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30/4/12

Nunca fue entre tú y ellos

Da siempre lo mejor.... y lo mejor vendrá
A veces las personas son egoistas, ilógicas e insensatas. Aún así.....Perdónalas.
Si eres amable, las personas pueden acusarte de egoista e interesado.
Aún así....Sé amable.
Si eres un vencedor, tendrás algunos falsos amigos y algunos enemigos verdaderos.
Aún así....Vence
Si eres honesto y franco, las personas pueden engañarte.
Aún así...Sé honesto y franco
Lo que tardaste años en construir, alguien puede destruirlo en una hora.
Aún así....Construye
Si tienes paz y eres feliz, las personas pueden sentir envidia.
Aún así....Sé feliz
El bien que hagas hoy, puede ser olvidado mañana.
Aún así....Haz el bien.
Si das al mundo lo mejor de tí, eso puede que nunca sea suficiente.
Aún así....Da lo mejor de tí mismo
A fin de cuentas...todo es y será entre tu y Dios
Nunca fue entre tú y ellos

Atribuido a la Madre Teresa de Calcuta
Macedonia 1910-La India 1997
beatificada en 2003 por el beato Juan Pablo II
ejemplo de cristiana y de tenacidad

29/4/12

Tomemos conciencia de ser hijos de Dios

IV DOMINGO DE PASCUA

Lecturas: Hechos de los Apóstoles 4, 8-12 // Salmo 117 // 1ª Juan 3, 1-2 // Juan 10, 11-18.

Queridos hermanos y hermanas:

El Buen PastorCelebramos hoy el cuarto domingo de Pascua. Hoy es el Domingo del Buen Pastor. El Pastor que entrega su vida por las ovejas, que se entrega totalmente para salvarnos. Jesucristo es el Salvador. Eso se dice ¡tan fácil! y se ha repetido tantas veces... pero no parece tan aceptado como debiera serlo. Al menos, no parece tan aprovechado. La salvación de Jesucristo nos ha sido dada de gratis, sin ningún esfuerzo de nuestra parte. Sólo debemos aprovechar las gracias que por esa salvación nos han sido dadas. Pero... ¿realmente las aprovechamos? ¿Aprovechamos todas las gracias que el Señor quiere darnos?

Además, si nos fijamos bien, no todos aceptamos la salvación que Jesús nos vino a traer. En nuestros dias nos cuesta creer en la Divinidad de Cristo. Muchos cristianos creen en Jesus como una buena persona, que hizo muchas cosas buenas, que dejo un mensaje...pero no afirman su divinidad. Jesucristo es el Hijo de Dios hecho hombre para salvarnos. Cristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Es el misterio profundo de la Encarnacion.
Ahora bien, Jesucristo no sólo vino a salvarnos, es decir, a rescatarnos de la situación de secuestro en que estábamos después del pecado de nuestros primeros progenitores, sino que -como San Juan nos recuerda en la Segunda Lectura- por su gracia "no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que realmente lo somos" (1 Jn. 3, 1-2).

Y realmente lo somos, porque Dios nos comunica su Vida, su Gracia; porque, durante nuestra vida en la tierra nos guía como sus hijos que somos. Y, además, porque recibiremos una herencia: el Cielo prometido a aquéllos que se comporten como hijos, es decir, a los que aquí en esta vida seamos obedientes a la Voluntad del Padre.

¿Nos damos cuenta de este privilegio: ser hijos de Dios y poder llamar a Dios "Padre", porque realmente somos sus hijos? Ser “hijo(a) de Dios” se dice tan fácilmente... Pero ¿nos damos cuenta que Jesucristo, el Hijo Único de Dios, no sólo nos ha salvado, sino que ha compartido Su Padre con nosotros, para que seamos también hijos(as)?... ¿Agradecemos a Dios este altísimo privilegio... o lo tomamos como un derecho merecido?

Continúa San Juan explicándonos la dimensión y las consecuencias de este especialísimo privilegio de la filiación divina: "Ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando El se manifieste, vamos a ser semejantes a El, porque lo veremos tal cual es".

¡¡¡Hijos de Dios !!!! Que grandeza, que admirable, que regalo... Vamos a vivir como verdaderos hijos de Dios. Vamos a ser buenas ovejas que obedecemos a nuestros pastores, a nuestros ministros. Hoy la Iglesia celebra el dia de lo parrocos. Humidemente os pido vuestra oracion para que sea el pastor que os mereceis. Feliz dia del Señor a todos.

