30/7/10
27/7/10
Recomendación: Web www.GratisDate.org, con libros y textos gratuitos
La Fundación GRATIS DATE (http://www.gratisdate.org/) produce obras católicas, que vende en España a precios mínimos y que dona gratuitamente en Hispanoamérica, directamente o a través de sus distribuidores amigos. Cuando allí pueden, los lectores entregan a la F.GD en respuesta sus donativos. Y así se cumplen las palabras de Cristo: «gratis lo recibisteis, dadlo gratis» (Mt 10,8); «dad y se os dará» (Lc 6,38).
Para poder hacer este servicio, la Fundación se pone bajo el amparo de la Santísima Virgen María, que en pobreza y gratuidad encarnó al Verbo divino, y en pobreza y gratuidad lo entregó a los hombres como Luz del mundo.
La F.GD, fiel a su nombre, permite la reproducción total o parcial de sus obras; en su página-web, concretamente, hace posible la copia y la descarga total o parcial de todas sus publicaciones. Ambas cosas con tres condiciones:
Esta Fundación benéfica, privada, no lucrativa, fue constituida en Pamplona, España, el 7 de junio de 1988, por los sacerdotes diocesanos José Rivera (+1991) y José María Iraburu, por Carmen Bellido y por los matrimonios Jaurrieta-Galdiano e Iraburu-Allegue.
La Fundación GRATIS DATE ha difundido hasta el año 2006 más de 222.000 ejemplares, de los cuales 175.000 (un 79%), han sido enviados gratuitamente a Hispanoamérica.
25/7/10
Todos somos peregrinos que camino andamos
SOLEMNIDAD DE SANTIAGO APOSTOL
Lecturas: Hechos de los Apóstoles 11,19-21; 12,1-2.24// Salmo 66 (Ps 67)// 2ª Corintios 4, 7-15// Mateo 20,20-28.
El cristianismo ha sido pródigo en peregrinaciones a lo largo de su historia. Ha cultivado una forma de religiosidad espontánea y popular que ha puesto en marcha a los creyentes para moverse de un lado a otro en un clima de peregrinación. Me atrevo a decir que la mayoría de las celebraciones patronales en el mundo rural de nuestro país incluye siempre, como mínimo, una pequeña peregrinación, un traslado en procesión de la imagen venerada desde la ermita hasta la iglesia parroquial. Puede decirse que la primera peregrinación del cristianismo es la que hicieron los magos de oriente. Es la historia de unos hombres, dedicados probablemente a la astrología, que descubrieron una estrella en el cielo y se pusieron en camino. Es un espléndido símbolo de la búsqueda de sentido que anida en el corazón del ser humano. Porque hay siempre momentos en que necesitamos algo más que explique el sentido de nuestra vida que los cofres en que almacenamos los bienes materiales y buscamos una estrella que marque un rumbo y dé densidad a nuestra existencia.
Diez siglos más tarde arranca uno de los movimientos más sorprendentes de la historia humana. En los ss. Xl a XIV los caminos de Europa se comienzan a llenar de iglesias, ermitas, hospitales, puentes, por los que circulan millones de hombres que se ponen en camino hacia el extremo más occidental del mundo entonces conocido: hacia el Finisterre -el fin de la tierra-, donde se abría el mare ignotum, un mar proceloso y desconocido que no se sabía dónde acababa y hacia dónde conducía.
Cuando Gonzalo de Berceo escribe, sus versos iban dirigidos a aquellos que hacían el camino que conducía desde los Pirineos al gran santuario de Santiago de Compostela: "Todos quantos vevimos que en piedes estamos, siquiere en presón o en lecho yagamos,/ todos somos romeros que camino andamos;/ San Peidro lo diz esto, por él vos lo probamos». Gonzalo habla a esa proporción no despreciable de la población de Europa central y occidental que, desde el s. Xl hasta el XV, peregrinó a Compostela. Porque, siguiendo lo que dijo Gonzalo de Berceo: «Todos somos romeros que camino andamos».
La historia medieval de Santiago arranca del año 813. Un monje o eremita, Pelayo convence al obispo de Iria Flavia, Teodomiro, para que examine el lugar conocido como "Arca marmórica". El rey Alfonso II acude a ese lugar y aclama a Santiago como patrono del reino y transmite la noticia del suceso a todo el mundo cristiano. Se crea el primer santuario y comienzan las peregrinaciones.
En 997, Almanzor destruye la ciudad y el santuario, pero el santo obispo Pedro de Mezonzo (el autor de la Salve regina, en el cercano monasterio de Sobrado dos Monxes) huye a tiempo salvando las reliquias. Se reconstruye el templo y arranca el esplendor de Santiago, en el que jugará un papel fundamental otro obispo, Diego Gelmírez, que pone las semillas de la futura Universidad hacia el año 1100, dando paso al mayor esplendor de Santiago en los siglos XII y Xlll.
