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20/2/12

Misas del próximo Miércoles de Cenizas - 2012

Manos de un sacerdote cogiendo la cenizaEl próximo 22 de febrero es Miércoles de Ceniza. Con tal motivo se celebrarán en nuestra parroquia dos misas, a las 18’00 h y las 20’00 h, en las que se impondrá la ceniza que nos recuerda que “del polvo venimos y en polvo nos convertiremos”y nos invita a “convertirnos y creer en el evangelio”.

Comienza así la Cuaresma, un tiempo litúrgico “fuerte” en el que nos preparamos para vivir profundamente y con intensidad los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo en la Semana Santa.

Durante estos cuarenta días la Iglesia nos recomienda la austeridad, el recogimiento, y la práctica habitual de la oración, el ayuno y la caridad como medios que nos ayuden a llevar a cabo nuestra conversión.

El derecho canónico afirma que todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por ley divina a hacer penitencia, sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia se han fijado unos días penitenciales.

En particular las normas del Código de Derecho Canónico y de la Conferencia Episcopal Española obligan a guardar Ayuno y Abstinencia el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo y Abstinencia sólo los otros vienes de Cuaresma. Unas prácticas que, tenemos la impresión, con el paso de los años están cayendo cada vez más en desuso o no se llevan a cabo correctamente ni en la práctica ni en el espíritu. Por ello hemos creído conveniente recordar exactamente lo que la Iglesia Católica establece para el ayuno y la abstinencia.

Así, el AYUNO consiste en hacer sólo una comida fuerte al día; aunque no se prohíbe tomar algo ligero por la mañana o por la noche. Es obligatorio para todos los mayores de edad, hasta que se hayan cumplido cincuenta y nueve años.

En lo relativo a la ABSTINENCIA, ésta consiste en no comer carne y obliga a todas las personas mayores de 14 años.

El ayuno y la abstinencia no consisten en la renuncia por la renuncia sino en una renuncia con la que, por una parte reconocemos la necesidad de hacer obras con las que reparemos el daño ocasionado con nuestros pecados, y por otro nos permite el dominio de sí mismo con el fin de vivir mejor los valores superiores.

Además hay que recordar que, en la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año, en los que se debe llevar a cabo la realización de otras formas de penitencia recomendada por la Iglesia: lectura de la Sagrada Escritura, limosna, obras de caridad y mortificaciones corporales.

Catequesis del Papa Juan Pablo II sobre el Ayuno

Mensajes de Benedicto XVI para la Cuaresma

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