Que Dios os bendiga a todos.

Tomás Pajuelo Romero. Párroco.

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22/4/12

«Paz a vosotros»

III DOMINGO DE PASCUA

Lecturas: Hechos de los Apóstoles 3,13-15.17-19 // Salmo 4 // Epístola I de San Juan 2,1-5a // Evangelio según San Lucas 24,35-48

El Evangelio de hoy nos narra la primera aparición de Jesucristo resucitado a sus Apóstoles y discípulos reunidos en Jerusalén (Jn. 6, 1-15). Anteriores a esta aparición, la Sagrada Escritura nos narra la de María Magdalena, nos menciona que el Señor se había aparecido también a San Pedro y, adicionalmente, nos cuenta la de dos discípulos suyos que iban desde Jerusalén hacia Emaús.

El Evangelio de hoy no nos cuenta ese relato, sino que nos narra el regreso de esos dos discípulos de Emaús a Jerusalén. Recordemos cómo fue esa aparición: Cristo se hizo pasar por un caminante más que iba por el mismo sitio y, caminando junto con ellos, “les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían a El”. Luego accedió a quedarse con ellos y “cuando estaba en la mesa, tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio”. Fue en ese momento cuando los discípulos de Emaús lo reconocieron ... pero El desapareció.

Con motivo de este tiempo de Pascua, veamos cómo aplicamos este relato a la Santa Misa. Nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica (cf. #1346, 1347, 1373, 1374, 1375, 1376, 1377) que la Liturgia de la Eucaristía se desarrolla con una estructura que se ha conservado a través de los siglos y que comprende dos grandes momentos que forman una unidad básica. Estos momentos son:
  • La Liturgia de la Palabra, que comprende las lecturas, la homilía y la oración universal.
  • La Liturgia Eucarística, que comprende el Ofertorio, la Consagración y la Comunión.
Es importante recordar que la Liturgia de la Palabra y la Liturgia Eucarística constituyen “un solo acto de culto”, según nos lo dice el Concilio Vaticano II (SC 56). En efecto, la mesa preparada para nosotros en la Eucaristía es a la vez la de la Palabra de Dios y la del Cuerpo del Señor (cf. DV 21).

Es lo mismo que sucedió camino a Emaús: Jesús resucitado les explicaba las Escrituras a los dos discípulos, luego, sentándose a la mesa con ellos “tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio” (Lc. 24, 13-35).

Sin embargo, constituye un error el pensar o el pretender que la presencia de Jesús es igual durante la Liturgia de la Palabra que durante la Consagración y la Comunión.

Cristo está presente de múltiples maneras en su Iglesia: en su Palabra, en la oración de su Iglesia, “allí donde dos o tres estén reunidos en su nombre”, en los Sacramentos, en el Sacrificio de la Misa, etc. Pero, nos dice el Concilio Vaticano II (SC 7) y la enseñanza de la Iglesia a lo largo de los siglos que “sobre todo (está presente) bajo las especies eucarísticas”.

“El modo de presencia de Cristo bajo las especies eucarísticas es singular.” Este énfasis en la singularidad de la presencia viva de Cristo en el pan y el vino consagrados nos lo recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica, el cual es un compendio resumido de toda la enseñanza de la Iglesia a lo largo de los siglos. Este Catecismo promulgado durante el Pontificado de Juan Pablo II, incluye además muchas de sus enseñanzas.

Continúa el Catecismo: “En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía están ‘contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por consiguiente, Cristo entero’”.

Aclara el Catecismo: “Esta presencia se denomina ‘real’, no a título exclusivo, como si las otras presencias no fuesen ‘reales’, sino por excelencia, porque es substancial , y por ella Cristo, Dios y hombre, se hace totalmente presente”. Mediante la conversión del pan y del vino en su Cuerpo y Sangre, Cristo se hace presente en este Sacramento.”

Por la consagración del pan y del vino en la que se opera el cambio de toda la substancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la sustancia del vino en la substancia de su Sangre, la Iglesia Católica ha llamado justa y apropiadamente este cambio transubstanciación”.

“La presencia eucarística de Cristo comienza en el momento de la consagración y dura todo el tiempo que subsistan las especies eucarísticas. Cristo está todo entero presente en cada una de las especies y todo entero en cada una de sus partes, de modo que la fracción del pan no divide a Cristo”.

