar en obras de Dios, en lugar de que la búsqueda por hacer visible nuestra fe a nuestros sentidos nos impida contemplar a Dios por estar contemplándonos a nosotros mismos.
Para terminar, lo anterior lo compararía a las diferencias entre el enamoramiento primero de una pareja y el amor maduro y fecundo de esa misma pareja al transcurrir los años. El amor inicial es emocionante, efervescente y sumerge a ambas personas en una continua búsqueda de emociones y experiencias que satisfagan sus aspiraciones y deseos sobre ese amor. Ello es bueno y así debe ser, supongo, pero es "colorear" el amor. Cuando ya ha pasado el tiempo, cuando el amor se ha consolidado con entregas, renuncias, alegrías y vivencias compartidas, cada miembro de la pareja no necesita ver al otro, escucharlo, hablar de su amor y regocijarse en las emociones que éste les produce a ambos; por contra, cada uno de los dos tiene la más profunda certeza y experiencia de ese amor (como la de la fe) y dicho amor contínuamente les empuja a la acción en obras de amor derramadas sobre la otra persona. Este último amor no está coloreado, es incoloro. Y es más verdadero y más fecundo.

Por tanto, la reflexión global que provoca el Cardenal Newman con esta cita podría resumirse en la cuestión: ¿nuestra fe es incolora o está tan coloreada por la búsqueda de experiencias de conversión que nos impiden ver (y dedicarnos) a Cristo en lugar de a nosotros mismos?

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11/12/08

¿Qué es el amor?

Para cuando tengamos dudas. Por ejemplo, ésto es el amor:

9/12/08

Rogatoria: Por un trabajo y una vivienda

Hemos recibido un comentario a uno de nuestros artículos en el que una persona pide que le acompañemos en la oración ya que manifiesta haber perdido su empleo y su vivienda y no consigue encontrar otro empleo.

Queremos pedir desde aquí vuestras oraciones por este hermano o hermana, para que Dios en su infinita bondad, le permita recuperarse de su actual situación, valiéndose en lo que sea necesario de cada uno de nosotros. Gracias.

8/12/08

Solemnidad de la Inmaculada Concepción

Solemnidad de la Inmaculada Concepción

Lecturas: Lucas 1, 26-38

En esta segunda semana de Adviento, tenemos el gozo de celebrar a la Señora del Adviento, a la Virgen María, en el misterio de su Inmaculada Concepción. La fiesta de la Virgen nos ayuda profundamente a entender el sentido último del Adviento: Dios, en su infinita providencia, preveyendo la Encarnación de su Hijo Jesucristo, preparó para él a María para que ella fuera el seno inmaculado donde se desarrollara El Hijo de Dios. Por este motivo, María es Concebida sin Pecado Original. Dios la preservó del Pecado en aras a ser el altar donde creciera y naciera el Verbo Encarnado. María, Inmaculada, sin pecado concebida, preparada para que en ella se encarnara el Verbo de Dios.

Nosotros, llamados a purificar nuestros corazones en este tiempo de Adviento, tenemos más motivos para prepararnos, para limpiar nuestras vidas para que Cristo pueda nacer en nuestras vidas. Ella esperó con gozo, con entrega, con servicio generoso, se fué a visitar a su prima Isabel para ayudarla en su embarazo. Esas son las claves para que nosotros preparemos convenientemente la Navidad. El gozo, la alegría profunda que brota de un corazón lleno de Gracia, lleno de paz de Dios, de oración. La entrega generosa a los nuestros, a nuestras familias y a los más pobres. Entrega generosa al prójimo. Entrega sincera y verdadera a Dios, empeño cierto en cambiar, en convertir nuestras vidas, en construir el Reino de Dios en la Tierra. Gozo, entrega y servicio, así vivió la Virgen María y nos da un ejemplo precioso para que nosotros en Adviento decidamos de una vez por todas, entregarnos a vivir el Adviento, a vivir para conseguir ser inmaculados en nuestros corazones y así ser la cuna calentita, mullida y amorosa donde pueda Nacer Cristo.

Inmaculada Concepción, Virgen Santísima, ayúdanos, intercede por nosotros, muestranos tu ejemplo, haz que vivamos como tú. Madre nuestra, que vivamos día a día como verdaderos hijos tuyos, como verdaderos hermanos en Cristo y como hijos del Padre que se aman y ayudan.

