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29/11/11

Gran Éxito de la Operación Potito 2011


La "Operación Potito", llevada a cabo en la mañana del pasado sábado por los jóvenes de los distintos grupos de Confirmación de la parroquia ha sido todo un éxito ya que en apenas unas horas de campaña por los supermercados y farmacias de nuestro barrio se consiguieron recoger cerca de 2000 potitos.

Desde aquí queremos agradecer y felicitar a Cáritas parroquial, a los jóvenes de la parroquia y todo el barrio en general por su esfuerzo y desinteresada colaboración en esta labor en favor de las familias mas necesitadas de nuestra ciudad.

27/11/11

Primer Domingo de Adviento de 2011

Hoy comenzamos un nuevo Año Litúrgico (Ciclo “B”). La Iglesia ha ordenado las Lecturas de los Domingos en tres ciclos: A, B y C, de manera que cada uno de los ciclos se repite cada tres años. Es por ello que las Lecturas de este Ciclo “B” que hoy comenzamos no son las mismas que las del Primer Domingo de Adviento del año pasado.

Es así como en tres años de Lecturas dominicales, los fieles pueden tener una idea bastante completa -sin llegar a ser total- de la historia de la salvación contenida en la Sagrada Escritura.

Y el Año Litúrgico comienza con el Tiempo de Adviento. Hoy es el Primer Domingo de Adviento, tiempo de espera para la venida de Cristo... Y tiempo de espera significa tiempo de preparación para esa venida. Tiempo de Esperanza. Tiempo de Espera.

Las figuras del Adviento son:

  • La Virgen María: es la gran protagonista del Adviento. Ella espero contra toda esperanza, ella fue la que verdaderamente vivió la inminente llegada del Mesias. Ella como madre lo sintió crecer en su seno, lo sintio dentro, cercano, real... ella nos enseña que viviendo como esclavos del Señor y haciendo vida la palabra el mundo se llena de esperanza. Ella una joven de Nazaret se convierte en la gran colaboradora de la obra de la Redención de Dios para el hombre. Aprendamos de la Virgen, imitemos su vida, su ejemplo.

  • Isaias: es el gran profeta que anunció la venida de Cristo, el nacimiento del Mesías. En este tiempo de adviento escucharemos casi todos los días lecturas de este libro de la Biblia. El profeta Isaiás habla inspirado por Dios para llenar de paz, consuelo, esperanza...al pueblo que lo estaba pasando mal. Hoy día estamos viviendo una situación muy parecida. Nuestros contemporáneos están sufriendo las consecuencias terribles de esta crisis: paro, necesidad, desahucios, pobreza, marginación... Cristo viene a ser luz, consuelo, esperanza en esta oscuridad. El Señor viene a nacer en nuestras vidas, necesita de nuestras manos para ser esperanza para nuestros hermanos. Es imprescindible que nosotros cambiemos, recibamos al Señor para llevarlo a los demás.

  • Juan Bautista: el precursor, el que anunció que Jesús era el Mesías. El Cordero de Dios que ha nacido para Salvarnos del pecado. Juan también nació por un milagro de Dios. Es consciente de su misión, anunciar, preparar, proclamar que Dios nace en medio de nosotros. Cada uno de los cristianos deberiamos asumir hoy el papel de Juan el Bautista para anunciar a este mundo que Dios viene a nacer en los corazones de los hombres y mujeres que lo abran a su presencia. Juan predicó en el desierto, nosotros predicamos en el desierto de la increencia, la comodidad, el consumismo, la injusticia la indiferencia religiosa, el ateismo...pero debemos hacerlo cargados de convencimiento y confianza en Dios.

Adviento es tiempo de espera. De limpieza interior. Os explico algunos signos del Adviento:

Tomás Pajuelo Romero.
Párroco


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26/11/11

Tiempo de Adviento

Comienza el Tiempo de Adviento. Aprendamos algo más sobre este tiempo fuerte para los fieles católicos.

Significado del Adviento:

Al celebrar la Iglesia el Adviento, te invita a meditar en la venida del Señor. Esta venida se nos presenta en tres dimensiones:

Adviento Histórico. Es la espera en que vivieron los pueblos que ansiaban la venida del Salvador. Va desde Adán hasta la encarnación, abarca todo el Antiguo Testamento. Escuchar en las lecturas a los Profetas, nos deja una enseñanza importante para preparar los corazones a la llegada del Señor. Acercarse a esta historia es identificarse con aquellos hombres que deseaban con vehemencia la llegada del Mesías y la liberación que esperaban de él.

Adviento Místico. Es la preparación moral del hombre de hoy a la venida del Señor. Es un Adviento actual. Es tiempo propicio para la evangelización y la oración que dispone al hombre, como persona, y a la comunidad humana, como sociedad, a aceptar la salvación que viene del Señor. Jesús es el Señor que viene constantemente al hombre. Es necesario que el hombre se percate de esta realidad, para estar con el corazón abierto, listo para que entre el Señor. El Adviento, entendido así, es de suma actualidad e importancia.

Adviento Escatológico. Es la preparación a la llegada definitiva del Señor, al final de los tiempos, cuando vendrá para coronar definitivamente su obra redentora, dando a cada uno según sus obras. La Iglesia invita al hombre a no esperar este tiempo con temor y angustia, sino con la esperanza de que, cuando esto ocurra, será para la felicidad eterna del hombre que aceptó a Jesús como su salvador.

Esta celebración manifiesta cómo todo el tiempo gira alrededor de Cristo, el mismo ayer, hoy y siempre; Cristo el Señor del tiempo y de la Historia.

Esquema del adviento:

Inicia con las vísperas del domingo más cercano al 30 de Noviembre y termina antes de las vísperas de la Navidad. Los domingos de este tiempo se llaman 1°, 2°, 3° y 4° de Adviento. Los días del 16 al 24 de diciembre (la Novena de Navidad) tienden a preparar más específicamente las fiestas de la Navidad.

El color de los ornamentos del altar y la vestidura del sacerdote es el morado, igual que en Cuaresma, que simboliza austeridad y penitencia. Son cuatro los temas que se presentan durante el Adviento:

I Domingo, la vigilancia en espera de la venida del Señor.

Durante esta primer semana las lecturas bíblicas y la predicación son una invitación con las palabras del Evangelio: "Velen y estén preparados, que no saben cuándo llegará el momento".

Es importante que, como familia nos hagamos un propósito que nos permita avanzar en el camino hacia la Navidad; ¿qué te parece si nos proponemos revisar nuestras relaciones familiares? Como resultado deberemos buscar el perdón de quienes hemos ofendido y darlo a quienes nos hayan ofendido para comenzar el Adviento viviendo en un ambiente de armonía y amor familiar. Desde luego, esto deberá ser extensivo también a los demás grupos de personas con los que nos relacionamos diariamente, como la escuela, el trabajo, los vecinos, etc. Esta semana, en familia al igual que en cada comunidad parroquial, encenderemos la primer vela de la Corona de Adviento, color morada, como signo de vigilancia y deseos de conversión.

II Domingo, la conversión, nota predominante de la predicación de Juan Bautista.

