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11/7/10

¿Realmente me interesa ganar la vida eterna?

XV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Lecturas: Deuteronomio 30,10-14 // Salmo 69 // Colosenses 1, 15-20 // Lucas 10, 25-37

La liturgia de la Palabra de este domingo es preciosa, el relato del buen samaritano nos pone de frente con la realidad práctica de nuestra fe. Pero la lectura del Antiguo Testamento, el Salmo y la Carta a los Colosenses, también tienen una riqueza impresionante para nuestra vida Cristiana.

Parto primero de una frase del Evangelio: "Maestro, ¿qué tengo qué hacer para heredar la vida eterna?" Aquel hombre tiene un ideal alto en su vida, quiere ser consecuente en los días que le toquen vivir y quiere ser merecedor de la vida eterna. La primera reflexión que me surge tras meditar esta frase es la siguiente: en pleno siglo XXI, en el verano del 2010, en este momento concreto de la historia, ¿Nos interesa a NOSOTROS ganar la vida eterna? ¿Nos planteamos, al menos, la posibilidad de perder esa vida eterna por nuestra incoherencia de vida? Es más me atrevería a preguntar ¿Creemos en la vida eterna, como profesamos cada domingo en el credo? ¿Somos conscientes que esta vida es transitoria y finita, tendrá un fin y que la verdaderamente importante es la vida que vamos a vvir durante toda la eternidad?

Perdonad por el aluvión de preguntas, pero me brotan espontáneamente tras mi experiencia como párroco y los comentarios que continuamente oigo. Mirad, se ha perdido la tensión por ganar esa vida eterna, nos hemos secularizado en nuestras metas de salvación. Hemos querido hacer tan práctico y tan concreto el evangelio, que lo hemos reducido a un conjunto de buenas intenciones. El Evangelio es la Vida, es la proclamación de la Salvación por la que Cristo nos ha hecho herederos de la vida eterna. El Evangelio no es sólo un ideal bonito para la sociedad, el evangelio es radical y nos compromete hasta el tuétano de nuestros huesos. La vida cristiana no es una gran ONG que de vez en cuando hace cosas buenas para calmar conciencias, la vida cristiana es comprometerse con Cristo a implantar su Reino en el mundo. A vivir con todas sus consecuencias el amor, el perdón, la entrega, la esperanza, la fe en la resurrección. Es cierto que el Señor nos explica hoy muy claramente en qué consiste ser el prójimo de alguíen. Nos ha puesto las figura del buen samaritano para que sepamos lo que tenemos que hacer para ganar la salvación, para ser buenos discípulos suyos. Pero también nos ha dejado muy claro que todo esto es para ganar la vida eterna. Jesús habla muchísimas veces en el Evangelio de la vida eterna, toda nuestra vida está orientada a vivir el cielo nuevo y la tierra nueva de la eternidad. El Señor viene a traernos la salvación y nos ha hecho herederos con él de la Eternidad.
No podemos hacer las cosas por simple altruismo, para nosotros hay algo más, al hacer las cosas nos unimos más a Dios y a los hermanos, nos unimos a la Salvación y estamos anticipando ya en la tierra el Reino de amor de la eternidad. Estamos bajando un poquito de cielo, de amor, de justicia, de fraternidad a nuestras vidas.

Ojalá en cada uno de nosotros surgiese la pregunta: ¿Señor que tengo qué hacer para ganar la vida eterna? Que tuviesemos verdadero interés por la vida cristiana, por ser cristianos de verdad, por ser ejemplo, por dar luz a tanta oscuridad que hay en el mundo. Dios nos conceda a todos vivir con ganas nuestra vocación a la santidad, que amemos de verdad a Cristo y a los hermanos y nos carguemos de buenas obras para la eternidad.

Que Dios nuestro padre bendito nos conceda vivir así, siendo perfectos hijos suyos, que se pueda sentir orgulloso como padre de todos y cadas uno de nosotros. Que no le decepcionemos y no frustremos en nuestras vidas todo el amor que el derrocha cada día con nosotros.

Que Dios os bendiga a todos. Feliz Domingo, Feliz Día del Señor.

Tomás Pajuelo Romero. Párroco


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