Tomás Pajuelo. Párroco

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La Inmaculada Concepción de María

Cuadro de la Inmaculada Concepción de MurilloCelebramos hoy la festividad de la Inmaculada Concepción de María, dogma proclamado por S.S. Pío IX el 8 de diciembre de 1854. Con este motivo y con el fin de favorecer el enriquecimiento de nuestra formación como cristianos hemos creído oportuno publicar un enlace a la bula "Ineffabilis Deus" por la que se proclamo el dogma y un video en el que se explican las circunstancias de su proclamación.

"Ineffabilis Deus"






7/12/08

«En el desierto preparadle el camino al Señor»

Domingo II de Adviento. 7 de diciembre.

Lecturas: Isaías 40, 1-5.9-11 // Salmo 84 // 2ª Carta San Pedro, 3, 8-14 // Marcos 1, 1-8

Fotografía en la que se muestra una amplia carretera que atraviesa el desierto en dirección al sol que se pone en el horizonteEl profeta Isaías nos llama a cambiar el desierto de nuestro corazón en camino de esperanza para que Dios llegue fácilmente para santificar nuestras vidas. En el desierto, nuestras vidas están faltas de frutos, a veces son áridas, no damos vida, no tenemos vida, sólo vivimos dejándonos llevar por la inercia de nuestra vida cristiana. Es verdad que la imagen del desierto puede ser muy real para el contexto actual de nuestra existencia. Ahí, en ese desierto es dónde el Señor quiere que trabajemos en Adviento y lo transformemos en un camino asfaltado, con todo lo necesario para que Dios llegue a nuestras vidas. Si el desierto de nuestro corazón no se llena de vida, de amor, de gracia, difícilmente podremos vivir la Navidad.

Con un poco que allanemos, preparemos, quitemos lo que estorba, se revelará la gloria de Dios, sentiremos como nuestro corazón se plenifica, se llena, se vive y se ve la vida de una manera distinta, gozosa, llena de paz.

Juan Bautista es el que preparó el camino al Señor, él anunció que llegaba Cristo, que el Mesías estaba en medio del mundo. ¡Convertíos y creed en el Evangelio! Era el grito de Juan, grito que resuena hoy más que nunca en nuestra Iglesia. Necesitamos escuchar a los profetas de hoy, para que nos dejemos iluminar el camino para encontrarnos con la Salvación. Muchas veces creemos saber ya todo en nuestra vida cristiana, pensamos que ya estamos bien formados, que nada nuevo podemos escuchar o sentir. Es la Gran Tentación del Mal hoy, que no se suscite en nosotros la necesidad de la continua conversión. Cuando uno en su vida real cree que ya lo ha conseguido todo es cuando su vida se convierte en una rutina, en una carga, en un sin sentido. Cuando uno se da cuenta que podemos crecer, Dios le da cada año una nueva oportunidad para cambiar la vida.

El Adviento es la llamada de Dios a que no nos durmamos en la consecución de la Santidad. Es imprescindible que despertemos del sueño, que no lo hemos conseguido todo, que nos queda mucho por conseguir. Que podemos aún ser mejores, vivir la vida más plenamente, más felizmente, más cristianamente, más humanamente... Que Dios nuestro Señor nos conceda vivir este Adviento como un verdadero proceso de conversión y de retomar nuestra vida cristiana.

¡Preparad, preparad el camino del Señor, allanad sus senderos!


Tomás Pajuelo. Párroco

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«Inmaculada»

Queridos hermanos y hermanas:

Juan José Asenjo. Obispo de CórdobaEl próximo lunes celebraremos con todo esplendor en nuestra Diócesis la solemnidad de la Inmaculada Concepción, dogma definido por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854. El núcleo del dogma proclamado en aquella fecha, que todos los católicos debemos creer, afirma que la Santísima Virgen, "fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano".

La Concepción Inmaculada de María es una de las obras maestras de la Santísima Trinidad. En la plenitud de los tiempos, Dios Padre quiere preparar una madre para su Hijo, que se va a encarnar por obra del Espíritu Santo para nuestra salvación, para hacernos hijos adoptivos, para que seamos santos e irreprochables ante Él por el amor (Ef 1, 4-5). Y piensa en una madre que no tenga parte con el pecado, no contaminada por el pecado original y libre también de pecados personales, limpia y santa.