Durante la segunda semana, la liturgia nos invita a reflexionar con la exhortación del profeta Juan Bautista: "Preparen el camino, Jesús llega" y, ¿qué mejor manera de prepararlo que buscando ahora la reconciliación con Dios? En la semana anterior nos reconciliamos con las personas que nos rodean; como siguiente paso, la Iglesia nos invita a acudir al Sacramento de la Reconciliación (Confesión) que nos devuelve la amistad con Dios que habíamos perdido por el pecado. Encenderemos la segunda vela morada de la Corona de Adviento, como signo del proceso de conversión que estamos viviendo.

Durante esta semana puedes buscar en los diferentes templos que tienes cerca, los horarios de confesiones disponibles, para que cuando llegue la Navidad, estés bien preparado interiormente, uniéndote a Jesús y a los hermanos en la Eucaristía.

III Domingo, el testimonio, que María, la Madre del Señor, vive, sirviendo y ayudando al prójimo.

Coincide este domingo con la celebración de la Virgen de Guadalupe, y precisamente la liturgia de Adviento nos invita a recordar la figura de María, que se prepara para ser la Madre de Jesús y que además está dispuesta a ayudar y servir a quien la necesita. El evangelio nos relata la visita de la Virgen a su prima Isabel y nos invita a repetir como ella: "Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?.

Sabemos que María está siempre acompañando a sus hijos en la Iglesia, por lo que nos disponemos a vivir esta tercer semana de Adviento, meditando acerca del papel que la Virgen María desempeñó. Te proponemos que fomentes la devoción a María, rezando el Rosario en familia, uno de los elementos de las tradicionales posadas, que inician el próximo día 16. Encendemos como signo de espera gozosa, la tercer vela, color rosa, de la Corona de Adviento.

IV Domingo, el anuncio del nacimiento de Jesús hecho a José y a María.

Las lecturas bíblicas y la predicación, dirigen su mirada a la disposición de la Virgen María, ante el anuncio del nacimiento de su Hijo y nos invitan a "Aprender de María y aceptar a Cristo que es la Luz del Mundo". Como ya está tan próxima la Navidad, nos hemos reconciliado con Dios y con nuestros hermanos; ahora nos queda solamente esperar la gran fiesta. Como familia debemos vivir la armonía, la fraternidad y la alegría que esta cercana celebración representa. Todos los preparativos para la fiesta debieran vivirse en este ambiente, con el firme propósito de aceptar a Jesús en los corazones, las familias y las comunidades. Encendemos la cuarta vela color morada, de la Corona de Adviento.

Corona de Adviento:

Origen.

La Corona de Adviento con sus cuatro velas es un símbolo tradicional de Alemania difundido por todo el mundo. Representaba el ruego para que el dios-sol regresara con su luz y calor durante el invierno. Los cristianos luteranos, al ver en Jesucristo el origen de la vida y luz espiritual, adoptaron este símbolo para expresar y vivir su fe en torno a la persona del Mesías.

Significado.

El círculo de follaje verde, recuerda la eternidad de Dios y nos hace pensar en los miles de años de espera del Mesías, desde Adán hasta su nacimiento y, en la actual espera de la segunda venido de Cristo. El color verde significa la esperanza de la vida.

Las cuatro velas que se colocan alrededor, significan la luz que disipan las tinieblas del pecado, son tres de color morado, que hablan del deseo de conversión y una rosa que habla de la alegría vivida con María, por la inminente llegada de Jesús.

La vela blanca del centro es la Luz de Jesús que con su nacimiento, viene a iluminar definitivamente la vida del hombre.

Celebración.

Es una costumbre que reúne a la familia, pues es allí en donde se sugiere la celebración. La familia unida hace una oración en torno a la corona, con alguna meditación alusiva a las lecturas dominicales; se enciende una vela cada semana cantando algo que hable de la espera del Salvador. La noche del 24 de diciembre con las cuatro velas encendidas, se enciende por último la vela blanca cantando villancicos y se "acuesta al niño Jesús" en el nacimiento, como de costumbre, desde luego después de haber leído el Evangelio del relato del Nacimiento en Belén y de haber hecho una reflexión y oración todos juntos. Generalmente en los templos se reparten hojas con oraciones sugeridas para esta celebración.

Nuestra preparación

Nuestra preparación no tiene que ser sólo litúrgica, sino también espiritual y moral. Llama a la conversión del corazón y a la renovación de vida.

El tiempo de Adviento no es un tiempo de penitencia al estilo de la cuaresma, que busca la conversión por el hecho de conocer el sacrificio de Jesús por nosotros en la cruz. El Adviento es el tiempo favorable para emprender un cambio del corazón y para dar un nuevo y decisivo paso en nuestro caminar espiritual, es conversión como preparación por la espera de Jesús.

La figura de San Juan Bautista destaca de manera especial en adviento. Es un compañero ideal, austero y gozoso a la vez. Su vida fue penitente en grado sumo, pero no resuena en ella nota alguna de tristeza. Como heraldo y precursor del Señor, se regocijo al escuchar la voz de Jesús. Este es el único capaz de sacarnos de nuestra propia complacencia. "¡Arrepentíos, el reino de los cielos está cerca!", gritaba.

La venida espiritual

En Cristo, el Hijo eterno, Dios ha aparecido entre nosotros en forma humana. E intenta entrar en lo más íntimo de nuestras vidas, a fin de compartir su vida con nosotros. Él está a la puerta y llama, pero jamás forzará la entrada. La puerta que da acceso a nuestros corazones sólo puede ser abierta desde dentro.

Fue San Bernardo quien conectó esta venida espiritual de Cristo con el Adviento. En sus sermones para este tiempo habla de tres venidas de Nuestro Señor: su venida que tuvo lugar ya en el nacimiento, su futura venida en la gloria y su venida espiritual, que pertenece al presente. De esta última dice: "Esta venida intermedia es como la senda por la que pasa de la primera a la última: en la primera, Cristo fue nuestra redención; en la última, aparecerá como nuestra vida; en ésta es nuestro descanso y nuestro consuelo".

Dos venidas entrelazadas

En Navidad celebramos la venida en un momento concreto. Esto no plantea una dificultad especial. Pero hay otra perspectiva, la del futuro, la del retorno de Cristo en gloria al final de los tiempos. Y aquí pude asaltarnos la dificultad. ¿Cómo hay que armonizar estos diversos aspectos?

Tal vez nos sorprenda y nos preguntemos por la conexión existente entre la venida de Cristo que aconteció hace más de dos mil años y su retorno futuro, en una fecha conocida sólo por el Padre.Pero si reflexionamos, descubrimos que estas dos "venidas" están relacionadas entre sí y se complementan recíprocamente. Se las puede ver como dos fases o aspectos del único misterio de salvación.

Los padres de la Iglesia, fieles a la Escritura, no disociaron estas dos venidas, sino que las consideraron conjuntamente y hablaron de ellas sin separar una de la otra. San Cirilo de Jerusalén decía: "Anunciamos la venida de Cristo, pero no una sola -dice-, sino también una segunda, mucho más magnífica que la anterior". Y continúa con la contraposición de estas dos venidas: "En la primera venida fue envuelto con pajas en el pesebre; en la segunda se revestirá de luz como vestidura. En la primera soportó la cruz, sin mido a la ignominia; en la otra vendrá glorificado y escoltado por un ejército de ángeles".

El término mismo "adviento" admite una doble significación. Puede significar tanto una venida que ha tenido ya lugar como otra que es esperada aún: presencia y espera. En el Nuevo Testamento, la palabra griega equivalente es "parousia", que puede traducirse por venida o llegada, pero que se refiere más frecuentemente a la segunda venida de Cristo, al día del Señor.