Pasamos entonces a ver que tres Lecturas de este domingo nos hablan de la Misericordia de Dios, al darnos el Señor su gran muestra de misericordia para con nosotros, cual es el perdón de las faltas que cometemos contra El.

En el Evangelio, en esta primera aparición a los Apóstoles y discípulos reunidos en Jerusalén, Jesús les da todas las pruebas para que se convenzan que realmente ha resucitado. Les disipa todas las dudas que pueden tener y que de hecho tienen en sus corazones. Les demuestra que no es un fantasma, que realmente está allí vivo en medio de ellos. Como nos les bastaba ver las marcas de los clavos en sus manos y pies, les da una prueba adicional: les pide algo de comer, y come.

Luego les recuerda cómo El les había anunciado todo lo que iba a suceder y estaba sucediendo ya, y cómo se estaban cumpliendo las Escrituras con su muerte y resurrección. Y ya al final les dice que ellos son testigos de todo lo sucedido y les habla de que “la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados debe predicarse a todas las naciones, comenzando por Jerusalén”.

Y eso hacen los Apóstoles. En la Primera Lectura (Hech. 3, 13-19) tenemos un discurso de Pedro quien, aprovechando la aglomeración de gente que se formó enseguida de la sanación del tullido de nacimiento, hace un recuento de cómo sucedieron las cosas y cómo fue condenado Jesús injustamente: “Israelitas: ... Ustedes lo entregaron a Pilato, que ya había decidido ponerlo en libertad. Rechazaron al santo, al justo, y pidieron el indulto de un asesino; han dado muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos.”

Sin embargo, a pesar de la falta tan grave, del “deicidio” que se había cometido, Pedro les habla de la misericordia de Dios en el perdón: “Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes han obrado por ignorancia, al igual que sus jefes ... Por lo tanto, arrepiéntanse y conviértanse para que se les perdonen sus pecados”.

En la Segunda Lectura (1 Jn. 2, 1-5) también San Juan nos habla del arrepentimiento y del perdón de los pecados. “Les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguien peca, tenemos un intercesor ante el Padre, Jesucristo, el justo. Porque El se ofreció como víctima de expiación por nuestros pecados y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero”.

Importante hacer notar cuál es la condición para recibir el perdón de los pecados. Esa condición, no se refiere a la gravedad de las faltas, por ejemplo. No se nos habla de que unas faltas se perdonan y otras no, como si algunas faltas fueran tan graves que no merecerían perdón. ¡Si se perdona hasta el “deicidio”! Se nos habla, más bien, de una sola condición: arrepentirse, volverse a Dios. Es lo único que nos exige el Señor.

Por supuesto, el estar arrepentidos tiene como consecuencia lógica el deseo de no volver a ofender a Dios, lo que llamamos “propósito de la enmienda”. Pero, sin embargo, si a pesar de nuestro deseo de no pecar más, volvemos a caer, el Señor siempre nos perdona: 70 veces 7 (que no significa el total de 490 veces) sino todas las veces que necesitemos ser perdonados.

¿Realmente tenemos conciencia de lo que significa esta disposición continua del Señor a perdonarnos? ¿Nos damos cuenta del gran privilegio que es el sabernos siempre perdonados por El? ¿Medimos, de verdad, cuán grande es la Misericordia de Dios para con nosotros que le fallamos y le faltamos con tanta frecuencia?

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21/4/12

Celebrada en Córdoba la XVII edición de la Semana de la Familia

Organizado por la Delegación diocesana de Familia y Vida, y con el lema "Identidad y misión de la familia cristiana a los 30 años de Familiaris Consortio", ha tenido lugar en nuestra ciudad la XVII Semana de la Familia, con un total de 5 conferencias celebradas en el Salón de Actos del Palacio Episcopal durante la pasada semana.

Dada la categoría de los ponentes y el interés de los contenidos, enlazamos cada una de las noticias diarias sobre estas ponencias, donde se incluyen los excelentes contenidos de las ponencias (resúmenes, videos, fotografías y audios) que el sitio web de nuestra Diocesis pone a nuestra disposición en una labor de difusión y evangelización digna de elogio y agradecimiento.