La Concepción Inmaculada de María es consecuencia de su maternidad divina. Nadie más que Jesús ha podido diseñar el retrato interior y exterior de su Madre y, por ello, pudo hacerla pura, hermosa y "llena de gracia" (Lc 1,18), como hubiéramos hecho cualquiera de nosotros si hubiera estado en nuestra mano elegir las cualidades de quien nos ha dado el ser. Este privilegio excepcional es el primer fruto de la muerte redentora de Cristo. Mientras el común de los mortales somos liberados del pecado original en el bautismo por el Misterio Pascual de Cristo muerto y resucitado, María es preservada del pecado aplicándosele anticipadamente los méritos de su sacrificio redentor. Aquí encontramos la razón de su plenitud de gracia, de la ausencia durante su peregrinación terrena de pecados personales y de cualquier desorden moral. Este es el fundamento también de los demás privilegios marianos, entre ellos su Asunción en cuerpo y alma al cielo. En María aparece de forma esplendorosa la victoria total de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte. En este sentido, María es la más redimida, el fruto más acabado y hermoso del sacrificio pascual de Cristo, la "redimida de modo eminente" como la califica el Concilio Vaticano II (LG 53).

Esta verdad, definida por el Papa Pío IX, es una de las que más hondamente han calado en el alma del pueblo cristiano, cuyo sentido de la fe, ya en los primeros siglos de la Iglesia, percibe a la Santísima Virgen como "la sin pecado". La conciencia de que la Virgen fue concebida sin pecado original se traslada a la liturgia, a las enseñanzas de los Padres y de los teólogos. En el camino hacia la definición, pocas naciones han contraído tantos méritos como España. En el siglo XVI son muchas las instituciones, que hacen suyo el "voto de la Inmaculada". Universidades, gremios y cabildos e incluso ayuntamientos juran solemnemente defender "hasta el derramamiento de su sangre" los privilegios marianos, especialmente el de la Inmaculada Concepción.

La conciencia de que María fue concebida sin pecado estalla en la época barroca, en la pluma de nuestros poetas, en los lienzos de nuestros pintores, en las tallas de nuestros escultores e imagineros y, sobre todo, en la devoción de nuestro pueblo. Por ello, no es extraño que en España se viviera con singular regocijo y alegría la definición dogmática por el Papa Pío IX. Nuestra Diócesis de Córdoba no queda a la zaga en la defensa del privilegio de la Concepción Inmaculada de María. A partir del Renacimiento, en su honor se erigen cofradías, se celebran fiestas religiosas y salen a la luz numerosas publicaciones que defienden la limpia Concepción. A mediados del siglo XVII, los Cabildos catedralicio y municipal de la ciudad y otros muchos ayuntamientos de la provincia se imponen la obligación de jurar la defensa de la doctrina de la Concepción Inmaculada de María en los actos de toma de posesión de sus cargos. Fruto de este fervor mariano son los cientos de cuadros y tallas bellísimos dedicados a la Inmaculada en la Catedral y en todas las Iglesias de la Diócesis, aspecto éste que llama poderosamente la atención de quienes venimos de otras latitudes geográficas.

La tradición inmaculista no debe perderse entre nosotros. Por ello, para estar a la altura de nuestros predecesores en la fe, vivamos con hondura la fiesta de la Inmaculada Concepción. Contemplemos largamente las maravillas obradas por Dios en nuestra Madre. Alabemos a la Santísima Trinidad por María, la obra más perfecta salida de sus manos. Felicitemos a la Virgen y, sobre todo, imitémosla luchando contra el pecado y viviendo en gracia de Dios. Pidamos a Dios, con la oración colecta de esta solemnidad que Él que preservó a María de todo pecado, nos conceda por su intercesión llegar a Él limpios de todas nuestras culpas.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición. Feliz domingo y feliz día de la Inmaculada.

Juan J. Asenjo. Obispo de Córdoba.

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6/12/08

Juntos podemos parar la masacre del Aborto.

Este es el mensaje que Eduardo Verástegui, actor y productor de la película Bella, (película que ha logrado superar el millón de Euros de recaudación en 100 salas de toda España en apenas tres semanas) quiere transmitir a todo el mundo. En este afán se ha unido a la plataforma Derecho a vivir y ha grabado el video que traemos a continuación.

