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27/2/11

Testimonios de la visita pastoral de nuestro Obispo (I)

La Visita Pastoral de nuestro Obispo a la Parroquia del Beato Álvaro ha suscitado una serie de testimonios que publicaremos conforme vayan llegando en forma de comentarios en la web o de mensajes a la dirección de correo de la parroquia, indicando sólo el nombre de pila del/la autor/a.

Anímate a compartir tu testimonio. No se puede nunca saber qué sentimientos moverá el Espíritu en las demás personas, pero seguro que ese compartir no será estéril.

A continuación, uno de los testimonios:

La visita pastoral de nuestro obispo, nuestro apóstol y padre espiritual de la diócesis, ha sido un momento de gozo y de gracia para nuestra comunidad parroquial y una alegría y emoción a nivel personal.

Ha sido una catequesis en las reuniones en las que he estado presente. Me ha impactado además de su cercanía y amabilidad la claridad y convicción a la hora de hablar.

Como dijo el Obispo estamos en una época difícil, muy hostil con lobos a nuestro alrededor y tenemos que ser valientes, somos cristianos y debemos mostrarlo siempre, en nuestras relaciones familiares, con nuestros amigos, en el trabajo, con cualquier desconocido, todos somos hermanos y desde nuestro corazón debemos mostrar siempre la luz de Cristo.

Para todo ello debemos formarnos y tener una preparacion orientada por nuestros sacerdotes, el que todo lo sabe, no sabe nada, se queda caduco y estancado.

Como feligrés de la parroquia os invito a animaros a incorporaros a cualquiera de los distintos grupos o actividades que hay en la parroquia teniendo como directores espirituales a Don Tomas o a Don Emiliano.

Enrique


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Nosotros somos la Providencia de Dios para los hermanos y para nosotros mismos

VIII Domingo del Tiempo Ordinario

Lecturas: Isaías 60,1-6 // Salmo 71 // Efesios 3,2-3a. 5-6 // Mateo 2,1-12

Queridos hermanos y hermanas en este domingo octavo del tiempo ordinario, la Palabra de Dios nos pone ante una realidad muy preocupante en nuestros días. En esta época de crisis, de paro, de personas que les cuesta llegar al final del mes... La Palabra de Dios que escuchamos hoy nos abre el corazón a confiar en la providencia divina.

Parece extraño, casi una broma, que el Señor nos diga que confiemos en Él. La realidad es dura, pero es nuestra condición de "FAMILIAS CRISTIANAS" y nuestras "PARROQUIAS" la que están sosteniendo en gran medida a muchas personas necesitadas. Gracias a que la mayoría de nuestros mayores tienen asumido y grabado en el corazón, el mandato del Señor de amar al prójimo, han recogido en sus casas a sus hijos necesitados, a las familias que se han quedado sin casas, etc... ¡Cuantos jóvenes han vuelto a sus casas y han sido acogidos con amor en estos momentos duros! Así se manifiesta la providencia de Dios, así va actuando la Gracia. La Gracia va calando en nuestros corazones y hace que la Caridad viva en nosotros. El Evangelio de hoy diciéndonos que no hay que agobiarse ni con el vestido ni con la comida ni con nada, que Dios nuestro padre proveerá por nosotros, que lo que tenemos que hacer es buscar el reino de Dios y su justicia y que lo demás se nos dará por añadidura. ¿Se puede entender?

Pues sí. Ciertamente se puede entender a Jesús. Si nos situamos en otra perspectiva: la perspectiva de Dios Padre. Desde ella ponemos las cosas de este mundo, nuestras relaciones personales, nuestra misma persona, en el debido orden de importancia. No se trata de decir que la comida y el vestido no tienen importancia. Jesús no nos dice que hay que dejar el trabajo para dedicarse a hacer el vago. Pero nos recuerda que en nuestra escala de valores la familia, por ejemplo, tiene que ser más importante que el trabajo. Y que las relaciones humanas son más importantes que el dinero o que el vestido. Y que Dios es el padre de todos que de todos cuida. Y que nosotros somo hoy parte fundamental de esa providencia de Dios para todos: para los que nos rodean, para la humanidad en su conjunto, para la creación y también, por qué no, para nosotros mismos.