  • Día 1 - 16/abril/2012 - El Obispo de Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig Plá, ha sido el encargado de abrir el ciclo de conferencias con la ponencia titulada "Luces y sombras de la familia, a los 30 años de Familiaris Consortio".
  • Día 2 - 17/abril/2012  - "La familia, sujeto de la Nueva Evangelización". Con este título, el Decano de la Sección Española del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre matrimonio y familia, el P. Juan de Dios Larrú, impartió la segunda ponencia de la XVI Semana de la Familia.
  • Día 3 - 18/abril/2012  - Mons. Juan José Asenjo, Arzobispo de Sevilla, imparte la tercera conferencia de la Semana de la Familia. Bajo el título "La familia y la transmisión de la fe" el Arzobispo de Sevilla hizo un análisis de los principales problemas que atañen a la familia hoy en día.
  • Día 4 - 19/abril/2012  - El matrimonio formado por Álvaro Martínez y Mª Carmen Rubio, miembros del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, ha sido el encargado de impartir la cuarta jornada de la Semana de la Familia con la conferencia "La Iglesia doméstica en el siglo XXI: apuntes a lápiz".
  • Día 5- 20/abril/2012  - El Obispo de Asidonia-Jerez, Mons. José Mazuelos, clausuró el pasado viernes el ciclo de conferencias bajo el título "La familia, comunidad de personas al servicio de la vida".

16/4/12

Cursillo Prematrimonial 2012

Este pasado fin de semana se ha desarrollado en nuestra parroquia un Cursillo Prematrimonial en el que 28 parejas que contraerán matrimonio en los próximos meses han profundizado en el conocimiento del Sacramento del Matrimonio, Jesucristo, la Iglesia y la vida familiar.


El curso, impartido por matrimonios de nuestra parroquia, se desarrolló en un ambiente distendido y ameno en el que los futuros contrayentes se mostraron muy receptivos en cada uno de los temas tratados y expusieron con sinceridad sus puntos de vista, dudas y problemas al respecto.

El cursillo concluyó con la celebración de una Eucaristía, propuesta por los mismos participantes en el cursillo, en la que la colecta se destinó a Cáritas Parroquial.

Como complemento al cursillo se recomendó a las parejas participantes la realización de un Cursillo de Cristiandad, remitiéndolos a la web http://cursillosdecordoba.com/ para toda la información concerniente a los mismos.

Asimismo se les informó de la existencia de los Centros de Orientación Familiar de la Diócesis a los que podrán acudir para intentar solucionar matrimoniales, de relaciones familiares, dificultades en la vida sexual o la fertilidad, los conflictos de los adolescentes y en general cualquier problemática relacionada con el núcleo familiar ya que en estos centros se presta ayuda en Psicología, orientación familiar, terapia familiar, atención a los adolescentes, así como reconocimiento de fertilidad, asesoría jurídica familiar y escuelas de padres.

Desde aquí queremos agradecer y felicitar a estas parejas por su asistencia al cursillo y su actitud ante el mismo y desearles un muy feliz matrimonio.

15/4/12

Informe de Caritas Parroquial Beato Álvaro de Córdoba - Abril de 2012

Durante esta Cuaresma se ha llevado a cabo, como ya viene siendo tradicional, la campaña de recogida de alimentos para los mas necesitados. Este año van a ser entregados en el comedor social de los Padres Trinitarios de Gracia y como siempre la comunidad del Beato Álvaro ha respondido con gran generosidad, siendo un éxito.

Por ello desde la Cáritas Parroquial queremos dar las gracias a todos los que han contribuido a que personas necesitadas, que cada vez son más desgraciadamente, puedan disponer de los alimentos básicos para subsistir.

Damos gracias a Dios por tanta generosidad de los hermanos.


Igualmente, con el fin de completar esta donación que hacemos, aportaremos una ayuda económica, necesaria igualmente para la compra de alimentos perecederos que se necesitan diariamente para elaborar las comidas que se dan.

Estas ayudas económicas las podemos hacer gracias a donaciones voluntarias a la cuenta de cáritas y en la parroquia, así como con diversos eventos que llevamos a cabo.

Uno de éstos que acabamos de poner en marcha, ahora que se acerca la feria, es el sorteo de un traje de gitana hecho a mano (en la foto se muestra el traje del sorteo celebrado en 2011).

Otro que llevaremos a cabo, sin Dios quiere, es un mercadillo, que se expondrá en la puerta de la iglesia al término de la misa de 12 el próximo día 22 de Abril, en el que se pondrán a la venta camisetas decoradas y bolsos de tela confeccionados por voluntarias de cáritas en el taller, como los de la fotografía que acompaña este texto.