5/12/08

Vigilia de oración a la Virgen Inmaculada en nuestra parroquia

Este próximo domingo, 7 de diciembre, tras la misa de las 20'00 h. se llevará a cabo, D.m.,una Vigilia de Oración a la Virgen Inmaculada en la víspera de su festividad.

Invitamos, a todo aquel que así lo desee, a llevar una ofrenda de flores blancas a la Virgen.

Esperamos tu participación.

4/12/08

Nuevo Libro en nuestra Biblioteca: "Leyendas Negras de la Iglesia"

En nuestra sección de Biblioteca, apartado de libros se encuentra disponible para su lectura "on line" el libro "Leyendas Negras de la Iglesia" , de Vittorio Messori y publicado por la editorial Planeta en el año 1996.

Se trata de un libro en el que el autor se encargar de dar luz sobre diversas acusaciones realizadas contra la Iglesia Cátólica (la conquista de América, la Inquisición, el caso Galileo Galilei, etc) en las que la tergiversación de la verdad y la utilización interesada de los medios propagandisticos las han convertido en "cuasi" verdades aceptadas incluso por los propios católicos.


Como bien dice el autor: "es necesario que nos demos cuenta de una vez del cúmulo de opiniones arbitrarias, deformaciones sustanciales y auténticas mentiras que gravitan sobre todo lo que históricamente concierne a la Iglesia."


El cardenal Giacomo Biffi, arzobispo de Bolonia, en el prefacio del libro afirma sobre el mismo: " esperamos se convierta de inmediato en un instrumento indispensable para la moderna acción pastoral."


Esperamos, por tanto, que la lectura de este libro sirva para enriquecer nuestra formación como cristianos, miembros de la Iglesia Católica, y acercarnos más a su realidad histórica.

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3/12/08

Fotografías de la Bendición del Stmo. Cristo de la Luz

Fotografía del Stmo. Cristo de la Luz. Jesús agoniza en la cruzEn nuestro apartado de fotos y gracias a la colaboración de Paco Román y Jesús del Caño se pueden contemplar más de 200 fotografías del acto de bendición del Stmo. Cristo de la Luz el pasado día 23 de noviembre.

Un gran testimonio gráfico que hará que perdure en nuestras memorias ese importante acontecimiento en la vida de nuestra parroquia.

30/11/08

¡Ven Señor Jesús!

Domingo I de Adviento. 30 de noviembre.

Lecturas: Isaías 63, 16b-17.19b;64,2b-7 // Salmo 79 // 1ª Corintios 1, 3-9 // Mateo 13, 33-37

Imagen de la Virgen María embarazada con la mano descansando sobre su vientre y una mirada pensativaEste domingo comienza un año nuevo, en la liturgia católica hoy es el día en el que cambiamos de año. Este año leeremos las lecturas dominicales del ciclo B y empieza con un tiempo de preparación: "El Adviento".

¿Qué es el Adviento? El Adviento es un tiempo en el que la comunidad eclesial es convocada a preparar la Navidad, a crecer en la Esperanza, a acoger con fe la venida continuada de su Señor, de Cristo Jesús.

Es un tiempo hecho sacramento: signo eficaz de la Gracia que Dios comunica a su Iglesia y de la fe con que la comunidad eclesial acoge este don siempre nuevo de Dios. La historia de la salvación se actualiza sacramentalmente. El Adviento es ante todo un tiempo de Gracia, y a la vez constituye como una formación permanente y una profundización de la vida cristiana en sus actitudes fundamentales de fe y esperanza.

Los días del Adviento tienen un color entrañablemente mariano, que luego continuará en la Navidad y la Epifanía, porque María de Nazaret, la Madre de Dios y madre nuestra, estuvo a su lado en todos estos acontecimientos por voluntad divina. La Virgen María es el mejor símbolo de la Iglesia que celebra la venida de Cristo. Ella es la mejor maestra de la espera de Adviento. María es Nuestra Señora del Adviento.

Las lecturas de este domingo nos pone de frente con la realidad del Adviento. El profeta Isaías, en la primera lectura, nos hace preguntarnos ante Dios ¿por qué endurecemos nuestros corazones y nuestras vidas para que no te amemos? ¿Por qué estamos tan apartados de ti? Surge inevitablemente una súplica desgarradora: ¡¡VEN SEÑOR JESÚS!! Ven a nuestras vidas, transfórmanos, cambia nuestro corazón de piedra en corazón de carne.