Tener clara la providencia de Dios y la jerarquía de las cosas nos ayuda a saber comportarnos. Por ejemplo, si la persona es más importante que el vestido que lleva, está claro que debemos tratar y respetar por igual a todas las personas en su dignidad de hijas o hijos de Dios, independientemente del vestido. O lo que es lo mismo, independientemente del nivel social, de su riqueza, de sus estudios, de su poder. Dios no nos olvida

El trabajo tiene su importancia. Pero no hasta el punto de entregar la vida al trabajo. Hay gente, no sólo ricos, que entregan de tal modo su vida al trabajo que todo lo demás queda subordinado al trabajo. Y lo demás son las relaciones familiares, las amistades, la relación con Dios, etc.

La crisis económica de que hablábamos al principio ha tenido en gran parte su origen en la ambición y codicia de personas que estaban tan centradas en hacer dinero, en ganar mucho que les importaba nada hacer trizas las vidas de los demás. Tomaron decisiones equivocadas que han llevado a consecuencias terribles para muchos. Es el mejor ejemplo de que este Evangelio sigue siendo muy actual. No vale la pena agobiarnos. Hay que poner la confianza en Dios y saber que nosotros somos su providencia para nuestros hermanos y hermanas y para nosotros mismos, que nos debemos cuidar porque somos hijos e hijas de Dios.

Así hacemos que la Providencia sea real, que el amor de Dios se manifieste en nuestro mundo. Mirad si todos los cristianos asumiésemos estos criterios, si fomentasemos más la caridad, el compartir, el vivir en familia, en dejar un poco los agobios del trabajo, del tener, del poseer... posiblemente nos iría mejor, posiblemente tendríamos menos cosas pero las disfrutaríamos más con las personas que de verdad nos importan y queremos.

La Providencia de Dios actúa, si nosotros la dejamos actuar. Dios cambia nuestras vidas, si nosotros queremos vivir según los criterios evangélicos.
Que Dios Todopoderoso grabe en nuestros corazones estos cristerio y que su bendición abundante descienda sobre todos nosotros. Que paséis un feliz domingo.

Tomás Pajuelo. Párroco


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22/2/11

Visita pastoral de Mons. Demetrio Fernández, días 19 y 20/feb

El pasado Domingo, concluyó la Visita Pastoral del Obispo a la Parroquia del Beato Álvaro.

Después de cuatro días intensos de oración, convivencia, cercanía con los distintos grupos parroquiales, D. Demetrio celebró la Eucaristía, coincidiendo con la Solemnidad del Beato Álvaro, para la Parroquia. Esta Eucaritía de clausura fue un momento muy intenso, un gozo inmenso para todos los que formamos la gran familia parroquial. Todos coinciden en afirmar que la visita Pastoral ha supuesto un paso de la Gracia del Señor por los corazones de todos los fieles y que ya está dando frutos de conversión.

Después de la misa compartimos todos con el Obispo un pequeño refrigerio para celebrar juntos la fiesta del Beato Álvaro y para que todos los feligreses pudiesen gozar de la cercanía de D. Demetrio.

En la sección de Fotos de esta web hemos terminado de añadir al álbum Visita Pastoral de nuestro Obispo - 2011 las fotografías de todos estos encuentros con don Demetrio.

20/2/11

«Amad a vuestros enemigo»

VII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Lecturas: Levítico 19,1-2.17-18 // Salmo 103(102),1-2.3-4.8.10.12-13 // 1Corintios 3, 16-23 // Mateo 5, 38-48

Queridos hermanos y hermanas:

Cordero regalando una flor al lobo, de Patxi Velasco FanoLas lecturas de hoy nos hablan de la llamada de Dios a todos los seres humanos a que seamos santos, porque Él es Santo. Quiere decir que, si hemos de ser cristianos, debemos imitarlo a Él. Y esa imitación es principalmente en su santidad.

La santidad no es sólo para los Papas, los Sacerdotes y para los Santos que han sido reconocidos por la Iglesia –los Santos canonizados. La santidad es para todos: hombres y mujeres, niños y adultos, jóvenes y viejos. Todos estamos llamados a ser santos.

