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29/7/12

"¿Dónde compraremos pan para darles de comer?"

XVII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO


Lecturas:    L. Reyes 4,42-44 // Salmo 145(144),10-11.15-16.17-18 // Efesios 4,1-6 // San Juan 6,1-15

Entre los milagros de Jesús que deben haber impresionado más, sin duda se destaca el de la multiplicación de los panes y los peces (Jn. 6, 1-15). Tanto así, que nos dice el Evangelio que tuvieron la intención de llevarse a Jesús para proclamarlo rey.Pero el Señor, al darse cuenta de las intenciones que tenían, se escapó hacia la montaña.

¡Cómo habría sido ese acontecimiento!Una multitud de unas quince mil personas (nos dice el Evangelio que eran como cinco mil hombres) seguía a Jesús para escuchar sus enseñanzas.Llega la hora de comer, y con sólo cinco panes y dos peces el Señor va repartiéndolos y saca comida para saciar a toda esa multitud ... y todavía quedaron sobras.

¿De dónde salieron los cinco panes y los dos pescados?Había un chico entre los presentes que los llevaba consigo.Ahora bien ¿podía el Señor haber sacado alimento de la nada o necesitaba el aporte del muchacho? Dios es todopoderoso y hubiera podido alimentar a aquel gentío de la nada. Entonces ¿qué nos quiere decir el Señor con el aporte del muchacho?

Por cierto no es éste el único pasaje en que Dios utiliza un aporte humano para remediar una necesidad.En efecto, nos cuenta la Primera Lectura de este domingo (2 R 4, 42-44) de una situación similar.

El Profeta Eliseo recibe veinte panes y ordena a su criado repartirlo entre cien personas.Ante la objeción del criado por lo insuficiente del alimento, Eliseo insiste aduciendo que “dice el Señor:‘Comerán todos y sobrará’”. Y así fue, tal como dijo el Señor.Otro milagro de multiplicación.

En el caso de Eliseo, de veinte panes comieron cien.En el caso de Jesús, de cinco panes y dos peces comieron unos quince mil.Las cantidades no importan, sino como dato referencial.Lo que importa es el milagro de la multiplicación, la providencia del Señor para con los que necesitan, y el aporte requerido para proveer en forma milagrosa.

Cabría preguntarnos, ¿por qué entonces hay tanta hambre en el mundo, si Dios es todopoderoso y puede multiplicar lo poco que los seres humanos aportemos? Notemos que los dos milagros no se realizaron de la nada, sino a partir de insuficientes y realmente escasos alimentos.

Dios, como Omnipotente y Todopoderoso que es, podría haber alimentado a la gente de la nada. Si nos creó de la nada, por supuesto puede alimentarnos de la nada.

Pero Dios desea nuestra participación, nuestro aporte.Y ese aporte suele ser como el del chico:muy insuficiente, muy poca cosa, nada. Pero Dios lo quiere y hasta lo exige para El intervenir. Y cuando el hombre da su aporte, Dios interviene multiplicándolo.

El chico de este alimento multiplicado donó toda la comida que llevaba para él. Fue muy generoso. En el caso de Eliseo, fue un hombre que le llevó los primeros frutos de su cultivo. Y nosotros ... ¿damos al menos de lo que nos sobra para que Dios haga milagros con nuestros aportes? ¿Somos capaces de renunciar a lo nuestro para compartirlo? Aque joven dió TODO lo que tenia y Jesús hizo el milagro...nosotros cada vez que compartimos, aunque sea una pequeña cantidad, estamos colaborando para construir una porción grande para compartir. Si cada uno de los cristianos que participan en la Eucaristía cada domingo, se desprendiera de 1€ cada domingo...sacariamos suficiente dinero para seguir atendiendo a los pobres como lo estamos haciendo. Pensad por un momento, el Señor repite el milagro, nosotros compartimos una pequeña cantidad y al unirnos somos capaces de llevar a cabo la ingente labor social de la Iglesia. Pensemos por un momento si somos generosos o no. No seamos ridículos, que menos que compartir con nuestra Parroquia, 10€ semanales...si eso nos lo gastamos en caprichos...en tonterias...!!! Sé que estamos pasando momentos difíciles, pero hay personas que lo están pasando mucho peor, que están pasando hambre y que nuestra generosa donación dominical nos permite ayudarles. Pensad por un momento en el joven de la parábola y como entregó todo lo que tenía. Evidentemente no pedimos que se entregue todo lo que tenemos...pero si que seamos generosos.

Que el Señor os bendiga a todos. Feliz domingo.

Tomás Pajuelo Romero. Párroco.



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