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3/4/11

«¿Crees tú en el Hijo del hombre?»

IV DOMINGO DE CUARESMA

Lecturas: Samuel 16, 1.6-7.10-13 // Salmo 22(94), l-3a. 3b-4. 5. 6 // Efesios 5, 8-14 // Juan 9, 1-9.13-17.34-38

Queridos hermanos y hermanas, estamos ya en el cuarto domingo de cuaresma. El tiempo va pasando y no sé si estamos avanzando en nuestra conversión. Es cierto que tenemos claro que debemos cambiar pero posiblemente necesitemos la Luz de Cristo para hacerlo, para saber ciertemente qué y cómo debo cambiar.

Las lecturas de este domingo son preciosas, son un canto a Cristo LUZ DEL MUNDO. Precisamente el Crucifijo que preside nuestro altar es el Santísimo Cristo de la Luz. Luz de Cristo que nos ilumina de forma distinta y con criterios diferentes al mundo. El mundo tiene como principio la competitividad, el mejor, el más válido, "opositamos" a todo. Todo es un gran concurso-oposición en el que tenemos que demostrar que somos los más listo, los más trabajadores, los más cristianos, los más...

La primera lectura nos hace chocarnos de frente con los criterios de Dios. El profeta Samuel va a Belén, enviado por Dios, a elegir al rey de Israel. Pasan delante de él todos los hijos de Jesé, los fuertes, los guerreros, los poderosos... Los que según los criterios humanos serían los mejores para ser el Rey de Israel. Pero Samuel llama a David, un jóven de 14 años, pastor, el que cuidaba los rebaños de su padre Jesé. Al que ni siquiera habían llamado porque estaban convencidos que no era un buen candidato. Dios se fijó en Él, lo constituyó Rey de Israel y es el Rey por antonomasía del pueblo judio. El gran rey de Israel.

Muchas veces nosotros consideramos que no somos nada, que hay muchas personas mejores que nosotros, que hay personas más válidas para la misión... Es cierto, posiblemente haya personas mejores humanamente pero a los que ha elegido Dios es a tí, a mí, a todos los cristianos que somos convocados a la conversión.

Como podemos constatar el Señor no quiere que nos quedemos en reconocer que no somos santos, que tenemos pecados, que... Él quiere que partiendo de esa realidad concreta crezcamos en Santidad, en entrega, en Amor, en fraternidad... Él sabe bien que no somos perfectos pero nos promete ser la LUZ que guíe nuestro caminar, la LUZ que alumbre nuestra conversión... Cristo LUZ de los pueblos, luz que da sentido, que pone meta, que muestra el camino para la felicidad. El ciego descubrió en su vida esa realidad profunda de Cristo. Cuando le preguntan sobre quién lo ha curado no contesta con teorias, contesta con su experiencia de vida, ¡me ha curado! ¡me ha cambiado la vida!

La Cuaresma es tiempo de cambio, pero no un cambio intelectual, de saber más sobre Cristo. Es un cambio radical de nuestras vidas en las que experimentamos el paso del Señor que nos perdona, nos transforma, nos hacer crecer...

Muchas veces nos hacemos nuestra propia imagen de la vida, nuestro camino, nuestras metas... Pero sólo Dios es el único que puede mostrarnos el camino, sólo el camino que el nos enseña será el que nos lleve a la felicidad. Nos empeñamos en montarnos nuestras peliculas personales, en montarnoas nuestras vidas... Eso no nos va a hacer feliz nunca, será el camino del Evangelio, el camino que Dios nos muestre para cada uno el que hará feliz nuestra existencia.

Vamos a abrir nuestras vidas al AMOR de Dios, vamos a dejar que Él sea la LUZ de nuestras vidas y dejemos que ilumine y que guíe nuestra existencia hasta la felicidad.

Tomás Pajuelo Romero. Párroco.

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