Los que pertenecemos a cáritas seguimos trabajando, dentro de nuestras posibilidades y con nuestras limitaciones, en intentar ayudar a nuestros hermanos, como así nos lo mandó nuestro Señor Jesucristo. A la vez, no descuidamos nuestra formación cristiana en la caridad con las reuniones que llevamos a cabo, en la parroquia, cada segundo martes del mes, después de la misa. Y os animamos a todo el que lo desee a haceros voluntarios/as para que así percibáis, como nosotros, la gracia divina que se experimenta ayudando a los más necesitados.

Caritas Parroquial Beato Álvaro de Córdoba

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«Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia»

II DOMINGO DE PASCUA

Lecturas: Hechos de los Apóstoles 4, 32-35 // Salmo 136 // 1ª Juan 5, 1-6 // Juan 20, 19-31.

Queridos hermanos y hermanas:

Imagen de la Divina Misericordia. Pintada por (Eugeniusz Kazimirowski, 1934) bajo la guía de Maria Faustyna KawalskaEl Evangelio de este Domingo 2º de Pascua, Fiesta de la Divina Misericordia, nos relata una de las apariciones de Jesús a los Apóstoles, después de su Resurrección. Sucedió que se encontraba ausente Tomás, uno de los doce (cf. Jn. 20, 19-31). Y conocemos la historia. Tomás no creyó. Le faltaba fe y tuvo la audacia de exigir -para poder creer- meter su dedo en los orificios que dejaron los clavos en las manos del Señor y la mano en la llaga de su costado. Tomás tiene la osadía de poner condiciones al Señor para creer en Él. Cuado escucho a tanta gente decir: "yo creería si.." me doy cuenta de la soberbia de la mente humana que pretende condicionar a Dios. Es Dios quien pone las condiciones, un corazón abierto a su trascendencia.

Nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica: “La Fe es una gracia de Dios y es también un acto humano”. En efecto, la Fe es una virtud sobrenatural infundida por Dios en nosotros. Pero para creer también es indispensable nuestra respuesta a la gracia divina; es decir, también se requiere un acto de nuestra inteligencia y de nuestra voluntad, por el que aceptamos creer.

En una oportunidad cuando los Apóstoles le pidieron al Señor que les aumentara la Fe, El les hace un requerimiento: tener un poquito de Fe, tan pequeña como el diminuto grano de mostaza (cf. Lc. 17, 5-6). Significa que para tener Fe, el Señor nos pide nuestro aporte: un pequeño granito como el de la mostaza, es decir, nuestro deseo y nuestra voluntad de creer.

Esa Fe, entonces, que es a la vez gracia de Dios y respuesta nuestra, nos lleva a creer todo lo que Dios nos ha revelado y, además, todo lo que Dios, a través de su Iglesia, nos propone para creer.

Por eso se dice que las verdades de nuestra Fe están contenidas en la Sagrada Escritura y en la enseñanza de la Iglesia Católica. Y esas verdades no son necesariamente comprobables o comprensibles con nuestra limitada inteligencia humana. Son verdades que creemos por la autoridad de Dios, no por comprobación humana.

Por eso dice el Catecismo: “La Fe es más cierta que todo conocimiento humano, porque se funda en la Palabra misma de Dios ... Y Dios no puede mentir”.

Ahora bien, la primera consecuencia de la Fe es la confianza, pues creer en Dios es también confiar en El. No basta decir: “yo sé que Dios existe”, sino también “yo confío en Dios, yo confío en El y estoy en Sus Manos”. En esto consiste la verdadera Fe. Y confiar en Dios significa dejarnos guiar por El, por Sus designios, por Su Voluntad. Pero ... ¿no es nuestra tendencia más bien tratar de que Dios se amolde a nuestros planes y que -incluso- colabore con ellos?

Pero el Señor nos dice así: “Vuestros proyectos no son los míos y mis caminos no son vuestros caminos. Así como el cielo está muy alto por encima de la tierra, así también mis caminos se elevan por encima de vuestros caminos, y mis proyectos son muy superiores a los vuestros” (Is. 55,8-9).

Por eso decimos: “Hágase Tu Voluntad así en la tierra como en el Cielo” cada vez que rezamos el Padre Nuestro, la oración que el mismo Jesucristo nos enseñó. No se trata, pues, de que sea mi voluntad la que se cumpla, ni mi deseo, ni mi proyecto, ni mi plan. Se trata de buscar la Voluntad de Dios, para irla cumpliendo y para ir siguiendo los planes de Dios para mi existencia. En esto consiste la verdadera Fe y la confianza en Dios.