No podemos proyectarnos a los tiempos del AT, como si esperásemos todavía un Mesías y un salvador. La prolongada noche de la espera ha pasado ya. Nos encontramos en la plenitud de los tiempos. La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Es Emmanuel, "Dios con nosotros". Pero a pesar de todo esto, la Iglesia continua aguardando y esperando. Ella espera y ansía la plenitud de la venida de Cristo. El mundo ha sido redimido, pero la historia de la redención continúa. Y continuará hasta que Cristo, el Señor, termine su tarea. El reino de Dios no ha sido establecido aún de manera plena, y la obra de extender el reino de Cristo en la tierra tiene que continuar.

Tiempo de esperanza

La Iglesia es más consciente de que su esperanza descansa en el futuro. Ella mira hacia delante, hacia la restauración de todas las cosas en Cristo, a unos nuevos cielos y una nueva tierra. Sólo entonces alcanzará ella su perfección plena.

Ciertamente, es muy difícil practicar la esperanza en los tiempos que vivimos. Muchísimas son las cosas que militan en su contra: las críticas y ataques a la fe, los valores morales en declive, el materialismo, la secularización se vienen a la alza. Hablando humanamente, hay poquísimos motivos para la esperanza; pro la esperanza cristiana no se basa en meras consideraciones humanas, sino en la bondad y el poder de Dios.

Como pueblo de Dios, tenemos que poner lo que está de nuestra parte para la construcción de un mundo mejor y para preparar un camino al Señor. Ambas tareas son inseparables.

"Vigilar y orar"

La vigilancia es una virtud importante, pero bastante descuidada. Vigilar significa vivir en el pensamiento de la segunda venida de Cristo. Debería ser una actitud de mente constante, que gobernará toda nuestra conducta. Una virtud para todo momento, pero especialmente apropiada durante el Adviento.

Si estamos dispuestos y preparados en todo momento para servir a nuestros prójimos y a Dios, entonces estamos practicando la vigilancia; estamos al acecho de Cristo.

Esta actitud de vigilancia no es algo ansiosa, sino paciente y pacífica; pero es, al mismo tiempo, una postura de alerta.

"Somos más fuertes cuando esperamos que cuando poseemos. Cuando poseemos a Dios (o creemos poseerlo), lo reducimos a aquella pequeña cosa que conocemos y captamos de él, y lo convertimos en un ídolo... pero si sabemos que no le conocemos y si esperamos que él se nos dé a conocer, entonces somos captados, conocidos y poseídos por Él" Paul Tilich

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24/11/11

La Corona de Adviento

Una corona de advientoEl próximo domingo se inicia el tiempo de Adviento, un tiempo fuerte en la vida de la Iglesia en la que nos preparamos para la venida del Señor.

Actualmente se está recuperando, tanto en las iglesias como en los hogares, una costumbre muy significativa y de gran ayuda para vivir este tiempo: La corona de Adviento. Es el primer anuncio de Navidad. Un simpático elemento complementario de pedagogía cristiana para expresar la espera de Cristo Jesús como Luz y Vida. Os animamos a todos a colocar una corona de Adviento en vuestras casas. Para ello os indicamos a continuación la manera de realizarla, explicando, a su vez, el significado de cada uno de sus elementos.

La corona de adviento es un círculo hecho con ramas verdes entre las que se suelen colocar pequeños frutos y una cinta de color rojo. En el interior del círculo se insertan cuatro velas. Tres velas son violeta (o rojas) y una es rosa (o blanca). El primer domingo de adviento encendemos la primera vela y cada domingo de adviento encendemos una vela mas hasta llegar a la Navidad. La vela rosa corresponde al tercer domingo y representa el gozo de María. El día de Navidad se suele colocar en el centro una vela blanca adicional o cirio simbolizando a Cristo como centro de todo cuanto existe.

La corona deberá ser colocada en un sitio especial dentro del hogar, preferiblemente en un lugar fijo donde la puedan ver los niños, de manera que se recuerde constantemente la venida de Jesús y la importancia de prepararse para ese momento.

Mientras se encienden las velas se hace una oración utilizando algún pasaje de la Biblia y se entonan cantos. En casa es recomendable hacerlo los sábados antes o después de la cena.

La corona de Adviento encuentra sus raíces en las costumbres pre-cristianas de los germanos. Durante el frío y la oscuridad de diciembre, hacian coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la primavera. Era un ruego al sol para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas dándole un profundo significado cristiano a cada uno de sus elementos.
Las velas anticipan la venida de la luz (Jesucristo) en la Navidad. El hecho de irlas prendiendo poco a poco nos recuerda que, como conforme se acerca la luz, las tinieblas se van disipando, de la misma forma que conforme se acerca la llegada de Jesucristo que es luz para nuestra vida se debe ir esfumando el reinado del pecado sobre la tierra.

La forma circular, sin principio ni fin es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin.

Las ramas perennes de color verde representan por una parte que Cristo está siempre vivo entre nosotros y por otra la esperanza. Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas.

La cinta roja representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.

Los frutos que adornan la corona representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.

Bendición de la Corona de Adviento

En cada hogar la puede llevar a cabo el padre o la madre con la siguiente oración:

Señor Dios bendice con tu poder nuestra Corona de Adviento para que, al encenderla, despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo practicando las buenas obras, y para que así, cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Todos: Amén.


Lecturas y Oración para el encendido de cada Vela

PRIMERA SEMANA

- Isaías 9:1-2
El pueblo que andaba a oscuras vio una luz grande. Los que vivían en tierra de sombras una luz brilló sobre ellos. Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría. Alegría por tu presencia, cual la alegría en la siega, como se regocijan repartiendo botín.
"Palabra de Dios" Todos: "Te alabamos Señor".

Se enciende la primera vela.

Oración: "Dios todopoderoso, aviva en tus fieles, al comenzar el Adviento, el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene, acompañados por las buenas obras, para que, colocados un día a su derecha, merezcan poseer el reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo.Todos: "Amén".


SEGUNDA SEMANA

-1Tesalonisenses 5,23-24
Que el mismo Dios de la Paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida del Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.
"Palabra de Dios"Todos: "Te alabamos Señor".

Se encienden dos velas.

Oración: "Señor Todopoderoso, rico en misericordia, cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo, no permitas que lo impidan los afanes de este mundo; guíanos hasta él con sabiduría divina para que podamos participar plenamente de su vida. Por nuestro Señor Jesucristo.
Todos: "Amén".


TERCERA SEMANA

-1 Tesalonicenses 3,12-13
Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos. Y que así os fortalezca internamente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios nuestro Padre.
"Palabra de Dios"Todos: "Te alabamos Señor".

Se encienden tres velas.

Oración: Estás viendo, Señor, cómo tu pueblo espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo; concédenos llegar a la Navidad, fiesta de gozo y salvación, y poder celebrarla con alegría desbordante. Por nuestro Señor Jesucristo.
Todos: "Amén".


CUARTA SEMANA

-2 Tes. 1,6-7
Es justo a los ojos de Dios pagar con alivio a vosotros, los afligidos, y a nosotros, cuando el Señor Jesús se revele, viniendo del cielo acompañado de sus poderosos ángeles, entre las aclamaciones de sus pueblo santo y la admiración de todos los creyentes.
"Palabra de Dios"Todos: "Te alabamos Señor".