Sorprende que esa llamada a la santidad no es sólo hecho por Jesús en el Nuevo Testamento, sino que nos viene desde mucho más atrás. La Primera Lectura es del Levítico, el tercer libro del Antiguo Testamento. Veamos:

Dijo el Señor a Moisés: “Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: «Sed santos, porque Yo, el Señor, soy santo»”. (Lev 19, 1-2)

Aquí Dios ordena a Moisés que le hable a toda la asamblea, donde estaba todo el pueblo de Israel, sin hacer distinción de Sacerdotes y laicos, ni de hombres y mujeres, ni de niños y viejos.

Y sucedió que unos 1.300 años después, Jesús, al comenzar su vida pública, repite este mismo mandato de ser santos a todo el pueblo que se reunió para escuchar su Sermón de la Montaña: “sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt. 5, 48).

Eso de la santidad o perfección (como la llama Jesucristo) abruma y asusta, porque la creemos imposible. Pero los santos canonizados que precisamente la Iglesia nos presenta como modelos a imitar, no nacieron santos -inclusive muchos fueron pecadores. Y eran personas iguales a nosotros. ¿Cuál es la diferencia? Que ellos tomaron este mandato de Dios en serio… y lo creyeron posible.

Ahora bien, la santidad sólo es posible porque Dios es Santo y nos ofrece todas las ayudas necesarias para imitarlo a El y llegar a la santidad.

La santidad es el tema más importante del Evangelio de hoy, tanto que la Liturgia nos lo presenta también en la Primera Lectura. Pero este Evangelio nos trae unos cuantos consejos que hemos de seguir para llegar a ser santos. Esos consejos pueden resumirse en esto: No devolver mal por mal y perdonar a los enemigos.

La más controvertido de estas instrucciones es la de poner la otra mejilla: “Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente; pero Yo os digo: Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda”.

Y es controvertido porque parece que Jesús nos está pidiendo dejarnos agredir más allá de la agresión inicial. ¿Será así? Parece que no, porque cuando Jesús fue interrogado por Caifás en el juicio antes de su condena a muerte, un guardia lo abofeteó. Y ¿qué hizo Jesús? Veamos cómo respondió al guardia:

Uno de los guardias que estaba allí le dio a Jesús una bofetada en la cara, diciendo: «¿Así contestas al sumo sacerdote?» Jesús le dijo: «Si he respondido mal, demuestra dónde está el mal. Pero si he hablado correctamente, ¿por qué me golpeas?» (Jn 18, 22-23)

Si continuamos con el Sermón de la Montaña, vemos que Jesús da dos consejos más que van en la misma línea de mostrar la otra mejilla: el entregar el manto además de la túnica, es decir, quedarse sin ropas, y el caminar una milla extra (ir más allá de la distancia requerida y permitida por la ley, llevando la carga de un soldado romano).

Sin entrar en detalles legales y costumbristas de aquella época, vale la pena destacar que biblistas que sí han estudiado las leyes, las normas y las costumbres hebreas, piensan que estos tres consejos tenían como objetivo el poder desarmar anímica y moralmente al agresor. En ese sentido pueden tomarse como consejos para resistir las faltas de respeto y las injusticias sin tener que recurrir a la violencia.

Y para nosotros hoy –porque la Palabra de Dios es para todas las personas y para todos los tiempos- significan claramente lo que nos dice la Primera Lectura: No te vengues ni guardes rencor. No odies a tu hermano ni en lo secreto de tu corazón. A quien nos ha hecho daño debemos perdonar, no podemos guardarle rencor (éste hace más daño al rencoroso que a aquél a quien se le tiene rencor). Tampoco podemos distraer pensamientos de venganza y –mucho menos- realizar alguna acción de venganza personal.

Ama a tu prójimo como a ti mismo es otro de los mandatos. Es fácil decir esta frase y se oye mucho por todos lados; por cierto, de manera tergiversada, queriendo decir que Dios nos manda a amarnos a nosotros mismos. Dios no nos manda a amarnos a nosotros mismos. Lo que quiere decir el Señor es que usemos la medida con que nos amamos a nosotros mismos (somos egoístas y amamos muchísimo nuestra propia persona, y eso Dios lo sabe). De allí que nos ponga esa medida mínima para amar a los demás. Y ésa es la mínima, porque la máxima es la que Cristo nos mostró con su muerte por nosotros, y eso también nos lo va a pedir más adelante en su vida pública.