Las apariciones de Jesús Resucitado a sus Apóstoles antes de su Ascensión al Cielo, fueron varias. Pero ésta de hoy parece muy importante. No sólo el episodio de Santo Tomás la hace destacar, sino también que en esa misma ocasión el Señor instituyó el Sacramento del Perdón o de la Penitencia o Confesión. “Reciban el Espíritu Santo. A lo que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.

¿Será por el recuerdo de la institución del Sacramento del Perdón de los pecados que hoy celebra la Iglesia la Fiesta de la Divina Misericordia? ¿Será por ello que en el Salmo -el mismo del Domingo de Resurrección- cantamos “La misericordia del Señor es eterna” (Sal. 117).

En efecto, este Domingo que sigue al Domingo de Resurrección es la “Fiesta de la Divina Misericordia”. La Teología nos dice que Dios posee todos sus atributos o cualidades en forma infinita. Así es, infinitamente Misericordioso, pero también infinitamente Justo. Su Justicia y su Misericordia van a la par. Pero a través de esta Santa de nuestro tiempo nos hace saber que por los momentos, para nosotros, tiene detenida su Justicia para dar paso a su Misericordia.

No nos castiga como merecemos por nuestros pecados, ni castiga al mundo como merecen los pecados del mundo, sino que nos ofrece el abismo inmenso de su Misericordia infinita. Pero si no nos abrimos a su Misericordia, tendremos que atenernos a su Justicia. ¡Graves palabras del Señor! Por lo demás, coinciden con su Palabra contenida en el Evangelio ... Y llegará el momento de su Justicia ... Llegará ...

¿Cómo podemos acogernos a su Misericordia? Veamos qué nos ha dicho el Señor sobre la Fiesta de hoy: “Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea un refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores ... Ese día derramo un mar de gracias sobre las almas que se acerquen al manantial de mi Misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas ... Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata”

Con este ofrecimiento del Señor para el día de hoy, quien arrepentido se confiese y también comulgue, acogiéndose a este llamado de la Divina Misericordia, queda como si se acabara de bautizar: totalmente purificado de toda culpa, como si no hubiera cometido nunca ningún pecado. Es el abismo insondable de la Misericordia Infinita de Dios, que no desea la muerte de nosotros, pecadores, sino que nos convirtamos y vivamos para la Vida Eterna, la que nos espera después de esta vida terrenal que ahora vivimos.

Como si fuera poco, aparte de quedar totalmente preparados para el Cielo, purificados de toda culpa, si aprovechamos las gracias que la Misericordia Divina nos tiene para este día, tenemos la promesa del Señor de que recibiremos lo que pidamos en este día de la Fiesta de la Divina Misericordia, siempre que lo que solicitemos esté acorde con la Voluntad de Dios.

Para recibir las gracias otorgadas este Día de la Divina Misericordia, es necesario recibir la Eucaristía y haberse confesado, condición para recibir el perdón total de las culpas y de las penas, que son consecuencia de nuestros pecados. Aprovechemos este momento de Gracía. Vivamos la misericordia divina en nuestras vidas.

La imagen de la Infinita Misericordia de Dios derramada por Cristo a su Iglesia es la que aparece en el cuadro que preside la pared del fondo, la de la puerta principal de la Parroquia.

Cristo aparece derramando, en una especie de rayos que salen de sus manos, la Infinita Misericordia de Dios que brota de su Sagrado Corazón.

Que la Misericordia de Dios descienda sobre nosotros y la derrochemos en los demás.
Que Dios os bendiga a todos. Feliz domingo!!

Tomás Pajuelo Romero. Párroco.

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3/4/12

Horario de Celebraciones Litúrgicas de Semana Santa 2012

A continuación detallamos los horarios de los distintos actos litúrgicos que se celebrarán en nuestra parroquia durante la Semana Santa 2012:

JUEVES SANTO

  • Salida Procesional de la Hermandad de la Sagrada Cena: 16'00 h.
  • Misa de la Cena del Señor: 20:00 h.
  • Hora Santa ante el Monumento: 23'00 h.