Se encienden las cuatro velas.

Oración: Derrama Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
Todos: "Amén"

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21/11/11

Confirmaciones en la parroquia - Noviembre de 2011

El pasado Sábado día 19, Visperas de la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, se celebró en la Parroquia del Beato Álvaro la Confirmación de un grupo de jóvenes, adultos y cofrades. En total 27 personas recibieron el Sacramento de la Confirmación.

La ceremonia fue presidida por D. Manuel Hinojosa Petit, Vicario Episcopal de la Ciudad. Los confirmandos y toda la comunidad parroquial vivieron este momento como un regalo de la Gracia de Dios. Todos se esforzaron en preparar con un gran empeño la liturgia, fue una celebración en la que el coro brilló con sus cantos, los confirmandos se implicaron totalmente y toda la comunidad parroquial vibró con este día. Los Confirmandos se han propuesto incorporarse a las distintas tareas pastorales de la Parroquia.

Parroquia Beato Álvaro de Córdoba.

20/11/11

Retiro de Adviento 2011 en El Bañuelo

El próximo día 3 de Diciembre de 2011 tendremos el RETIRO DE ADVIENTO.

Lo vamos a hacer en el Desierto del Bañuelo. El retiro se desarrollará desde las 11:30h hasta las 18h. Todos los que quieran participar nos vemos a las 11h en la puerta de la Parroquia, el que tenga coche y pueda ponerlo para llevar a la gente se le agradece. Todos y cada uno llevamos nuestro bocadillo y bebida para comer.

Es un momento en el que podemos rezar, confesar, convivir, prepararnos para vivir el Adviento y la Navidad.

Quedáis invitados todos y podéis decirselo a todos los que queráis. Ojalá el Señor nos conceda un gran número de participantes y sea un día de encuentro sincero y profundo con el Señor. Podéis llevar a los niños porque alli hay sitio para que jueguen, disfruten y puedan pasar un gran día.

Os eperamos a todos.

Tomás. Párroco.

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO

JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO

Lecturas: Ezequiel 34, 11-12.15-17 // Salmo 23 // 1 Corintios 15, 20-26.28 // Mateo 25, 31-46.

Queridos hermanos y hermanas:

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSOHoy es el último domingo del Año Litúrgico, que finaliza celebrando a Cristo como Rey del Universo, fiesta solemne instaurada por el Papa Pío XI en 1925.

El Reinado de Cristo -que es lo mismo que el Reino de Dios- viene mencionado muchas veces en la Sagrada Escritura. Cristo nos dice que su Reino no es de este mundo. Sin embargo, sabemos que su Reino también está en este mundo. Pero su Reino no es terrenal, sino celestial; no es humano, sino divino; no es temporal, sino eterno.

Su Reinado está en medio del mundo, porque está en cada uno de nosotros. Mejor dicho: está en cada uno de nosotros cuando estamos en gracia; es decir, cuando Cristo vive en nosotros y así permitimos que el Señor sea Rey de nuestro corazón y de nuestra alma, cuando le permitimos a Jesucristo reinar sobre nuestra vida.

Si Cristo es nuestro Rey, nosotros somos sus súbditos. Tendríamos, entonces, que preguntarnos ¿qué hace un súbdito? Hace lo que desea y lo que le indica su Rey, su Jefe. Por eso decimos que el Reinado de Cristo está dentro de nosotros mismos, pues Cristo es verdadero Rey nuestro cuando nosotros hacemos lo que Él desea y lo que Él nos pide.

Y ¿qué nos pide ese Rey bondadosísimo que es Cristo, este Pastor amorosísimo que nos presentan las Lecturas de hoy? Él nos pide lo que más nos conviene a nosotros. Y lo que más nos conviene a nosotros es hacer la Voluntad del Padre. En eso consiste el Reinado de Cristo en cada uno de nosotros: en que hagamos la Voluntad de Dios.

No en vano Jesucristo nos enseñó a decir en el Padre Nuestro: “Venga tu Reino” y seguidamente: “Hágase tu voluntad”. Es así, entonces, como el Reinado de Cristo comienza por nosotros mismos: cuando comenzamos a buscar hacer la Voluntad de Dios.

Las Lecturas de este último domingo del Año -del Año Litúrgico- nos invitan a reflexionar sobre el establecimiento del Reinado de Cristo en el mundo.

La Primera Lectura del Profeta Ezequiel (Ez. 34, 11-12 y 15-17) nos habla del momento en que “se encuentren dispersas las ovejas” y de cómo Jesús, el Buen Pastor atenderá a cada una: “Buscaré a la perdida y haré volver a la descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil, y a la que está gorda y fuerte, la cuidaré”.

Y termina la lectura hablando del día del Juicio Final: “He aquí que voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos”.

En este anuncio del Juicio Final que hace Jesucristo en el Evangelio de hoy (Mt. 25, 31-46), El comienza con esa profecía de Ezequiel: “Entonces serán congregadas ante El todas las naciones, y El apartará a los unos de los otros... a las ovejas de los machos cabríos”.

El Salmo no podía ser otro que el #22, el del Buen Pastor. “El Señor es mi Pastor, nada me falta...”. Porque Jesús, antes del día del Juicio Universal, antes de venir a establecer su Reinado definitivo, cuida a cada una de sus ovejas, como nos dice la Primera Lectura y como nos indica este Salmo, favorito de muchos.

El Evangelio de hoy es el famoso pasaje sobre el Juicio Universal o Juicio Final: “tuve hambre y me diste de comer... tuve sed y me diste de beber...”. ¿Significa, entonces, que sólo seremos juzgados con relación a lo que hayamos hecho o dejado de hacer al prójimo?

Para comentar el sentido completo del Juicio Universal, citamos al teólogo dominico, Antonio Royo Marín, quien en su libro “Teología de Salvación” nos dice lo siguiente acerca de esta cita evangélica:

“A juzgar por la descripción del juicio final hecha por el mismo Jesucristo... pudiera pensarse que sólo se nos juzgará sobre el ejercicio de la caridad para con el prójimo... Pero todos los exegetas católicos están de acuerdo en que esas expresiones las usa el Señor únicamente por vía de ejemplo -y acaso también para recalcar la gran importancia de la caridad- pero sin que tengan sentido alguno exclusivista”.

Es conveniente, entonces, recordar que los seres humanos, una vez dejada nuestra existencia terrenal o temporal, pasaremos por dos juicios: el Juicio Particular, que tiene lugar en el mismo momento de nuestra muerte, y el Juicio Universal que sucederá al final de los tiempos, precisamente cuando Cristo vuelva glorioso a establecer su reinado definitivo.

Ahora bien, ¿qué diferencia hay entre ambos juicios? Lo primero que debe destacarse es que no habrá discrepancia entre ambos. En el Juicio Final será ratificada la sentencia que cada alma recibió en el Juicio Particular.

Lo que sucede es que el Juicio Particular será para la conciencia moral individual. Se referirá al aprovechamiento o desperdicio que hayamos hecho de las gracias recibidas a lo largo de nuestra vida terrena. Y el Juicio Universal será sobre la influencia que hayan tenido el bien o el mal que cada uno haya hecho o dejado de hacer en otras personas, en la humanidad, en la historia de la salvación,

Dicho en otras palabras: el Juicio Particular se referirá a la conciencia individual y el Juicio Final se referirá a las consecuencias sociales de nuestros pecados. De allí que el Señor, al describirnos el Juicio Final, se refiera a las obras de misericordia, a lo que comúnmente llamamos obras de caridad.