Para conocer las peregrinaciones, los eruditos acuden al Liber sancti lacobi, una famosa compilación medieval que explica lo que se exige al peregrino, qué era lo que tenía que hacer para beneficiarse de su peregrinación, una especie de primera guía turística. En el libro primero dice: «El camino de Santiago es bueno pero estrecho, tan estrecho como el camino de la salvación. Ese camino es el repudio del vicio, la mortificación de la carne y el incremento de la virtud... El peregrino no puede llevar consigo ningún dinero, excepto, tal vez para distribuirlo entre los pobres a lo largo del camino. Aquellos que vendan sus propiedades antes de partir, deben dar a los pobres hasta la última moneda. En el pasado los fieles tenían un solo corazón y una sola alma, y conservaban toda su propiedad en común, sin poseer nada propio: de la misma manera, los peregrinos de hoy deben tener todo en común y viajar juntos con un solo corazón y una sola alma. Los bienes compartidos valen mucho más que los que son propiedad de los individuos. Santiago era un vagabundo sin dinero y sin zapatos y, sin embargo, subió a los cielos apenas murió; ¿qué les ocurrirá a aquellos que se dirigen con toda su opulencia hacia su santuario, rodeados por todas las muestras de la riqueza?».
Evidentemente, no todo fue tan altruista en la peregrinación a Santiago: en ellas se fundieron otros muchos factores: el espíritu de aventura, ahora que tocaban a fin las cruzadas, el deseo de expiar los pecados, los milagros maravillosos atribuidos a la intercesión del Apóstol... Pero nadie discute que el camino de Santiago fue extraordinariamente importante en el surgimiento de la conciencia de Europa; que en él se entrecruzaron, en su búsqueda última de Dios, generaciones y generaciones de creyentes, procedentes de los reinos cristianos europeos. Allí comenzó a renacer el espíritu de una Europa que fracasaba en los intentos políticos pero que se hacía realidad desde la base, desde las personas de todas las clases y naciones que se hermanaban en el camino común hacia la tumba del Apóstol.
Santiago está asociado a muchos símbolos: desde la cruz de Santiago hasta los pins, hoy de moda. Sin duda, los más sencillos, los que, sin duda, surgieron de la base, son el bordón, la vieira y la calabaza.
El bordón es símbolo de la dureza de la vida, que experimentaba el hombre medieval y que, hoy también, de forma distinta, seguimos experimentando. La vida sigue siendo un camino, una peregrinación, un valle de lágrimas, aunque también de gozo y «romería», como rezaba aquel santo monje de Sobrado. Y aquí estamos hoy también nosotros pidiendo al Señor que nos ayude en nuestro caminar; que él sea nuestro compañero de camino, como en aquel delicioso pasaje evangélico de Emaús.
La vieira, esa concha sencilla y amplia, es un símbolo del misterio del mar. Hoy sabemos lo que hay detrás de ese mare ignotum, pero hay un mar desconocido que llevamos dentro de cada uno de nosotros y que no sabemos explicar. Porque la condición humana, lo que somos cada uno de nosotros, es un misterio inextricable, abierto a unas últimas preguntas, a un abismo interior que nos desborda y nos trasciende. Y donde podemos encontrar, como los peregrinos medievales, a ese Dios más íntimo que nuestra mayor intimidad, escondido como entre las valvas de la vieira.
Y, finalmente, ese símbolo casero y popular de la calabaza, con un agua que refresca, un alivio que copartían los peregrinos del medievo y que es un símbolo de hermandad, de solidaridad, entre los que compartimos los caminos de la vida, en ese clima fraterno del que hablaba el Liber sancti lacobi.
Los magos de oriente buscaban una estrella; fue también el embrujo de las estrellas sobre un campo -Compostela, «campo de estrellas»- el que llamó la atención de aquel eremita Pelayo. Según la tradición, cuando el apóstol Santiago fue degollado por Herodes, sus discípulos transportaron sus restos en una embarcación hasta Iria Flavia en Galicia. Allí pidieron ayuda a una matrona romana, Lupa, que les prestó un carro tirado por toros para que le llevasen hasta el lugar en que quisieran los animales. Donde estos se detuvieron, fue sepultado Santiago.
Ese sepulcro fue una estrella de fe y solidaridad para millones de cristianos del medievo; ojalá lo sea también para los que buscamos hoy también estrellas y las raíces de nuestra fe. Porque como dijo Gonzalo de Berceo: "Todos somos romeros que camino andamos". Y, hoy, alegres, muchos siglos más tarde, como romeros a Santiago caminamos.
Celebrar hoy a Santiago es celebrar nustras raices apostólicas. Fueron ellos los que predicaron a Jesús, los que anunciaron el evangelio, los que entregaron sus vidas por Dios y por anunciar la Salvación que Dios nos ha dado en Jesucristo. Los hijos de Zebedeo, pidieron por boca de su madre, ser los primeros en el Reino de Dios, querian ser importantes, poderosos, pero Jesús les anuncia el martirio:" mi cáliz lo beberéis pero el sitio a mi derecha..." Ese cáliz del martirio lo bebió Santiago, fue decapitado. Vivió predicando hasta las últimas cosecuencias.
