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27/10/12

«Un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino...»


XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Lecturas: Jeremías 31, 7-9 // Salmo 126 // Hebreos 5, 1-6 // Marcos 10, 46-52.

Queridos hermanos y hermanas:

Escultura 'Jesus curando al ciego Bartimeo' por Johann Heinrich Stöver, 1861Este domingo, la lectura del Evangelio nos presenta el milagro del ciego Bartimeo. Aquel ciego está al borde del camino, en su indigencia, con su gran problema de ceguera.

Este texto tiene una carga simbólica tremenda: Un ciego, la ceguera siempre simboliza en la Biblia, el pecado, el vivir a oscuras, sin disfrutar de la LUZ de Dios. Es reconocer que nuestros caminos están sin la luz salvadora de Dios.

El borde del camino: simboliza nuestra vida apartada del camino de la Salvación, está al borde, significa que no se ha alejado definitivamente de Dios, que ve pasar a los que le siguen pero no se implica, vive de ellos con sus limosnas.
Si nos proponemos actualizar esta parábola es fácil poner personajes actuales: El ciego del camino serían todos aquellos que viven apartados de Dios, de la Iglesia, de la Fe. Están en pecado, a oscuras... están al borde del camino, no se han ido del todo. Son todos aquellos que que viven a oscuras, sin fe, sin Dios pero que viven de Él... se siguen acercando a la Iglesia a PEDIR: sacramentos, oraciones, funerales, dinero, alimentos... pero siguen al borde del camino. Ciegos y sin la luz de la fe.

Bartimeo oye que se acerca Jesús, desde lo hondo de su corazón lanza un grito, un grito de ayuda... su corazón alberga un poco de luz, de fe... y su esperanza se refuerza al saber que el Nazareno pasa por allí.

La gente que lo rodea quiere hacerle callar, quiere que deje en paz a Jesús. Quieren apartarlo. Borrar esa poca luz y esperanza que tiene aún en su corazón.

Cuanta gente quiere volver a la Iglesia, quieren recuperar el camino de Cristo y los que los rodean se lo impiden... el que dirán les impide retomar su vida de fe.

Bartimeo venció a los que querían acallar su voz y consiguió que Jesús le escuchara y que le curara. Si nosotros somos capaces de acallar las voces que quieren impedir que estemos cerca de Cristo conseguiremos que Dios realice en nosotros el milagro de su presencia en nuestras vidas. Transformando nuestra existencia desde la raíz. Haciendo que nuestra vida se llene de luz, de fe, de esperanza, de alegría, de gozo... de paz.

Que Dios os bendiga a todos. Feliz día del Señor. Tomás.

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