Escuchando este evangelio debemos recapacitar sobre nuestras vidas. Debemos pensar si nos hicieran el juicio ahora a cada uno de nosotros ¿Dónde iríamos? ¿A la Salvación o a la Condenación? Pues esa posibilidad es real, porque no sabemos ni el día ni la hora en la que se nos pedirá cuentas de nuestra vida. Por eso debemos estar preparados, vivir el evangelio, los sacramentos, la Confesión frecuente... Es la única manera de poder estar en Gracia de Dios.

Es verdad que el Señor estará siempre dispuesto a salir a buscar a la oveja descarriada, salir buscarla, ponerlas en sus hombros y devolverla al redil... pero llegará el día y la hora en la que el buen Pastor ya no saldrá a buscar y más bien será el Juez Universal que nos juzgará.

Con este Domingo termina el año cristiano. El Próximo domingo es el comienzo de un Nuevo Año para los cristianos, comienza el ADVIENTO, cambia el ciclo de las lecturas Dominicales, ciclo B, es el comienzo del año, EL AÑO NUEVO.

Que Dios os bendiga a todos, feliz Día del Señor. Que paséis un feliz día del Señor. Tomás Pajuelo Romero.

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18/11/11

Benedicto XVI en las JMJ 2011 (IX)

"Seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario. Quien cede a la tentación de ir "por su cuenta" o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiento una imagen falsa de Él."

19 de Agosto de 2011.

16/11/11

Noviembre: "Mes del Potito"

El pasado año algunas parroquias hermanas detectaron en su feligresía necesidades de alimentos para bebés por lo que solicitaron nuestra colaboración a tal fin. Nuestra Cáritas Parroquial puso por entonces en marcha la deonominada "Operación Potito".

Dada la buena respuesta de nuestra feligresía ante esa campaña y que, un año después, continúan las necesidades, nuestra "Cáritas Parroquial" ha decidido poner en marcha una nueva "Operación Potito".

Se trata de hacer un llamamiento a nuestra feligreses para recoger en nuestra parroquia "potitos" para bebé durante todo el mes de Noviembre, que después se llevarán a estas parroquias que han solicitado nuestra colaboración.

Se trata de una colaboración en la que con una escasa aportación económica podemos ayudar con un fin muy concreto a bebés de familias necesitadas.

Esperamos tu colaboración.

14/11/11

Visita Virtual a la Catedral de Córdoba



El cabildo catedral de Córdoba ha puesto a disposición de todos los internautas, en su página web, http://www.catedraldecordoba.es/ , una visita virtual a la catedral de Córdoba.

Se trata de un paseo que recorre el exterior y el interior de la catedral, mostrando rigurosos detalles y aspectos que en ocasiones pasan inadvertidos.

Puedes disfrutar de ella pinchando aquí.

13/11/11

Día de la Iglesia Diocesana 2011

XXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - Ciclo A

Lecturas: Proverbios 31, 10-13.19-20.30-31 // Salmo 128 // 1ª Tesalonicenses 5, 1-6 // Mateo 25, 14-30.

Queridos hermanos y hermanas:

Las Lecturas de este domingo nos hablan de la parte que nos toca a cada uno de los seres humanos en nuestra propia salvación. Sabemos que la salvación es obra de Dios, por los méritos de Jesucristo y por la acción del Espíritu Santo en nosotros, pero a cada uno de nosotros nos toca una pequeña parte: nuestra respuesta a las gracias que el Señor nos da en cada momento y a lo largo de toda nuestra vida. Al regresar el amo, los dos primeros son felicitados, se les promete que se le confiarán cosas de mucho valor y se les invita “tomar parte en la alegría de su Señor”. Es decir que los que hicieron fructificar sus talentos llegaron al Reino de los Cielos.

Pero el que no, le fue quitado el talento que guardó sin hacer fructificar y, además, es echado “fuera, a las tinieblas, donde será el llanto y la desesperación”. Es decir, el servidor que no hizo frutos, será condenado igual que un pecador. ¿Por qué?

Porque también es un pecador. Hay un tipo de pecado, llamado “pecado de omisión” que se refiere, no a lo que se ha hecho, sino a lo que se ha dejado de hacer. Y todo aquél que no responde a las gracias recibidas de Dios, peca por omisión.

Dios distribuye sus gracias a quién quiere, cómo quiere, cuándo quiere y cuánto quiere. Lo importante no es recibir mucho o poco, más o menos que otro. Esta parábola nos muestra que Dios reparte sus dones en diferentes medidas. Lo importante es saber que Dios da a cada uno lo que necesita para su salvación, y lo da en la forma y en el momento adecuado: “Mi gracia te basta” (2 Cor. 12. 9). “Tú les das la comida a su tiempo. Abres la mano y sacias de favores a todo viviente” (Sal. 145, 15). Además, Dios exige en proporción de lo que nos ha dado. “A quien mucho se le da, mucho se le exigirá” (Lc. 12, 48). Y lo que nos ha dado es para hacerlo fructificar.

¿Qué espera Dios de nosotros? Que con las gracias que nos da demos frutos de virtudes y de buenas obras. Dicho en otras palabras: Él nos da las gracias, y espera que aprovechemos esas gracias. Aprovechar las gracias es crecer en virtudes y en servicio a los demás. ¿Dónde tenemos que poner a trabajar nuestros talentos? Debemos hacerlo inmersos en nuestra Madre la Iglesia. En este domingo celebra la Iglesia en España el día de la "Iglesia Diocesana". Hoy debemos tomar conciencia que estamos injertados en la Iglesia Universal por medio de nuestra Diócesis, presidida por un sucesor de los Apóstoles, el Obispo, nuestro Obispo D. Demetrio. Y la Iglesia Diocesana se hace cercana y real en nuestras parroquias. Es cierto que la realidad de Iglesia que vivimos más próxima a nosotros es nuestra parroquia. Pero ninguna parroquia tiene sentido sin la Diócesis.

Nuestra Diócesis existe desde los primeros siglos del cristianismo. Obispos como Osio participaron en Concilios muy importantes para el devenir de la Iglesia. En nuestra diócesis existen en la actualidad cuenta con 229 Parroquias extendidas por toda la provincia y la ciudad. Trabajan en ellas 287 sacerdotes. Se han celebrado en el año pasado 6609 bautismos, 4422 primeras comuniones, 2259 confirmaciones hy 2571 matrimonios. Son miles las personas que cada domingo participan en la Eucaristía. Que reciben los sacramentos. En nuestra Diócesis de Córdoba existen 194 Centros sociales de asistencia a los más necesitados, residencias de ancianos, guarderias, casas para los enfermos del SIDA, para mujeres maltratadas, para indigentes, etc. Existen 229 Cáritas Parroquiales, una por cada parroquia de la Diócesis. En las que se han atendido en el último año a más de 180.000 personas entregando más de dos millones doscientos mil euros. Nuestra Diócesis ha colaborado con las misiones con cerca de setecientos mil euros y con la campaña contra el hembre en el mundo con más de un millón de euros.