Nosotros confundimos el crecer espiritualmente con tener más responsabilidades en la Iglesia, en ser más importantes, el tener prestigio... la verdad es que no creceremos en Santidad mientras que no descubramos que ser cada día más cristianos es morir a nosotros mismos para que nazca y crezca Jesús en nuestras vidas. Santiago comprendió que sólo una entrega real y total de su vida a Cristo le daría un puesto en la Gloria. Sólo una entrega radical al evangelio y a Cristo nos procurará un puesto en la Gloria. Santiago pudo, lo entendió así y lovivió hasta sus últimas consecuencias. Nosotros, si queremos, también podemos hacerlo. Santiago no bajó del Cielo para ser patrono de España ni entregar su vida por Cristo. Santiago nació de su padre y de su madre y es patrono y tiene un lugar entre los santos y elegidos porque en su vida vivió y actuó como verdadero seguidor de Cristo. Los santos no caen del Cielo, nacen como cualquiera de nosotros pero se toman en serio vivir coherentemente su vida cristiana.
Que Santiago Apóstol nos conceda a todos los españoles vivir sinceramente nuestra fe y ser testigos, como él, del Amor de Cristo al mundo, al hombre. Que conocer un poquito la historia del camino de Santiago, sus raices profundamente cristianas nos ayude a no ver sólo el camino como una ruta turística, como unas vacaciones, como una aventura de exploradores. Debemos redescubrir el valor de la peregrinación como signo de la peregrinación de la vida de todo cristiano de este mundo al Reino Eterno.
Que Dios os bendiga. Feliz Domingo.
24/7/10
Santiago Apostol, Patrón de España
Cada 25 de Julio se celebra la festividad se Santiago apostol, patrón de España. Por tal motivo parece conveniente recordar algunos de los datos que conocemos sobre él.
Santiago es uno de los doce Apóstoles de Jesús; hijo de Zebedeo. Él y su hermano Juan fueron llamados por Jesús mientras estaban arreglando sus redes de pescar en el lago Genesaret.
Por su impetuosidad recibieron de Cristo el nombre de "Boanerges", que significa hijos del trueno. En los evangelios se relata que Santiago, junto con Pedro y su hermano Juan, acompañó a Jesús en la resurrección de la hija de Jairo, fue testigo de la Transfiguración y fue invitado por Jesús a compartir más de cerca su oración en el Monte de los Olivos.
Los Hechos de los Apóstoles relatan que éstos se dispersaron por todo el mundo para llevar la Buena Nueva. Según una antigua tradición, Santiago el Mayor se fue a España. Estuvo en Galicia, donde estableció una comunidad cristiana. Más tarde llegó a la cuidad romana de Cesar Augusto, hoy conocida como Zaragoza. La Leyenda Aurea de Jacobus de Voragine nos cuenta que las enseñanzas del Apóstol no fueron aceptadas y solo siete personas se convirtieron al Cristianismo. Estos eran conocidos como los "Siete Convertidos de Zaragoza". Las cosas cambiaron cuando la Virgen Santísima se apareció al Apóstol en esa ciudad, aparición conocida como la Virgen del Pilar. Desde entonces la intercesión de la Virgen hizo que se abrieran extraordinariamente los corazones a la evangelización de España.
Santiago partió de España, para trasladarse a Jerusalén, siguiendo las indicaciones de María. En este viaje visitó a María en Éfeso. María le predijo la proximidad de su muerte en Jerusalén, y lo consoló y lo confortó en gran manera. Santiago se despidió de María y de su hermano Juan, y se dirigió a Jerusalén, donde al poco tiempo fue hecho prisionero.
Fue llevado al monte Calvario, fuera de la ciudad para ser ejecutado. Durante el recorrido, se produjeron conversiones milagrosas de algunas personas. Una vez llegado al Monte Calvario, el mismo lugar donde años antes fue crucificado nuestro Señor, Santiago fue atado a unas piedras. Le vendaron los ojos y lo decapitaron, siendo así el primer apostol en verter su sangre por Jesucristo. Fue en el año 44.
El cuerpo de Santiago estuvo un tiempo en las cercanías de Jerusalén. Cuando se desencadenó una nueva persecución, algunos de sus discípulos lo llevaron a Galicia.
En siglos posteriores y hasta el momento actual, numerosos fieles, principalmente de Europa, recorren parcialmente el "Camino de Santiago" que les conduce a la tumba del Santo, con el fin de pedir perdón por sus pecados.