Cuando tu entras en nuestras vidas, cuando dejamos que habites en nosotros, nos transformas, nos derrites de amor. Tú eres nuestro alfarero y nosotros somos el barro, esta es nuestra actitud en Adviento, ser tu barro para que tu amor nos modele hasta ser como tú quieres que seamos, hasta decir con S. Pablo: "Soy yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mi".

San Pablo en su carta a los Corintios, segunda lectura de hoy, nos recuerda que Cristo es el único que nos puede hacer y mantener firmes en la fe y en nuestra opción fundamental en nuestra vida cristiana. Dios nos llama a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo, Señor nuestro. ¡Y Él es Fiel! Dios nos llama a convertir nuestras vidas en este tiempo de Adviento, pero nos garantiza su presencia en nuestras vidas, el siempre se muestra cercano y es el amigo que nunca falla.

Además de esta apertura a la Gracia el Adviento es un tiempo de vigilancia, no se trata de esperar el nacimiento de Cristo, se trata de hacer todo lo posible por preparar convenientemente todo lo necesario para vivir profundamente esa venida de Cristo. No es un tiempo de espera pasiva es un tiempo de esperanza activa, ilusionante, llena de vida. Cristo nos dice ¡Velad y Orad!

Vivamos este tiempo de Adviento en vela y en profunda oración.


Tomás Pajuelo. Párroco

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La vigilancia, virtud propia del Adviento

Queridos hermanos y hermanas:

Juan José Asenjo. Obispo de CórdobaComenzamos en este domingo el tiempo de Adviento, que nos prepara para recordar la primera venida del Señor y nos dispone para acogerle en nuestros corazones en la nueva venida que cada año actualiza místicamente la liturgia. La Iglesia nos invita además a dilatar la mirada: el Señor que vino hace dos mil años, que viene de nuevo a nosotros en Navidad, vendrá glorioso como juez al final de los tiempos. Por ello, el tiempo de Adviento y toda la vida del cristiano es tiempo de alegre esperanza. Es tiempo también de vigilancia, a la que nos insta el evangelio de los últimos domingos del año litúrgico y también el de este domingo primero de Adviento con las parábolas de las vírgenes prudentes y los criados vigilantes.

La vigilancia no es vivir bajo el temor de un Dios justiciero y vengativo que está esperando nuestros errores o pecados para castigarnos. Esta actitud de desconfianza y temor ante Dios y el mundo, sólo engendra personas obsesivas y escrupulosas, que piensan que Dios es un ser predispuesto contra el hombre, quien debe ganarse su salvación con sus solas fuerzas y luchando contra enormes imponderables.

La vigilancia cristiana es una actitud positiva que tiene como base el optimismo sobrenatural de sabernos hijos de un Dios que es Padre, que quiere nuestra salvación y nuestra felicidad y que nos da los medios para alcanzarla. Es concebir la vida cristiana como una respuesta amorosa a un Dios que nos ama, que es fiel a sus promesas y que espera nuestra fidelidad con la ayuda de su gracia.

La actitud de vigilancia debe matizar toda la vida del cristiano, para saber distinguir los valores auténticos de los aparentes. Los medios de comunicación social, en muchos casos difunden modos de pensar y de actuar que nada tienen que ver con los auténticos valores humanos y cristianos. En demasiadas ocasiones canonizan formas de comportamiento ajenas al espíritu cristiano. Se impone, pues, una actitud crítica ante lo que vemos, escuchamos o leemos y una independencia de criterio ante los mensajes contrarios al Evangelio con que, de forma directa o indirecta, nos agreden los medios de comunicación. Esta actitud crítica muchas veces nos deberá llevar a apagar el televisor o no encenderlo, para que no nos arrollen los criterios paganos e, incluso, anticristianos, que en ocasiones los medios nos brindan.

La vigilancia es también necesaria para que no debilite nuestra conciencia moral, para conservar una conciencia recta, que distingue el bien del mal, lo justo de lo injusto, lo recto de lo torcido. De lo contrario, la conciencia puede endurecerse hasta perder el sentido moral, el sentido del pecado, un peligro real para los cristianos de hoy. La vigilancia cristiana nos debe ayudar a poner los medios para conservar la rectitud moral: la confesión frecuente, precedida de un examen sincero de conciencia, y el examen de conciencia diario para ponderar nuestra fidelidad al Señor, son la mejor garantía para mantener la tensión moral y la delicadeza de conciencia.