Las cifras son rotundas y además incuestionables. Para mi ponen de manifiesto una generosidad y una coherencia importante en nuestra Diócesis. Teniendo el cuenta que sólo el 45% de los cordobeses se declara practicante, asiste a la misa dominical, esto significa que unas cuatrocientas mil personas en la Diócesis han entregado a los más necesitados casi cuatro millones de Euros. Esto es grandioso, pero no podemos conformarnos con lo que hemos conseguido debemos hacer rendir aún más nuestros talentos, tenemos que procurar llegar a más necesidades. En este día de la "Iglesia Diocesana" se han repartido en las parroquias boletines informativos con el balance de las cuentas del la Diocesis. Un ejercicio de Transparencia real y total por parte de la Iglesia. Ya me guastaria a mi que todos esos que se meten con la Iglesia, que quieren hacerla desaparecer, que pretenden instaurar el reino del laicismo radical mostrasen sus balances de cuentas, de subvenciones, de ayudas... Que partidos políticos, sindicatos, asociaciones y ONGs repartieran entre todos sus afiliados un boletín informativo con sus cuentas como ha hecho la Diócesis de Córdoba hoy en TODAS las parroquias y al alcance de TODOS los cristianos.

Os pido un favor muy grande pero que es expresión de nuestro compromiso con la Iglesia. En ese boletín informativo, al final del mismo, aparece una ficha de suscripción a la Iglesia. Puedes subscribirte a la Diócesis o a tu parroquia. Con la cantidad que tu quieras y con la periodicidad que tu quieras. Pensad por un momento que si los cuatrocientos mil cordobeses que asisten a la Misa dominical en nuestra diócesis, se suscribieran con 10€ mensuales, la Diócesis podria contar con cuatro millones de euros mensuales para su sustento, para restaurar parroquias, salones de catequesis, casas de acogida, Cáritas... ¡¡¡CUANTO PODRÍAMOS HACER !!! ¡¡¡Y CON QUE POCO POR NUESTRA PARTE!!! Seamos sinceros, ¿quién no se gasta 10€ al mes en pegos? Creo que hoy tenemos que reflexionar y pensar que Dios nos ha dado unos talentos y unas posibilidades económicas y no podemos quedarnos impasibles cruzados de brazos. ¡¡SUSCRÍBETE!!!

Que Dios os bendiga a todos. Que paséis un feliz día del Señor. Tomás Pajuelo Romero.

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11/11/11

"Migas de los pastores" - 2011

El tiempo 'vuela', y en un par de semanas comenzará el Adviento y antes de darnos cuenta estaremos en Navidad. Como todos los años celebraremos en diciembre (10 de diciembre a partir de las 13h) las ya tradicionales "migas de los pastores" en las que nos encontramos cada año todos los que colaboramos en las distintas actividades de la Parroquia, junto a nuestras familias.

Migas Pastores 2009
Reproducimos a continuación la 'convocatoria' que nos hace nuestro párroco, don Tomás, para esta entrañable jornada de convivencia:
Queridos hermanos y hermanas:

Me dirijo a vosotros para invitaros a las tradicionales migas de los pastores. Desde hace unos años, venimos celebrando en los días próximos a la Navidad un encuentro de todos los que formamos parte de la Parroquia, para pasar un rato de familia. Las migas de los pastores surgieron como expresión de la necesidad de conocernos, de vivir juntos, de tener un momento de encuentro, TODOS los que formamos la gran familia del Beato Álvaro.

Normalmente nos vemos cada uno en sus ámbitos de trabajo en la parroquia y nos conocemos y tenemos conciencia de formar parte de una comunidad. Pero nos faltan momentos en los que TODOS junto con nuestras familias, vivamos esa pertenencia a la parroquia. Esa fue la finalidad y el objetivo de hacer este día de encuentro.

Todo el mundo está invitado, las migas de los pastores no son de ningún grupo en particular y sí de todos en general. Nadie se sienta excluido, todos podemos participar. Este año las celebraremos el día 10 de diciembre a partir de las 13h.

Para poder prever la cantidad de comida y bebida que es necesaria se ha puesto una lista en el tablón de anuncios de la Catequesis para que cada uno se apunte y ponga el número de los que vienen. Rogamos que seáis diligentes en hacerlo para poder preparar convenientemente este acontecimiento. Lo que hemos hecho los años anteriores que los gastos generales los hemos dividido entre los asistentes y hemos sufragado todo.

Os espero a todos. Que Dios os bendiga.

Tomás Pajuelo Romero. Párroco del Beato Álvaro de Córdoba.

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10/11/11

El Rito de la Paz

El rito de la paz en la liturgía tiene una singular importancia. Rito que la tradición litúrgica de la Iglesia tenía en altísima estima, reservándolo en exclusividad a los fieles cristianos, y quedando excluidos los catecúmenos y los penitentes por estar aún fuera de la Comunión eclesial.

Ese beso es tan santo que sólo quienes están en Gracia, unidos a la Iglesia, pueden intercambiárselo. Este valor espiritual es el que hoy hemos de tener presente al realizar el rito de la paz en la celebración eucarística: es la paz de la Comunión con el Cristo total, Cabeza y Cuerpo.

Vayamos a la catequesis de los Padres de la Iglesia para vivir bien, entender y realizar con sentido el beso de la paz.

"Mas ya que hemos mencionado el beso, quiero también hablaros ahora sobre él. Siempre que estamos a punto de acercarnos a la sagrada mesa, se nos manda besarnos mutuamente y acogernos con el santo saludo.

¿Por qué razón? Puesto que estamos separados por los cuerpos, en aquella ocasión entrelazamos nuestras almas unas con otras mediante el beso, de modo que nuestra reunión sea tal cual lo era aquella de los apóstoles, cuando el corazón y el alma de los fieles eran uno solo. Así, efectivamente, es preciso que nos lleguemos a los sagrados misterios estrechamente unidos los unos con los otros.

Escucha lo que dice Cristo: Si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, marcha, reconcíliate primero con tu hermano y entonces ven y ofrece tu presente.

No dijo: "Primero ofrece", sino: "Reconcíliate primero, y entonces ofrece".
Por esto mismo nosotros también, con el don delante, primero nos reconciliamos mutuamente, y entonces nos acercamos al sacrificio [recordemos que en todas las liturgias orientales y occidentales el rito de la paz está unido a las ofrendas, excepto en el rito romano ya que san Gregorio Magno lo trasladó a su lugar actual].

Pero hay además otra razón misteriosa de este beso.

El Espíritu Santo nos hizo templos de Cristo, y así, al besarnos mutuamente, besamos con ternura los umbrales del templo. Que nadie, pues, haga esto con perversa conciencia, con mente engañosa, porque el beso es santo, pues dice: Saludaos mutuamente con el santo beso (1Co 16,20)" (S. Juan Crisóstomo, Cat. Baut. IV, 10)."


Si esto es el beso de la paz, habremos de darle hondura espiritual, serenidad y moderación, y no convertirlo en una efusividad de afectos y momento de saludar y charlar un poco. ¡¡Es un beso santo!! Fijaos que diferencia con lo que muchas veces vemos en nuestras celebraciones. Ojala esta pequeña reflexión nos ayude a valorar y a vivir desde la fe este signo tan bonito y tan rico en nuestra liturgia.

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8/11/11

Te puede pasar a tí - Antes ateos, hoy conversos




TE PUEDE PASAR A TI - Antes ateos, hoy conversos de infinitomasuno.org.

