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13/9/09

«Y vosotros, ¿quién decís que soy?»

DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO

Lecturas: Isaías 50,5-9 // Salmo 116 // Santiago 2,14-18 // Marcos 8,27-35

La Palabra de Dios en este domingo es muy rica y muy exigente. Escuchamos en el evangelio la pregunta de Jesús a sus discípulos: ¿Quién decís que soy yo?. Todo cristiano que se plantee en serio su vida de fe tendría que empezar preguntándose quién es Jesús para él. Por desgracia en nuestros días, ni siquiera los que nos denominamos cristianos e incluso practicantes tenemos una opción clara por Jesús, no tenemos una respuesta a esta pregunta: oimos de muchos cristianos barbaridades sobre la figura de Jesús, y lo peor de todo es que se hace en aras de una pretendida fe verdadera. La respuesta de San Pedro es única y definitiva: "Tú eres el Mesías".

El Mesías, significa que Cristo es el HIJO DE DIOS, que se ha encarnado en María, que predicó el evangelio, curó enfermos, salvo y perdonó a los pecadores, fue entregado, sufrió la Pasión, murió en la cruz y RESUCITÓ al tercer día y está vivo en medio de nosotros en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía.

Esto es lo que significa proclamar que para nosotros Jesús es el Mesias. No hay más vuelta de hoja, no podemos seguir admitiendo como fe Católica cosas tan absurdas como que Cristo no era hijo de Dios sino un hombre muy avanzado para la época, que predicó un mensaje muy importante y que ha tenido una gran repercusión en la historia de la humanidad pero que no es Dios. Incluso existen estadisticas por las que se afirma que el 75% de los cristianos no creen en la Resurrección de Cristo ni en la nuestra. Y se cree en la reecarnación, en la transmigración de las almas...pero además denominándose estas personas cristianos creyentes y católicos.

El Apóstol Santiago nos lo dice muy clarito en su carta, segunda lectura, "Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probaré mi fe." No se trata de lo que digamos que somos, se trata de SER lo que decimos que somos. Uno no es cristiano porque lo diga muchas veces, uno es cristiano cuando su vida, sus palabras, su fe lo demuestra día a día. Uno no es cristiano porque venga un día a misa, o bautice a sus hijos, o entierre a sus difuntos... Uno es verdadero cristiano cuando Cristo en su vida es "El Señor", el centro, el culmen y entonces para encontrarse con Jesus va a misa, porque cree y vive a Jesús bautiza a sus hijos, entierra a sus difuntos, ora cada día y profesa la fe católica expresada en el credo.

Es tarea complicada en nuestro mundo pero es la realidad que nos toca vivir, Jesús también sufrió por ser coherente, nos lo ha recordado hoy el profeta Isaias. Si el Maestro pasó por eso ¿Cómo podemos nosotros quejarnos de la cruz? ¿Es qué somos más que el maestro?

El que quiera seguirme, cargue con su cruz y me siga dice el Señor. No nos dice, cargue con su buena y tranquila vida, nos dice carga con la cruz. Pero cuando uno ama de verdad a Cristo, lo ama con toda su mente, con todo su corazón, con toda su alma... cualquier cruz se hace llevadera. Soy testigo por mis visitas a tantos y tantos enfermos, que muchos de ellos aquejados por graves enfermedades sin esperanza, las viven con una fe, con una paz, con un amor que sólo puede ser obra de la Gracia de Dios.

Hermanos no nos dejemos embaucar por todas las sandeces que se dicen, nuestra fe es la fe que profesa la Iglesia desde hace 2000 años, ha sido la fe que profesaron los cientos de mártires cordobeses y los miles del mundo entero, sellando con su sangre la verdad de lo que creían.

Hagamos realidad las palabras del apóstol Santiago en la segunda lectura, demostremos al mundo con nuestras obras de amor la verdad de la fe que nos salva, que nos llena, que nos plenifica.

Tomás Pajuelo. Párroco

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