Honremos hoy al Apostol que fue testigo de la Transfiguración de Cristo y de la agonía de nuestro Señor en el Huerto de Getsemaní y ha sido llamado el Apóstol de la Santísima Virgen María. Pidámosle en el día de nuestro santo Patrón su poderosa intercesión, para que siga liberando a España y a Hispanoamérica de todos los enemigos de la fé. Santiago Apóstol, ruega por nosotros.
23/7/10
20/7/10
Estado asistencial y subsidiariedad
“En los últimos años ha tenido lugar una vasta ampliación de ese tipo de intervención, que ha llegado a constituir en cierto modo un Estado de índole nueva: el «Estado del bienestar». Esta evolución se ha dado en algunos Estados para responder de manera más adecuada a muchas necesidades y carencias tratando de remediar formas de pobreza y de privación indignas de la persona humana. No obstante, no han faltado excesos y abusos que, especialmente en los años más recientes, han provocado duras críticas a ese Estado del bienestar, calificado como «Estado asistencial». Deficiencias y abusos del mismo derivan de una inadecuada comprensión de los deberes propios del Estado. En este ámbito también debe ser respetado el principio de subsidiariedad. Una estructura social de orden superior no debe interferir en la vida interna de un grupo social de orden inferior, privándola de sus competencias, sino que más bien debe sostenerla en caso de necesidad y ayudarla a coordinar su acción con la de los demás componentes sociales, con miras al bien común.
Al intervenir directamente y quitar responsabilidad a la sociedad, el Estado asistencial provoca la pérdida de energías humanas y el aumento exagerado de los aparatos públicos, dominados por lógicas burocráticas más que por la preocupación de servir a los usuarios, con enorme crecimiento de los gastos. Efectivamente, parece que conoce mejor las necesidades y logra sastisfacerlas de modo más adecuado quien está próximo a ellas o quien está cerca del necesitado. Además, un cierto tipo de necesidades requiere con frecuencia una respuesta que sea no sólo material, sino que sepa descubrir su exigencia humana más profunda. Conviene pensar también en la situación de los prófugos y emigrantes, de los ancianos y enfermos, y en todos los demás casos, necesitados de asistencia, como es el de los drogadictos: personas todas ellas que pueden ser ayudadas de manera eficaz solamente por quien les ofrece, aparte de los cuidados necesarios, un apoyo sinceramente fraterno.”
a cien años de la primera encíclica sobre la cuestión social.
18/7/10
Rezar y trabajar, el compendio de la vida cristiana
XVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Lecturas: Génesis, 18, 1-10 // Salmo 15 // Colosenses 1, 24-28 // Lucas 10, 38-42
Queridos hermanos y hermanas, en este tiempo de verano, tiempo de descanso, de familia, de oración, etc... Celebramos de nuevo el día del Señor, el Domingo, día en el que nos unimos a todos los católicos del mundo para vivir la Eucaristía.
Unidos en la misma fe aunque en lugares ditintos y circunstancias diferentes, vivimos a Cristo muerto y resucitado, vivimos nuestra salvación.
En este domingo XVI del Tiempo Ordinario, la Palabra de Dios que escuchamos, nos narra el encuentro de Abrahán con los tres ángeles. Este relato ha sido considerado siempre por los exégetas, los teólogos y los Santos Padres, como el relato del Antiguo Testamento en el que se describe a la Santísima Trinidad. Los tres seres espirituales que recibe Abrahán y acoge con generosidad son representación del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Fijaos como Abrahán, cumpliendo con la ley de los nómadas y del pueblo, acoge generosamente al forastero, a los tres personajes que vienen a visitarle. Es de todos conocidos como entre los pueblos nómadas del desierto, incluso en la actualidad, el huesped es un regalo divino y se le acoge y se le regala como mejor se puede siempre. Es un detalle que nosotros, apegados a nuestras cosas materiales, a nuestras posesiones, estamos olvidando. Nuestra sociedad materialista y consumista, llena de egoismo, le cuesta acoger, somos reacios a compartir con el que viene. Abrahán una vez más es para nosotros ejemplo de virtud, es nuestra padre en la fe, en la aogida, en la generosidad, etc...
Dios que comprueba esta entrega de Abrahán, le hace una promesa, cuando pase un tiempo y vuelva a tí habrás tenido el hijo que tanto deseas, tendrás descendencia. Dios nos ha prometido el ciento por uno por cada obra que hagamos por amor a Él y a los hermanos, ninguna buena obra se quedará sin premio en la vida eterna. Este relato del libro del Génesis nos lo demuestra una vez más, nos hace caer en la cuenta de la Generosidad de Dios y su Providencia con nosotros. Amor que con amor se paga, entrega que se vuelve reconpensa. Dios nunca nos pide más de lo que podamos dar y nos concede infinitamente más de lo que nosotros podamos hacer por Él. Confiemos en la Divina Providencia y hagamos de nuestras vidas ejemplo de entrega al Evangelio, no perderemos nada al contrario ganaremos mucho.
