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7/8/11

«Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?»

XIX DOMINGO del TIEMPO ORDINARIO A

Lecturas: 1ºReyes (1Re 19, 9.11-13 // Salmo 85 // Romanos 9, 1-5 // Mateo 14, 22-33.

Queridos hermanos y hermanas:

Jesús caminando sobre las aguas. VidrieraLa Primera Lectura nos trae el pasaje del Profeta Elías en el Monte Horeb cuando Dios se le revela en el murmullo de una suave brisa. En el Monte Horeb, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob se había revelado bajo el nombre de Yavé (Ex 3, 6); el Horeb había sido el monte de las instrucciones de Yavé a Moisés (Ex 33, 18-34,9); en el Horeb se había sellado la Antigua Alianza (Ex 19-24).
Sabemos que Yavé se había revelado a Moisés y al Pueblo de Israel en medio de "truenos, relámpagos, densa nube sobre el monte y fuerte sonido de trompetas" (Ex 19,16).

Así que, además de huir, Elías había ido específicamente al Horeb para encontrar a Dios como al principio lo había hecho el Pueblo de Israel. Pero allí en el Horeb Elías vivirá una experiencia desconcertante: no encuentra a Dios ni en el viento, ni en el terremoto, ni en el fuego, que eran formas en que Dios se había manifestado antes.
Nos dice el texto que luego vino una “voz de silencio sutil”. Y allí sí que estaba Dios. Elías sale de la cueva al oir "una voz de silencio sutil".

Elías aprendió, como debemos aprender nosotros, que Dios es imprevisible. Unas veces se manifiesta de ciertas maneras y otras veces de otra. El es libérrimo para manifestarse o no, y para escoger la manera de hacerlo.

Muestra de esto es la manera como se apareció Jesús a los Apóstoles caminando en medio del lago en la mitad de la noche: imprevisible y totalmente libre para escoger su modo de presentación.

Dios no siempre se manifiesta de manera extraordinaria y grandiosa, como cuando habló a Moisés y a los Israelitas. A Elías en el Horeb, Dios se manifestó en el silencio. Pareciera que ésa es la forma más corriente de Dios manifestarse a nosotros.

A Dios debemos buscarlo y podemos encontrarlo en el silencio. Dios siempre está. El es Omnipresente. A veces podemos verlo y/o sentirlo, a veces no. Pero, alejándonos del ruido, en la "voz de silencio sutil", podemos encontrarlo…aunque no lo oigamos. ¡¡Cuanto nos cuesta hacer silencio!! muchas veces nos da miedo el silencio, porque en el fondo sabemos que nos encontramos cara a cara con la realidad de lo que somos, cara cara mi ser más profundo y Dios. Tenemos miedo porque la realidad de lo que somos no concuerda con la que Dios quiere que seamos y nosotros mismos queremos ser.

Pero este miedo nace de un profundo desconocimiento de quién es Dios, Dios es AMOR, es PADRE, es MISERICORDIA INFINITA, por tanto nada debemos temer al contrario en El podemos encontrar el camino para cambiar nuestra realidad.

Confiemos en el Señor, que no nos pase como a Pedro, que dudo y se hundió en el lago. No dudemos nunca que en Cristo todo lo podemos. Feliz día del Señor a todos.

Tomás Pajuelo Romero. Párroco.

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