¿Cómo nos amamos a nosotros mismos? Fijémonos bien: ¡cómo nos consentimos a nosotros mismos! ¡cómo nos comprendemos a nosotros mismos! ¡cómo nos perdonamos nuestros errores y faltas! ¡cómo nos excusamos a nosotros mismos! Así debe ser nuestra comprensión, nuestro perdón, nuestras excusas, nuestro cuidados para con los demás: como a nosotros mismos.

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19/2/11

Visita pastoral de Mons. Demetrio Fernández, día 18/feb

El viernes 18, prosigue la Visita pastoral del Obispo a nuestra Parroquia del Beato Álvaro. Por la mañana visitó el I.E.S. Alhakén II, compartió la jornada con los jóvenes y con los profesores. Siendo luz para todos con sus palabras y con su cercanía. Al final de la mañana visitó la guarderia del barrio, en la que fue recibido por los cantos, el cariño y la emoción de los más pequeños y el de sus cuidadoras. Fue un momento muy entrañable. Terminó la mañana con la visita a feligreses enfermos de nuestra Parroquia, siendo un momento de consuelo y emoción para los más queridos del Señor.

Por la tarde le tocó el turno a los niños de catequesis de Primera Comunión. Todos los grupos se reunieron juntos en el salón de actos que se quedó pequeño para esta ocasión. Aquí el Sr. Obispo habló a los niños sobre importancia de la Eucaristía para los cristianos, y a continuación tuvieron los niños la oportunidad de preguntarle todo lo que quisieron, viviendo un momento entrañable.

Finalmente, don Demetrio se reunió con los catequistas de Primera Comunión, a los que agradeció el servicio que prestan a la Iglesia de Cristo, y les animó a formarse para desempeñar cada vez mejor su cometido.

En la sección de Fotos de esta web seguimos añadiendo al álbum Visita Pastoral de nuestro Obispo - 2011 las fotografías de todos estos encuentros con don Demetrio.

18/2/11

Visita pastoral de Mons. Demetrio Fernández, día 17/feb

El jueves 17 de Febrero, el señor obispo continúo con la Visita Pastoral en la Parroquia del Beato Álvaro de Córdoba. Fue un día muy intenso, a las 17h visitó las casas de algunos enfermos que lo recibieron con una gran alegría y emoción. Con ellos tuvo palabras de cercanía, de consuelo y de padre. A continuación, a las seis de la tarde se reunió con el grupo de la Renovación Carismática y les acompañó en la oración.

A las 19h se reunió con el grupo de Cáritas Parroquial, escuchó sus proyectos, las obras realizadas y la formación recibida. Los alentó y los impulsó a seguir con esta tarea tan importante de la caridad. Finalmente, a las 20:30h se reunió con la junta de gobierno de la Hermandad de la Sagrada Cena y con los miembros que forman el turno de Adoración Nocturna. Fue un encuentro muy rico en vivencia y en el que el obispo pudo constatar la gran labor social de la hermandad y su vinculación con la parroquia. También le alentó a mantenerse firmes en la oración ante Jesús Sacramentado en los turnos de adoración.

En la sección de Fotos de esta web se han añadido al álbum Visita Pastoral de nuestro Obispo - 2011 las fotografías de todos estos encuentros con don Demetrio.

17/2/11

Visita pastoral de Mons. Demetrio Fernández, día 16/feb


El miércoles 16 de febrero comenzó la visita pastoral del obispo a la parroquia del Beato Álvaro de Córdoba. El Obispo presidió la Eucaristía y después se reunió con los distintos adultos que en la Parroquia, participan en los distintos catecumenados. La reunión se desarrolló en un clima cordial y de profunda emoción. Se presentaron los distintos grupos, le explicaron lo que cada grupo está haciendo y todos coincidieron en agradecer al Obispo su presencia y su cercanía paternal. Se entabló un rico diálogo y terminamos con la oración y bendición.

En la sección de Fotos de esta web se encuentran ya las fotografías de este día, ubicadas en el siguiente álbum:

Visita Pastoral de nuestro Obispo - 2011

13/2/11

«Si quieres puedes obedecer al Señor...»