Es necesaria también la vigilancia ante los posibles peligros que pueden debilitar nuestra fe o nuestra vida cristiana. El cristiano no puede vivir en una atmósfera permanente de temor, porque cuenta con la ayuda de la gracia de Dios, pero tampoco ha de ser un atolondrado, ni creerse invulnerable ante las tentaciones del demonio. Ha de vivir su vida cristiana con responsabilidad y sabiduría, para descubrir los peligros que ponen en riesgo nuestra fe y, sobre todo, el mayor tesoro del cristiano, la vida de la gracia, que es comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu, que vive en nosotros y nos da testimonio de que somos hijos de Dios. La vida de la gracia es ya en este mundo prenda y anticipo de la vida de la gloria, a la que Dios nos tiene destinados.

Para vivir la esperanza cristiana en la salvación definitiva no hay mejor camino que tomar en serio el momento presente en función de los acontecimientos finales, pues nuestro fin será como haya sido nuestra vida. Si cada día tratamos de ser fieles a Dios en nuestro propio estado y circunstancias, viviremos vigilantes y estaremos preparados para “el día y la hora” de que nos habla el Señor en el evangelio de estos días. Este es el estilo de los amigos de Dios, los santos. De este modo no consideraremos la muerte como una tragedia, sino que la esperaremos con la paz y la alegría de quienes se preparan para el abrazo definitivo con el Señor.

Que sea Él quien aliente nuestra vigilancia con su custodia fuerte y amorosa, pues como nos dice el salmo 127,1, “Si el Señor no guarda la ciudad en vano vigilan los centinelas”. Que la Santísima Virgen, a la que todos los días decimos muchas veces “ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte”, nos cuide y proteja ahora y en los momentos finales de nuestra vida.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

Juan J. Asenjo. Obispo de Córdoba.

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28/11/08

El Arrepentimiento de una Madre

Hemos recibido un comentario a uno de nuestros artículos en el que se nos pide oración por una joven embarazada a la que algunos familiares están presionando para que aborte.

Desde aquí, por si nos pudiese leer, queremos animar a esta joven a que no acabe con la vida del hijo que lleva dentro y le informamos de la existencia de redmadre una red solidaria de apoyo a la mujer embarazada, para que pueda encontrar alternativas positivas frente al drama del aborto, y que éste no se le presente como la única salida posible.

Su teléfono de información es el 902 188 988 y las asociaciones de la red establecidas en Córdoba son:

ADEVIDA
- Ayuda a mujeres embarazadas con problemas sociales o económicos
957 492 857 y 957 488 713
adevida@igm.es
c/ Isabel Losa, 12, Bajo
14001 - Córdoba

RESIDENCIA ADORATRICES "FUENTE DE VIDA"
- Acogida de mujeres embarazadas sin recursos durante el embarazo.
- Apoyo para la inserción socio-laboral.
957 270 088 y 957 272 816
c/ Toledo, 14
14012 - Córdoba

Asimismo la invitamos a ella y a sus familiares a leer y ver, los artículos y videos relacionados con el aborto que se han ido publicando en esta web. Seguro que les aclararán muchas cosas y le ayudarán.

Especialmente dedicado a esta joven embarazada, traemos hoy un video en el que una mujer muestra su enorme arrepentimiento por haber abortado. Un testimonio de primera mano en el que se muestra la cruda realidad que les espera a la mayoría de las mujeres que abortan.

Esperemos que a esta joven, por la que pedimos oración, le pueda servir de algo este testimonio y no tenga nunca que verse reflejada en la mujer del video.



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27/11/08

Compromiso con la política

Confirmo la necesidad y la urgencia de la formación evangélica y del acompañamiento pastoral de una nueva generación de católicos comprometidos en la política, que sean coherentes con la fe profesada, que tengan rigor moral, capacidad de juicio cultural, competencia profesional y pasión de servicio hacia el bien común.
S.S. el Papa Benedicto XVI, el pasado 17 de noviembre de 2008,
en un Discurso a la asamblea plenaria del XXIII Consejo Pontificio para los Laicos:
"Veinte años de la Christifideles laici: memoria, desarrollo, nuevos desafíos y tareas"