Antes no creían en Dios. O le consideraban un extraterrestre. O le tenían escondido en el congelador. Pero un día se encontraron con Él... ¡y cambiaron de vida! Un boxeador, una estudiante, un escultor, una actriz, una empresaria, un malabarista, una escritora, una modelo, un terrorista… Son inclasificables y están por todo el mundo. Se les llama “conversos”.

Desde el 11 del 11 del 2011 en tiendas y en la web infinitomasuno.org

6/11/11

Imploramos la sabiduría

XXXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - Ciclo A

Lecturas: Sabiduría 6,12-16 // Salmo 63(62) // Tesalonicenses 4,13-18 // Mateo 25,1-13

El pasado día dos hacíamos memoria de todos los fieles difuntos, en ese día pedimos a Dios llenos de esperanza, por todos nuestros hermanos que ya nos han dejado y que sabemos que un día nos encontraremos en el Cielo si vivimos según el Evangelio. Las lecturas de este domingo y la de los próximos domingos, últimos del año litúrgico católico, nos harán continua referencia a la Vida Eterna, a la Salvación que Dios nos ha dado en su Hijo Jesucristo. A la posibilidad de la condenación si nos empeñamos en vivir de espaldas a Dios.

Hoy la lectura del libro de la Sabiduría nos explica que ser sabios para Dios no es acumular muchos conocimientos, no es tener muchas carreras, no es ser un premio Nobel... Estar colmados de la Sabiduría Divina, es tener nuestro corazón, nuestra alma, nuestra mente, colmada de la Gracía de Dios. Saber mirar nuestras vidas, nuestro mundo, nuestros problemas, nuestras alegrias, nuestra existencia con los ojos de Dios y no con los ojos del mundo. Posiblemente, muchas de nuestras infelicidades vienen dadas por esto, porque nos acercamos a la realidad con los ojos del mundo y no nos satisface. Si nos acercamos con los ojos de Dios, es muy posible que incluso la muerte más dolorosa, la enfermedad mas grave o el problema más grande seamos capaces de vivirlos con PAZ.

Esta Sabiduría Divina, es la que hoy pedimos para nuestras vidas, es la que imploramos para la humanidad. Pero debemos ganarla. La sabiduría humana, la ciencia y el conocimiento científico necesita de esfuerzo, de estudio, de trabajo, de sacrificio para alcanzarla. Nadie es Físico-Nuclear por ciencia infusa, son necesarios años de estudio y esfuerzo.

Pues hermanos, la Sabiduría Divina no la alcanzamos de pronto y sin esfuerzo. Es cierto que es un regalo de Dios, regalo que Dios hace en la oración, en los sacramentos, en la vida entregada al prójimo... ese es nuestro estudio: el Sagrario, la Eucaristía, la Caridad.

Santo Tomás de Aquino, doctor de la Iglesia, el más insigne teólogo de todos los tiempos, decía: "He aprendido más en mis largas horas ante el Crucifijo que en mi mesa de Estudio."

Esta necesidad de estar preparados, de estar llenos de la Gracia y Sabiduría Divina es lo que nos recuerda hoy Jesús en el Evangelio con la parábola de las doncellas sensatas y las necias. Las doncellas sensatas son aquellas almas que están repletas de la luz de Cristo, la luz de la Fe. Y además llevan la Gracia del aceite de la Salvación, de los sacramentos...Así brillarán siempre y estarán preparadas para entrar en el banquete Eterno.

Las doncellas necias, son las que no brillan con la luz de la fe, además no tienen la alcuza llena del aceite de la Salvación, de los sacramentos. Son aquellas personas que "pasan" de esos que se autodenominan "cristianos no practicantes" -que por otra parte es el PEGO más gordo que he podido oir en mi vida. Es algo tan absurdo y tan MENTIRA, como decir que yo soy jugador del Real Madrid no practicante. Pues esos son los que no viven los sacramentos, no viven la oración, pasan de la vida de fe, pasan de Dios, menos cuando sufren algo grave, y que luego confian en la Bondad infinita del Padre que los salvará porque es muy bueno. Es cierto que Dios es infinita Bondad pero no olvidemos que también es infinita justicia y dará a cada uno según su vida aqui en la Tierra.

Seamos diligentes en nuestra vida de fe, seamos sensatos y llenemos nuestras alcuzas con la Gracia de Dios que se nos da a raudales en los sacramentos y en la oración, en la Caridad y en el Amor.

Que Dios os bendiga a todos, que os conceda un Feliz domingo.

Tomás Pajuelo Romero.
Párroco


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5/11/11

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4/11/11

Benedicto XVI en las JMJ (VIII)

"No paséis de largo ante el sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de vosotros mismos: vuestra capacidad de amar y de compadeder."




19 de Agosto de 2011.

2/11/11

Homilía en la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos - 2011

CONMEMORACION DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS - 2011

Lecturas: Libro de la Sabiduría 3,1-9 // Salmo 27(26),1.4.7.8.9.13-14 // Carta de San Pablo a los Romanos 6,3-9 // Evangelio según San Mateo 25,31-46

La festividad de los Fieles Difuntos nos invita a pensar en nuestra meta definitiva, después de concluir nuestra pasantía aquí en la tierra, meta de la cual nos habló Jesucristo durante la Ultima Cena, la noche antes de su muerte: “En la Casa de Mi Padre hay muchas mansiones, y voy a allá a prepararles un lugar ... para que donde Yo esté estéis también vosotros. Y a donde Yo voy, vosotros sabéis el Camino” (Jn.14,2-4).

Los fieles difuntos que recordamos este Domingo y también durante este mes de Noviembre, son aquellas personas que nos han precedido en el paso a la eternidad, y que aún no han llegado a la presencia de Dios en el Cielo

Son almas que han sido fieles a Dios, pero que se encuentran en estado de “purificación” en el Purgatorio, en el cual están como “inactivos”; es decir, ya no pueden “merecer” por ellos mismos. Por esta razón, es costumbre en la Iglesia Católica orar por nuestros difuntos y ofrecer Misas por ellos, como forma de aliviarles el sufrimiento de su necesaria purificación antes de pasar al Cielo. (Ver Catecismo de la Iglesia Católica #1031-32 y 2Mac. 12,46) El recuerdo de nuestros seres queridos ya fallecidos nos invita también a reflexionar sobre lo que sucede después de la muerte; es decir, Juicio: Cielo, Purgatorio o Infierno.

Primero hay que recordar que la muerte es el más importante momento de la vida del ser humano: es precisamente el paso de esta vida temporal y finita a la vida eterna y definitiva. También hay que pensar que la muerte no es un momento desagradable, sino un paso a una vida distinta.

Bien dice el Prefacio de Difuntos: “la vida no termina, se transforma y al deshacerse nuestra morada terrenal adquirimos una mansión eterna”.

También hay que pensar que la muerte no es un momento desagradable, sino un paso a una vida distinta. Por tanto, no hay que temer la muerte. Sabemos que fuimos creados para la eternidad, que nuestra vida sobre la tierra es pasajera y que Dios nos creó para que, conociéndolo, amándolo y sirviéndolo en esta vida, gozáramos de El, de su presencia y de su Amor Infinito en el Cielo, para toda la eternidad ... para siempre, siempre, siempre ...