VI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Lecturas: Eclesiástico 15, 15-20 // Salmo 119(118), 1-2.4-5.17-18.33-34 // 1Corintios 2, 6-10 // Mateo 5, 17-37a

Queridos hermanos y hermanas:

El Sermón de las Bienaventurzanzas (1886-96) por James TissotEl hombre ha sido creado como un ser libre. La libertad es el mayor don, el mayor regalo que Dios nos ha dado. Cuando defendemos la libertad, no estamos teniendo un acto político, estamos defendiendo el ser más profundo del hombre. Fijaos si es importante que ni siquiera Dios Nuestro Señor, hace nada en contra de nuestra propia libertad. ¿Cuántas veces hemos pensado por qué Dios no hace un gran gesto, un gran milagro que pruebe su existencia? Es cierto que probaría su existencia pero ya no habría libertad para creer en Él por pura decisión propia y libre. Es lo que hoy nos recuerda la lectura del libro del Eclesiástico: "si quieres puedes obedecer al Señor..." Dios no nos obliga a ser, actuar o hacer, de una manera determinada. Él nos ofrece un camino de salvación, los diez mandamientos, con el que nos garantiza la Salvación y la felicidad. Nosotros podemos llevarlos a la práctica o no. Confundimos ser libres con hacer lo que me da la gana. Eso no es libertad, esa es la mayor de las esclavitudes, actuar esclavos de mis ganas, de mi gusto... ¿Podemos imaginar una sociedad en la que los servicios públicos no tuviesen obligación de atendernos y que cada uno lo hiera según sus ganas? Es impensable.

La vida cristiana es libre pero es tremendamente responsable. Cuando yo decido seguir a Cristo, lo hago libremente, nadie me obliga, nadie me ha puesto una pistola para obligarme a ser cristiano. Creo que todos nosotros lo somos por decisión personal de seguir la llamada de Cristo. Pero una vez que hemos decidido hacerlo, tenemos unas obligaciones, unas normas, un estilo de vida, una forma de ser y entender la vida que nos compromete. Pongo un ejemplo mundano que ilumina esto: Si yo me hago socio de una peña, lo hago voluntariamente, pago mi cuota, cumplo las normas que se han establecido en esa peña y que antes de hacerme socio me han entregado para que las conozca, las respete y las asuma. Una vez que soy socio debo regirme por las normas que yo voluntariamente he aceptado. No se me ocurre decir o hacer algo que prohíben las normas porque me arriesgo a ser expulsado de la peña.

Cuando nosotros deseamos seguir el camino de Cristo el nos enseña unas "normas de vida": el EVANGELIO. Nos dice lo que a él le gustaría fuese su Iglesia, lo que le gustaría que fuese nuestra vida y pone las normas necesarias para que esto sea así, los mandamientos. Nosotros las aceptamos o no, nos hacemos cristianos o pasamos de Dios, pero si decidimos seguirle, ser cristianos es con todas las consecuencias, no podemos luego intentar conformar el evangelio a nuestro gusto: "pues yo no creo esto..." "pues yo creo en Jesús pero no en la Iglesia..." "pues yo creo que esto es muy antiguo..." son frases muy comunes de los que se denominan cristianos pero que la verdad es que su vida no se parece en nada a lo que Dios quiere para los que así se llaman. Es muy fácil y muy injusto, decir soy cristiano y luego escaquearse de toda responsabilidad que lleva consigo seguir a Cristo. Nadie nos obliga a ser cristiano, pero si decidimos serlo, si que hay unas normas que cumplir, unos mandamientos que vivir, una doctrina que creer, una forma de ser... y si no estamos dispuestos a seguirle pues no pasa nada...pero si lo hacemos vamos a hacerlo con todas las consecuencias. Pido a Dios que cada día, todos nosotros, optemos por seguir a Cristo en nuestras vidas.

Que Dios os bendiga.

Tomás Pajuelo Romero. Párroco

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6/2/11

«Jóvenes consagrados, un reto para el mundo»

Queridos hermanos y hermanas:

La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebra en el próximo agosto en Madrid, nos sitúa en ese horizonte juvenil que da alegría y esperanza a nuestra vida. La juventud es frescura y novedad, la juventud es presente renovado y futuro esperanzador. La juventud no es sólo cuestión de edad, sino que es una postura ante la vida, porque hay personas con edad juvenil, que están cansadas de vivir, y hay personas cargadas de años, que viven y contagian una esperanza que ni siquiera la muerte podrá destruir.