Es lo que nos explica hoy en la lectura de la carta a los Colosenses, el apóstol Pablo. El nos recuerda que ha sufrido por el Señor, que se ha entregado totalmente a la predicación del Evangelio. Que todo su empeño lo ha puesto en hacer llegar a todos el misterio de la fe y eso le ha hecho vivir plenamente feliz, alegre y dichoso por entregarse a la Iglesia. Nosotros por nuestro bautismo tenemos la obligación de predicar con palabras y obras, el misterio de la fe en el que creemos, vivimos y existimos. Claro que, como dice el apóstol, es necesario vivir una fe sincera, comprometida. La fe del Cuerpo de Cristo, La Iglesia y no la fe que nosotros nos amoldamos a nuestro estilo de vida o a nuestra comodidad. Un peligro de nuestros días es creer lo que me gusta, desechar lo que me incomoda. Soy cristiano para los momentos de Gloria y no lo soy para los momentos de cruz y de entrega. Vemos en nuestros días muchas personas que se dicen cristianos y que su vida no se parece en nada a lo que Jesús nos pide en el Evangelio, defendiendo valores anticristianos, luchando incluso cotra la Iglesia, contra la fe. Pero así no formamos familia, así fomentamos odio y división.
El evangelio de hoy es un claro ejemplo de esto que digo. Marta se desvive por Cristo, por servirle, por hacer cosas... María se mpoce a sus pies a escucharle, a orar. Estemos ante la eterna dicotomia rezar o actuar. ¿Qué es mejor la vida contemplativa o la vida entregada al servicio? Muchas veces oimos: "no hace falta ir a misa, con hacer buenas obras vale". "no hace falta rezar, hace falta actuar". Con estos argumentos, muchos de nuestros católicos han abandonado la oración, la vida de piedad, los sacramentos, en aras de estar más en la acción. La realidad nos dice que han abandonado la oración y que tampoco hacen obras buenas ni están entregados a los demás, ha sido el pretexto perfecto para no cumplir con las obligaciones de nuestra vida de fe.
Cristo nos deja claro en el evangelio que son necesarias las dos cosas, hace falta gente como Marta que esté entregada en cuerpo y alma al servicio de los demás, pero hace falta muchos momentos de vivir como María, el silencio y la escucha de la Palabra de Cristo. En la Iglesia son tan necesarios e inprescindibles los monjes y monjas de clausura que como María están entregados a la oración y la escucha de la Palabra, como los misioneros y misioneras que están entregados a la evangelización y el bien de los pueblos. San Benito decía "Ora et labora". Reza y trabaja, ese es el compendio de la vida cristiana: muy cerca de Dios en la vida de oración y muy cerca de los hermanos en la vida de caridad.
Que la vivencia de la Eucaristía en este domingo nos haga experimentar la profundidad de la cercania de Cristo y eso nos impulse a la vida fraterna con los demás.
Que Dios os bendiga a todos y os conceda un Feliz día del Señor.
16/7/10
15/7/10
La Devoción a la Virgen del Carmen
Una de las devociones marianas más populares es la de la Virgen del Carmen, cuya fiesta celebramos cada 16 de Julio. Muchos de nosotros llevamos colgada del cuello la medalla escapulario del Carmen, otros recordamos de nuestra niñez a alguna mujer vistiendo de marrón como señal de consagración a la Virgen del Carmen, en muchas de las localidades de nuestra provincia, incluyendo la capital, existen a día de hoy conventos de la Orden Carmelita y todos conocemos a muchas "Cármenes". Pero ¿conocemos todos el origen de esta devoción y los privilegios que comporta el llevar el Escapulario del Carmen? Para aquellos que lo desconozcan recogemos aqui un extracto de un trabajo realizado al respecto en la revista "Iglesia en Córdoba" en el que se resume los principales aspectos de esta devoción. Origen de la devoción y el Monte Carmelo El Carmelo era el monte donde numerosos profetas rindieron culto a Dios. Los principales fueron Elías y su discípulo Eliseo, pero existían también diferentes personas que se retiraban en las cuevas de la montaña para seguir una vida eremítica. Esta forma de oración, de penitencia y de austeridad fue continuada siglos más tarde, concretamente en el III y IV, por hombres cristianos que siguieron el modelo de Jesucristo. A mediados del siglo XII, un grupo de devotos de Tierra Santa decidieron instalarse en este valle y escogieron como patrona a la Virgen María. Allí construyeron la primera iglesia dedicada a Santa María del Monte Carmelo. Estos devotos que decidieron vivir en comunidad bajo la oración y la pobreza, fueron la cuna de la Orden de los Carmelitas y el origen de la advocación de la Virgen del Carmen. El escapulario del Carmen Una de las devociones carmelitanas más extendidas es el escapulario del Carmen. Se trata del signo externo de la devoción mariana, consistente en la consagración a la Santísima Virgen María por la inscripción en la Orden Carmelita, en la esperanza de su protección maternal. Podéis encontrar más información sobre la devoción al Escapulario del Carmen aquí.