De las opciones que tenemos para después de la muerte, el Purgatorio es la única que no es eterna. Las almas que llegan al Purgatorio están ya salvadas, permanecen allí el tiempo necesario para ser purificadas totalmente. La única opción posterior que tienen es la felicidad eterna en el Cielo.

Sin embargo, la purificación en el Purgatorio es “dolorosa”. La Biblia nos habla también de “fuego” al referirse a esta etapa de purificación: la obra de cada uno vendrá a descubrirse. El día del Juicio la dará a conocer ... El fuego probará la obra de cada cual ... se salvará, pero como quien pasa por fuego” (1a. Cor. 3, 13-15).

Y nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica: “Los que mueren en la gracia y amistad con Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de la muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del Cielo.” (Ver Catecismo de la Iglesia Católica #1030)

Esta esperanza y esta certeza es la que nosmueva a rezar por todos los difuntos, es necesario que pidamos a Dios con mucha fe, mucho amor y mucha esperanza por todos nuestros difuntos. Queremos que ellos se salven y queremos que participen de la Gloria. Necesitamos la oración de toda la Iglesia para alcanzar la Salvación. Quiero que sepáis que lo mejor que podemos hacer por nuestros difuntos es ofrecer la Eucaristía. La oración más Santa, más especial y más grande, es la Eucaristía. Por tanto, la mejor manera de rezar por nuestros difuntos es ofrecer la Eucaristía por ellos. Cada día celebramos la Eucaristía y pedimos por todos los difuntos, podemos pedir por los nuestros y pedir al sacerdote que ofrezca la Eucaristía por nuestros difuntos y después colaboramos con una ofrenda.

Hoy día de todos los difuntos la Iglesia pide por todos los difuntos, especialmente por los que no tienen a nadie que pueda rezar hoy por ellos. Que Dios les conceda a todos la Vida Eterna.

Tomás Pajuelo Romero.
Párroco


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1/11/11

Homilía en la Solemnidad de todos los Santos - 2011

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS - 2011

Lecturas: Apocalipsis 7,2-4.9-14. // Salmo 24(23),1-2.3-4ab.5-6. // Epístola I de San Juan 3,1-3. // Mateo 5,1-12a.

Celebramos hoy la Solemnidad de todos los Santos. Las Lecturas de hoy nos indican una meta y un camino... La meta: nuestra salvación... El Camino que nos lleva a esa meta es el Camino de la Santidad, el Camino de las Bienaventuranzas que nos relata el mismo Jesucristo en el Evangelio de hoy . (Mt. 5, 1-12)

“La marca con el sello en la frente” que recibirán los salvados y de la cual nos habla la Lectura del Apocalipsis (Ap. 7, 2-4 y 9-14) es para ”los servidores de nuestro Dios”, como también lo dice esa Primera Lectura. ¿Y quién es “servidor de Dios”? Aquél que cumple la Voluntad de Dios, aquél que busca hacer la Voluntad de Dios y no su propia voluntad. Ya en esto de ser “servidores” de Dios, vamos viendo cómo es el Camino de la Santidad, ese Camino que nos lleva a la salvación, que nos lleva a la felicidad eterna en el Cielo. Ser servidor es ser “esclavo”, aunque ahora no se lleva mucho ese vocablo por su significación sociológica. Pero ¡qué apropiada es esa palabra para la vida espiritual!

El esclavo es aquél que no tiene voluntad propia, sino que hace lo que su dueño le indica y le pide. Eso es lo que han sido los Santos: “servidores de Dios”. Eso es lo que han hecho todos los Santos con “S” mayúscula, reconocidos por la Iglesia como Santos. Y es también lo que han hecho todos los santos anónimos que hoy recordamos en esta Solemnidad de Todos los Santos.

Ellos han seguido el Camino... y nosotros también estamos llamados a seguirlo: Todos - sin excepción. Todos estamos llamados a ser Santos. Dice el Catecismo de la Iglesia Católica, basándose en el llamado de Cristo: “Todos los fieles de cualquier estado o régimen de vida son llamados a la santidad”.

Pero la palabra “santidad”, a veces nos intimida y hasta nos asusta, porque nos parece ¡demasiado! Sin embargo, recordemos que no sólo es posible llegar al Cielo, sino que es ése el deseo de nuestro Padre Dios y de Jesucristo, Su Hijo, y de Su Santo Espíritu. Para eso hemos sido creados por Dios Padre, para eso vino Jesucristo a redimirnos, para eso contamos con todas las gracias del Espíritu Santo.

La santidad es una exigencia evangélica que nos recuerda el Magisterio de la Iglesia.

“Sed perfectos como Mi Padre es perfecto” (Mt. 5, 48).

“Así como el que os ha llamado es Santo, así también vosotros sed santos en toda vuestra conducta” (1a.Pe. 15).

“Todos los fieles de cualquier estado o régimen de vida ... son llamados a la santidad” (Catecismo de la Iglesia Católica #2013).

Pero nos parece la santidad algo inalcanzable. ¿Y por qué lo ha de ser? ¿Por qué? ¿No somos nosotros exactamente iguales a todos los que han llegado a ser Santos? ¿No somos iguales a tantos santos anónimos, tal vez personas conocidas nuestras, y hasta parientes o familiares, que han respondido al llamado del Señor a seguir Su Camino, para llegar a la meta de la salvación?

Sepamos que la santidad para cada uno de nosotros no es imposible: es perfectamente posible. Eso sí: lo que no se ha dicho es que sea fácil. Eso no lo ha dicho nadie. La Santidad no es fácil. Es un camino difícil. Pero no por difícil es imposible. Sabemos que Dios nos quiere santos. Y si nos quiere santos, sabemos que El nos da todas las gracias, es decir: todas las ayudas que necesitamos para serlo.

¿Qué se requiere entonces para ser santos? Si Dios nos da la Gracia, ¿qué es lo que nosotros debemos poner? ¿En qué consiste nuestro esfuerzo? Nuestro esfuerzo para alcanzar la santidad consiste en responder a esa Gracia de santificación que nos ayuda en nuestro Camino hacia el Cielo.

Ser santo es seguir la Voluntad de Dios con la ayuda de su Gracia. Ser santo es tratar de ser como Dios quiere que sea. Es desear lo que Dios desea para mí. Es hacer lo que Dios quiere que yo haga. Es reconocer a Dios como nuestro Dueño y no creernos independientes de El. Es preferir la Voluntad de Dios en vez de la mía. Es decir “sí” a Dios y decirme “no” a mí mismo.

Decíamos que la Santidad es posible, pero que no es fácil. Y en el Evangelio de hoy vemos descrito el Camino de la Santidad como el Camino de las Bienaventuranzas. Allí nos dice el Señor que el sufrimiento es parte del Camino de Santidad.

Todas las Bienaventuranzas nos muestran que el Camino de Santidad es un camino de sufrimiento, pues aún las que no se refieren directamente al sufrimiento, indirectamente lo incluyen, pues para ser misericordiosos, mansos, puros de corazón y pacíficos, debemos luchar contra nuestra propia voluntad y aceptar con serenidad situaciones difíciles que nos hacen sufrir. El sufrimiento no nos gusta, pero está incluido en el Camino de Santidad.

La vocación de todo bautizado es la Santidad. Esa es nuestra misión en la vida. Pido a Dios que nos conceda asumir esa vocación y trabajarla día a día. Que Dios os bendiga a todos.

Tomás Pajuelo Romero.
Párroco


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