En ese horizonte juvenil celebramos el 2 de febrero la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, en la fiesta en que Jesús es presentado en el templo en brazos de María su madre. Jesús es presentado y ofrecido como una hostia viva. Ya en los comienzos de su vida, esta escena representa lo que va a ser toda ella: una ofrenda de amor a Dios para rescatar a los hombres atrapados por el pecado, dándoles la libertad de hijos, la dignidad de hijos de Dios. Eso es la vida cristiana.

La vida consagrada es un desarrollo pleno del bautismo, por el que una persona entrega toda su vida a Dios como una ofrenda de amor, para el bien de los demás. La vida consagrada consiste en el seguimiento corporal de Cristo en virginidad-pobreza- obediencia, según los distintos y abundantes carismas que el Espíritu distribuye en la Iglesia para bien de todo el Cuerpo.

La Jornada de la Vida Consagrada nos lleva en primer lugar a dar gracias a Dios por tantas y tantas personas –varones y mujeres– que han respondido a la llamada de Dios, entregando su vida entera. Constituyen un tesoro para la Iglesia y para el mundo: en la vida contemplativa, en la vida misionera, en la vida apostólica, en el campo de la beneficencia, de la educación, de la evangelización. En lugares y formas arriesgadas, expuestos muchas veces a la incomprensión y al rechazo, sin estipendio y sin honores, por amor a Jesucristo y a su Evangelio. Toda una vida ofrecida a Dios, como Jesús fue ofrecido en el templo en brazos de su Madre.

La presencia de la vida consagrada es un gran regalo de Dios a su Iglesia, del que todos somos beneficiarios. En nuestra diócesis de Córdoba constituye un rico patrimonio de santidad acumulada y de vivo testimonio ante el mundo actual. Hay monasterios de vida contemplativa, donde sus monjes y monjas ofrecen su vida en alabanza continua al Señor, haciendo un bien inmenso a nuestro mundo que tanto busca la eficiencia mercantil. Son oasis de humanidad, de frescura juvenil para nuestro mundo agobiado por las prisas. Es muy abundante entre nosotros la presencia de personas consagradas en el campo educativo y asistencial. Congregaciones masculinas y femeninas de larga historia o surgidas recientemente. Contamos con la presencia de personas consagradas en el mundo, como un fermento que rejuvenece nuestra sociedad y la renueva.

Y en los diversos campos, me encuentro con jóvenes que inician su noviciado, realizan sus primeros votos o recorren la etapa de juniorado. Hay menos que antes, pero sigue habiendo bastantes jóvenes de nuestra diócesis de Córdoba que responden a esta llamada del Señor, en la vida sacerdotal y en la vida consagrada. La Jornada Mundial de la Juventud será también una ocasión propicia para que muchos jóvenes sean tocados por esta forma de vida y decidan seguirla. Vale la pena. Esos brotes deben ser apoyados por todos. Son un bien y una esperanza para la Iglesia y para el mundo. La Jornada de la Vida Consagrada nos invita a orar por estas vocaciones, para que superando toda dificultad descubran y experimenten la alegría de entregarse al Señor para bien de la Iglesia y de la humanidad.

Con mi afecto y bendición,

Demetrio Fernández. Obispo de Córdoba.

Las cartas semanales de nuestro Obispo están también disponibles en vídeo en la página www.canaldiocesis.tv. Ofrecemos a continuación el vídeo correspondiente a la carta transcrita en este artículo.






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Sal de la Tierra y Luz del Mundo

V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Lecturas: Isaías 58, 7-10 // Salmo 112(111), 4-5.6-7.8-9 // 1Corintios 2, 1-5 // Mateo 5, 13-16

Queridos hermanos y hermanas:

Luz del mundoEn esta semana que hemos celebrado la fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, el 2 de febrero, en la que se presentaba a Jesús como la luz que ilumina a las naciones y a todos los hombres. Jesús es la Luz del Mundo. Hoy domingo la liturgia hace extensiva esta afirmación, las lecturas de hoy nos muestran a Jesús como luz del mundo y la llamada a cada uno de los cristianos a ser también luz entre los suyos.