El distintivo externo de esta inscripción o consagración es el pequeño escapulario marrón o una medalla escapulario en la que aparezca, en el anverso la imagen de una advocación de la Virgen y en el reverso el Sagrado Corazón de Jesús. Su origen radica en la Orden Carmelita, la cual tuvo que abandonar pronto Palestina. Las contradicciones a las que se vio sometida esta orden llevó al Superior General de la Orden, San Simón Stock a suplicar insistentemente a la Virgen. En 1251, la Virgen se apareció a San Simón Stock con el escapulario de la Orden en sus manos y le dijo: “Tú y todos los Carmelitas tendréis el privilegio de que quien muera con él no padecerá el fuego eterno”; es decir, quien muera con él, se salvará.
El Escapulario del Carmen además de la promesa de salvación para quienes mueran con él, lleva también consigo el llamado privilegio sabatino. Este consiste en que la Santísima Virgen sacará del purgatorio cuanto antes, especialmente el sábado después de su muerte, a quienes hayan muerto con el Escapulario y durante su vida hayan guardado castidad según su estado y rezado todos los días el oficio parvo (puede sustituirse por la Liturgia de las Horas o por la abstinencia de carne los miércoles y sábados, o un sacerdote con facultad para ello, lo puede conmutar por otra obra piadosa, por ejemplo, el rezo diario del Rosario). Si uno peca contra la castidad o deja un día de hacer la obra prescrita, podrá recuperar el privilegio al confesarse y cumplir la penitencia. Las personas que vistan el escapulario del Carmen o lleven impuesta la medalla escapulario pueden obtener indulgencias plenarias el día que se viste el escapulario y el que es inscrito en la Tercera Orden o Cofradía y en las fiestas de la Virgen del Carmen (16 de Julio), San Simón Stock (16 de mayo), San Elías Profeta (20 de Julio), Santa Teresa de Jesús (15 de Octubre), Santa Teresa del Niño Jesús (1 de octubre), San Juan de la Cruz (14 de Diciembre) y en la fiesta de Todos los Santos Carmelitas (14 de Noviembre). Además pueden obtener indulgencia parcial por usar piadosamente el santo escapulario o la medalla - escapulario. Se puede ganar no sólo por besarlo, sino por cualquier otro acto de afecto y devoción.
13/7/10
Hoja de ruta simple para padres y madres de familia cristiana
"¡Queridos padres! Les pido que ayuden a sus hijos a crecer en la fe, les pido que les acompañen en su peregrinaje hacia la Santa Comunión, en su viaje hacia Jesús y con Jesús. Por favor, vayan con sus hijos a la iglesia! (…) Verán que no es tiempo perdido; al contrario, es lo que puede mantener a su familia verdaderamente unida y centrada. (…) Y, por favor, recen juntos en casa también, en las comidas y antes de acostarse"
11/7/10
¿Realmente me interesa ganar la vida eterna?
XV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Lecturas: Deuteronomio 30,10-14 // Salmo 69 // Colosenses 1, 15-20 // Lucas 10, 25-37
La liturgia de la Palabra de este domingo es preciosa, el relato del buen samaritano nos pone de frente con la realidad práctica de nuestra fe. Pero la lectura del Antiguo Testamento, el Salmo y la Carta a los Colosenses, también tienen una riqueza impresionante para nuestra vida Cristiana.
Parto primero de una frase del Evangelio: "Maestro, ¿qué tengo qué hacer para heredar la vida eterna?" Aquel hombre tiene un ideal alto en su vida, quiere ser consecuente en los días que le toquen vivir y quiere ser merecedor de la vida eterna. La primera reflexión que me surge tras meditar esta frase es la siguiente: en pleno siglo XXI, en el verano del 2010, en este momento concreto de la historia, ¿Nos interesa a NOSOTROS ganar la vida eterna? ¿Nos planteamos, al menos, la posibilidad de perder esa vida eterna por nuestra incoherencia de vida? Es más me atrevería a preguntar ¿Creemos en la vida eterna, como profesamos cada domingo en el credo? ¿Somos conscientes que esta vida es transitoria y finita, tendrá un fin y que la verdaderamente importante es la vida que vamos a vvir durante toda la eternidad?