VIERNES SANTO

  • Hora Santa ante el Monumento: 12'00 h.
  • Santos Oficios de Viernes Santo: 18'00 h.
  • La Parroquia estará abierta de 10'30 h. a 14 h.

SÁBADO SANTO

  • Solemne Vigilia Pascual: 23'00 h.

DOMINGO DE PASCUA

  • Misas del Domingo de Pascua: 10'00 h., 12'00 h. y 20'00 h.

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Orígenes de la Semana Santa

La Semana Santa o Semana Mayor está formada por:

  1. los últimos días de la Cuaresma (del Domingo de Ramos en la Pasión del Señor a la Misa en la Cena del Señor exclusive)
  2. y el Triduo Pascual de la Pasión, Muerte, Sepultura y Resurrección del Señor, que comienza con
    1. la Misa vespertina de la Cena del Señor, el Jueves Santo,
    2. tiene su centro en la Vigilia Pascual del Sábado
    3. y acaba con las Vísperas del Domingo de Resurrección.
Este conjunto de ocho días encierra un gran número de celebraciones ligadas a los diferentes momentos de la Pasión y glorificación de Jesús. Estos actos proceden del desglose de la primitiva y única celebración pascual cristiana que tenía lugar la noche del sábado al domingo Pascual con la iniciación de los nuevos cristianos; entonces se celebraba el misterio de muerte y vida que encierra esta fiesta, y la misma hora de la liturgia, de la noche al día, servía de ambientación.

Tras dar libertad a la Iglesia a comienzos del siglo IV, el Emperador Constantino y su madre Santa Elena dispusieron la construcción de grandes basílicas o de sencillas ermitas sobre los lugares donde real o supuestamente habían ocurrido los momentos más importantes de la vida de Jesús; la práctica siguió incrementándose y los peregrinos llegados a Tierra Santa querían, sobre todo, visitar los santos lugares de la Pasión del Señor. De aquí vino también el organizar celebraciones en estos lugares y en el mismo día y hora en que ocurrieron. Nació así en Jerusalén la Semana Santa y los peregrinos extendieron este uso por todas las Iglesias.

La unidad del Misterio Pascual es esencial: En cada acto se celebra siempre a Cristo, muerto y resucitado. Estas celebraciones son recuerdos de los últimos días de Jesús; como enseña el Concilio Vaticano II: "La santa madre Iglesia... conmemorando así los misterios de la redención abre las riquezas del poder santificador y de los méritos de su Señor, de tal manera que, en cierto modo, esos misterios se hacen presentes en todo tiempo para que los fieles puedan ponerse en contacto con ellos y llenarse de la gracia de la salvación" (Sacrosanctum Concilium n.º 102). Estas celebraciones reciben con la mayor propiedad el nombre de "misterio litúrgico" y de "misterios o sacramentos pascuales". La palabra misterio no quiere decir algo indescifrable, sino que designa el plan salvífico de Dios, su realización en la historia del pueblo de Israel y, llegada la plenitud de los tiempos, en los principales acontecimientos de la vida de Jesucristo, en particular en su muerte y resurrección; y luego quiere decir también la actualización de tal obra salvífica en la Iglesia y en las acciones sagradas de su liturgia; pero, como la salvación realizada en Cristo no fue otra cosa que la Pascua de su muerte y resurrección reales, la liturgia será la actualización de la Pascua por medio del misterio, o sea, por medio de signos reales y eficaces.

En una reconstrucción litúrgica de los últimos días de Jesús:
  • el Domingo de Ramos recordamos su entrada en Jerusalén y el conjunto de la Pasión;
  • el lunes, martes y miércoles santos hacemos memoria respectivamente de la unción en Betania, del anuncio de la traición de Judas y del hecho mismo de la traición.
  • El jueves se celebra la Eucaristía queriendo revivir el ambiente de la Última Cena y se vela en oración acompañando a Jesús en Getsemaní.
  • El viernes está dedicado al misterio de la Cruz y la muerte gloriosa de Cristo.
  • El sábado es el día del silencio ante la sepultura de Jesús,
  • y el domingo, finalmente, en la noche santa que lo inicia, es la celebración integral del Misterio Pascual, con particular énfasis en el triunfo del Señor sobre la muerte.
Esta es la Semana Santa y el Triduo santo pascual, punto culminante de todo el año litúrgico. La preeminencia que tiene el domingo en la semana, la tiene la solemnidad de Pascua en el año litúrgico.

Fuente: EWTN

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