En un mundo en el que el estilo de vida es el egoísmo, el tener, el poseer, el disfrutar a costa de lo que sea, el placer por el placer... ¿cómo podemos los cristianos ser luz? Lo primero es siendo cristianos, demostrando que queremos seguir a Jesús. Para demostrar esto la lectura de Isaías que hoy escuchamos nos deja muy, muy claro cuál es el estilo de vida que debería llevar un cristiano en el mundo de hoy. Isaías lo puede decir más alto pero más claro no. La Palabra de Dios nos dice que hagamos esto y entonces nuestra luz brillará entre los que nos rodean. Mirad, estamos tan metidos en la sociedad, eso es bueno, que hemos perdido nuestra identidad de cristianos y eso es malo. Hoy es muy raro que los cristianos nos signifiquemos, que los que nos conocen sepan claramente que somos católicos, practicantes convencidos y alegres. Porque lo somos, ¿no?

Muchas veces, por un falso respeto a los demás y por no dar la impresión de "beatos", nuestros vecinos y compañeros, incluso nuestros familiares, no saben que participamos en la Parroquia, que somos catequistas, que rezamos, que vamos a misa... Es bastante significativo que no puedan reconocer por nuestras obras que somos cristianos. Por eso las palabras de Isaías son muy clarificadoras, así debemos ser y actuar, así seguro que se nota nuestra fe, así no habrá duda de nuestro compromiso cristiano. Así de verdad brillará la luz en la tiniebla, seremos luz que ilumina la vida porque nuestras vidas están iluminadas por la LUZ, por CRISTO.

Para esto no hace falta ninguna condición especial, solamente confiar y creer firmemente en Jesús y el Evangelio. San Pablo en su primera carta a los Corintios nos explica cómo anunció Él el Evangelio; lo hizo desde la sencillez, la humildad, sin elocuencia humana sino lleno del Espíritu Santo. Ahí está el centro de la cuestión, para poder testimoniar a Cristo tenemos que estar llenos del Espíritu Santo. Por desgracia, los cristianos hoy no tenemos tiempo para rezar, para dedicar tiempo largo y continuado a la meditación, de vivir con paz y serenidad los sacramentos, la Eucaristía sin prisas, la confesión bien preparada, asumida como regalo de Dios. Nos falta vida espiritual, vida interior... sin ella todo lo que hagamos se convierte en activismo solidario pero no en fruto de amor divino en nuestras vidas.

El Señor nos dice que seamos luz, que iluminemos al mundo. Comencemos iluminando nuestras vidas, la de nuestros seres queridos, la de nuestra comunidad parroquial... si todos nos ponemos en serio a vivir nuestra fe, seguro que el mundo, por lo menos el que nos rodea, será mucho mejor.

El Señor os bendiga y os colme de su Gracia.

Tomás Pajuelo Romero. Párroco.

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Calendario previsto - Visita Pastoral

A continuación informamos sobre el calendario previsto de encuentros con nuestro Obispo Demetrio en esta parroquia del Beato Álvaro de Córdoba, en el marco de la visita pastoral al Arciprestazgo de Ciudad Jardín:

Miércoles 16 de Febrero:

20:30h Reunión con los miembros de los catecumenados de adultos de la Parroquia.

Jueves 17 de Febrero:

17:00h Visita a enfermos.
18:00h Reunión con el grupo de la renovación Carismática.
18:30h Reunión con el grupo de Cáritas Parroquial.
20:00h Misa Triduo en honor del Beato Álvaro.
20:45h Reunión con la Hermandad de la Sagrada Cena y su turno de Adoración Nocturna.

Viernes 18 de Febrero:

8:30h Visita clases del Instituto.
12:00h Visita Guarderia.
12:30h Visita Enfermos.
17:00h Reunión con los niños/as de la Catequesis.
18:00h Reunión con los Catequistas.

Domingo 20 de Febrero:

10:30h Reunión con los jóvenes de Confirmación y sus catequistas.
12:00h Santa misa Solemnidad del Beato Álvaro de Córdoba y clausura de la visita. Después pequeño aperitivo con toda la parroquia.