Perdonad por el aluvión de preguntas, pero me brotan espontáneamente tras mi experiencia como párroco y los comentarios que continuamente oigo. Mirad, se ha perdido la tensión por ganar esa vida eterna, nos hemos secularizado en nuestras metas de salvación. Hemos querido hacer tan práctico y tan concreto el evangelio, que lo hemos reducido a un conjunto de buenas intenciones. El Evangelio es la Vida, es la proclamación de la Salvación por la que Cristo nos ha hecho herederos de la vida eterna. El Evangelio no es sólo un ideal bonito para la sociedad, el evangelio es radical y nos compromete hasta el tuétano de nuestros huesos. La vida cristiana no es una gran ONG que de vez en cuando hace cosas buenas para calmar conciencias, la vida cristiana es comprometerse con Cristo a implantar su Reino en el mundo. A vivir con todas sus consecuencias el amor, el perdón, la entrega, la esperanza, la fe en la resurrección. Es cierto que el Señor nos explica hoy muy claramente en qué consiste ser el prójimo de alguíen. Nos ha puesto las figura del buen samaritano para que sepamos lo que tenemos que hacer para ganar la salvación, para ser buenos discípulos suyos. Pero también nos ha dejado muy claro que todo esto es para ganar la vida eterna. Jesús habla muchísimas veces en el Evangelio de la vida eterna, toda nuestra vida está orientada a vivir el cielo nuevo y la tierra nueva de la eternidad. El Señor viene a traernos la salvación y nos ha hecho herederos con él de la Eternidad.
No podemos hacer las cosas por simple altruismo, para nosotros hay algo más, al hacer las cosas nos unimos más a Dios y a los hermanos, nos unimos a la Salvación y estamos anticipando ya en la tierra el Reino de amor de la eternidad. Estamos bajando un poquito de cielo, de amor, de justicia, de fraternidad a nuestras vidas.
Ojalá en cada uno de nosotros surgiese la pregunta: ¿Señor que tengo qué hacer para ganar la vida eterna? Que tuviesemos verdadero interés por la vida cristiana, por ser cristianos de verdad, por ser ejemplo, por dar luz a tanta oscuridad que hay en el mundo. Dios nos conceda a todos vivir con ganas nuestra vocación a la santidad, que amemos de verdad a Cristo y a los hermanos y nos carguemos de buenas obras para la eternidad.
Que Dios nuestro padre bendito nos conceda vivir así, siendo perfectos hijos suyos, que se pueda sentir orgulloso como padre de todos y cadas uno de nosotros. Que no le decepcionemos y no frustremos en nuestras vidas todo el amor que el derrocha cada día con nosotros.
Que Dios os bendiga a todos. Feliz Domingo, Feliz Día del Señor.
9/7/10
8/7/10
Los iconos más antiguos de los apóstoles Pedro, Pablo, Andrés y Juan
En las Catacumbas de Santa Tecla, Roma, un cubículo que parecía ser una tumba de una noble mujer ha sido el lugar de un importante hallazgo de la arqueología sacra: se trata de las figuras más antiguas (fines del siglo IV) de los apóstoles Pedro, Pablo, Andrés y Juan.
El arzobispo Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura y de la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra presentó en conferencia de prensa los nuevos descubrimientos indicando que los trabajos comenzaron hace dos años con la restauración de una sala de las catacumbas mandada construir por una dama de la nobleza romana del siglo IV. Gracias al rayo láser se descubrió un fresco que representaba a San Pablo y otro a San Pedro. Posteriores trabajos sacaron a la luz imágenes de los otros apóstoles Juan y Andrés. De Pedro existen otras imágenes en las que aparece sólo, pero la importancia de estos descubrimientos -según precisó Mons. Ravasi- es que son los primeros frescos en los que aparecen en solitario Pablo, Juan y Andrés.
El presidente del Pontificio Consejo para la Cultura afirmó asimismo sobre estos descubrimientos que se debe “proceder de modo que todos los monumentos de este tipo tengan la capacidad de hablar a la cultura contemporánea, haciendo que sus voces resuenen con sus valores y con toda su belleza". Y agregó que la figura de Pablo es inequívoca, ya que muestra al apóstol con los ojos abiertos, arrugas, la mejilla hundida, la calva, la larga y oscura barba, como siempre fue descrito en los textos de la época. Mientras el fresco de Juan lo presenta como un hombre joven y a Andrés fuerte e impetuoso. El techo de la sala, un recinto cuadrado, donde están los cuatro frescos, está decorado en su parte central con un Buen Pastor.
Más detalles:
- Frescos de las catacumbas romanas de Santa Tecla
- Descubren en las Catacumbas de Santa Tecla los iconos más antiguos de los apóstoles Pedro, Pablo, Andrés y Juan
6/7/10
Condiciones Innegociables para ser Católico
"Podemos decir, por tanto, que en nuestra condición de católicos estas dos condiciones son innegociables, y uno deja de ser católico si no acepta alguna de estas condiciones. El Catecismo y el Papa. A veces se encuentra uno con cristianos que diseñan ellos mismos la religión que quieren, tomando lo que les gusta y no aceptando lo que les disgusta. Se constituyen ellos mismos en norma de su vida. Prefieren una religión a la carta, en lugar de acoger la salvación que les viene dada. Algunos incluso se permiten el lujo de despreciar la doctrina de la Iglesia o de no atenerse a esa disciplina."
