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27/1/13

“El Espíritu del Señor está sobre Mí"

III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Lecturas: Libro de Nehemías 8,2-4a.5-6.8-10. // Salmo 19(18),8.9.10.15. // Carta I de San Pablo a los Corintios 12,12-30. // Evangelio según San Lucas 1,1-4.4,14-21.

Uno de los pasajes más impactantes de la Escritura es el que nos trae el Evangelio de hoy (Lc. 1, 1-4 y 4, 14-21). Es impactante, pero pasa bastante inadvertido, muy probablemente por la discreción de Jesús. Es aquel momento en que Jesús dice que es a El a quien se refiere la profecía de Isaías que anuncia la labor del Mesías.

S. Lucas nos dice en el Evangelio de hoy, que Jesús, habiendo ya realizado su primer milagro en Caná de Galilea, comenzó a enseñar en las Sinagogas. Es importante notar que existía un solo Templo, el de Jerusalén, donde se celebraban las grandes fiestas judías y habían ceremonias en que los Sacerdotes ofrecían sacrificios. Pero cada pueblos tenía su propia Sinagoga, donde cada Sábado, se celebraba un oficio litúrgico en el que era fácil participar para leer y comentar la Palabra de Dios. Y Jesús cumpliendo la ley de Dios que nos manda en su tercer mandamiento:"santificar las fiestas" acudía cada sábado a la Sinagoga. Podríamos decir que era practicante.

Así fue como Jesús comenzó a darse a conocer: leyendo y enseñando en las Sinagogas sobre todo de Galilea. Nos dice San Lucas que “todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región”.

Jesús, entonces, decide ir a Nazaret, el pueblo donde había crecido y vivido. Y ese Sábado -no por casualidad, sino seguramente porque como Dios, así lo dispuso- le tocó “el volumen de Profeta Isaías y encontró el pasaje en que estaba escrito” lo que se refería a la misión del Mesías: “El Espíritu del Señor está sobre Mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva ...”

Siempre que se leía este trozo, la gente pensaba en ese personaje misterioso tan esperado por todo el pueblo de Israel. Esperaban al Mesías enviado por dios para salvarles. Pero ese día en que Jesús lee lo dicho sobre El, se le ocurre rematar la lectura diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”. Que es lo mismo que decir: “Ese de quien habla Isaías soy Yo”.

Hoy Jesús también nos dice a nosotros: “Ese de quien habla Isaías soy Yo”. el es el Salvador, nuestro Redentor. Por eso nosotros cada domingo santificamos el día acudiendo a Misa y reuniéndonos para celebrar al Señor, al Mesías nuestro Salvador. Nosotros hoy debemos cumplir el tercer mandamiento, lo mismo que hizo el propio Jesús, acudiendo con alegría, fe y gozo, a celebrar la Santa Misa. Para encontrarnos con Cristo Resucitado que nos convoca, nos instruye con su Palabra y nos alimenta con su Cuerpo y con su Sangre.

Y nosotros ... ¿creemos en Jesucristo? ¿Y creemos en todo lo que nos ha dicho y dispuesto? ¿Creemos que El es el Mesías que vino a salvarnos? ¿Aprovechamos la salvación que El nos trajo? ¿Deseamos hacer todo lo necesario para salvarnos?

Que Dios os bendiga a todos. Feliz día del Señor.

Tomás Pajuelo Romero. Párroco.

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