4/7/10
Vivamos en comunidad la fiesta de la Eucaristía y pidamos por las vocaciones sacerdotales
XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Lecturas: Isaías 66,10-14c // Salmo 66 // Gálatas 6, 14-18 // Lucas 10, 1-12.17-20
Queridos hermanos y hermanas: en este tiempo de vacaciones, donde el tedio del verano nos hace tener horas muertas en las que muchas veces buscamos ¿qué hacer? la Palabra de Dios hoy nos invita a festejar la alegría de la fe y el evangelio de este domingo nos sigue insistiendo en la necesidad de asumir la vocación de Dios a cada uno de nosotros en nuestras vidas cristianas.
La primera lectura nos habla de la alegría de la fe: "Festejad a Jerusalén, gozad con ella..." este relato bíblico no hace referencia a la monumentalidad de Jerusalén, cuando el autor sagrado menciona a la ciudad santa no lo hace teniendo en cuenta su belleza arquitectónica o sus monumentos, lo hace teniendo claro que Jerusalén es el símbolo de la religión judia, es el centro de lo divino. Es la ciudad del encuentro con lo sagrado, con el Misterio. Por eso el profeta Isaias nos invita a gozar de lo sagrado a festejar a Dios en Jerusalén, en la cumbre del monte Sión, del lugar sagrado por excelencia para el pueblo judio. Quizás en nuestros días pecamos de un exceso en vivir nuestra fe de una manera muy personal e intimista. Hemos perdido las referencias de lo sagrado, del lugar en el que se realiza el encuentro con Dios. Es cierto que el Señor nos dijo que podíamos rezar, podíamos orar, vivir nuestra fe... desde lo hondo de nuestros corazones. Pero también nos dijo que donde dos o tres estén reunidos en mi nombre allí estoy yo en medio de ellos. Recordándonos así la obligación como cristianos de vivir nuestra fe no como un "yo creo" más bien como "nosotros creemos y vivimos a Cristo".
Estando en este tiempo de mundiales y de futbol, no me resisto a poner un ejemplo futbolístico: posiblemente, analizando objetivamente, el lugar mejor para ver un partido es tu casa, lo ves tranquilo, tienes repetición de la jugada...etc. Pero nadie me puede negar que lo verdaderamente espectacular y lo que de verdad llena de alegría y se vive un partido de futbol es en el campo, con 100.000 espectadores más, con los cantos, con los gestos, con todo lo que lleva consigo un partido en un estadio.
De igual manera, podemos vivir nuestra fe solos, aislados pero no nos llena, lo que de verdad colma nuestras vidas, nuestros corazones, es vivirla en comunidad, reunidos en la Parroquia, celebrando juntos, cantando juntos, participando de los sacramentos. Así de verdad vivimos la Alegría de la fe. No caigamos en la trampa fácil de vivir solos la vida cristiana, es el primer paso para perder nuestra fe. La vida cristiana, como toda vida, es comunidad, es encuentro con el otro, es celebración. Si cualquier persona quiere vivir la alegría de su cumpleaños, lo hace con una fiesta y con sus amigos y seres queridos. Vivirlo solo no es el prototipo de una fiesta de cumpleaños. Una fiesta es gente, es alegria, es compartir, es...¡es la EUCARISTÍA DE CADA DOMINGO!
Os invito a oir la voz del Señor que nos convoca cada domingo a vivir con él y con toda la comunidad, la Eucaristía, la fiesta del Señor.
El evangelio de hoy nos sigue recordando la necesidad de sentirnos llamados por Dios, sentir que en nuestras vidas todos tenemos una misión a la que Jesús nos llama. Ningún cristiano puede vivir ni entender su vida como algo inerte y anodino. La vida es regalo de Dios y es vocación de Dios a la santidad: a unos los llamará a la vida religiosa, a otros a la sacerdotal, a otros a las misiones, a otros a formar un familia cristiana, a otros a entregarse a Dios totalmente en su vida, a otros... cada uno a lo que sienta que Dios le llame, pero nadie puede vivir la fe como un ente solitario y sin una vocación concreta. Toda la vida cristiana es vocación de Dios al corazón del hombre, llamada de Dios a los corazones de los hombres y mujeres que sienten y viven la Cercania de la Presencia de Dios para que envíe obreros a su mies, que nuncan falten obreros dispuestos a trabajar en la viña del Señor, en el campo de la Iglesia para seguir dando frutos de Salvación al Pueblo de Dios.
Vamos hoy domingo a pedir las dos cosas a Dios, que vivamos gozosos y unidos nuestra fe y llenos alegria y la segunda que el Señor nos conceda muchas y santas vocaciones al ministerio sacerdotal para que no nos falta nunca su presencia real y cercana en los sacramentos.
Que Dios os bendiga a todos, estéis donde estéis, todos somos la gran familia del Beato Álvaro de Córdoba. Un abrazo y feliz día del Señor.