II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Lecturas: Isaías 49, 3.5-6 // Salmo 39 // 1Corintios 1 , 1-3 // Juan 1, 29-34
En este domingo comienza en la práctica el tiempo ordinario. Vamos a ir escuchando domingo tras domingo el relato de las acciones y palabras de Jesús. Le vamos a ver curando a los enfermos, le vamos a escuchar las parábolas, le oiremos anunciar el reino de Dios, le veremos hablando con sus discípulos, enseñándoles a rezar, caminando hacia Jerusalén, discutiendo con los escribas y los fariseos... Poco a poco se nos dará la oportunidad de descubrir y conocer a fondo la figura de Jesús. Entraremos en contacto con él no por lo que nos diga Juan el Bautista o el profeta Isaías o el mismo Pablo sino porque nos encontraremos directamente con Jesús, escucharemos su palabra y le veremos actuar.
El año litúrgico no da la oportunidad de conocer directamente a Jesús, de dejar que su palabra llegue al fondo de nuestro corazón. Y de confrontar con el Evangelio nuestra vida. ¿Dónde se situó Jesús? ¿Qué hizo? ¿Cómo trato a los que se cruzaban en su camino? ¿Dónde nos situamos nosotros? ¿Qué hacemos? ¿Cómo tratamos a los que se cruzan en nuestro camino? Estas preguntas y muchas otras irán surgiendo al paso de las semanas. Ahora no es tiempo todavía de buscar las respuestas. Basta con abrir los ojos y estar muy atentos a Jesús. Ya no es el niño que contemplamos en Navidad. Ha crecido y vale la pena escucharle y seguirle.
Tenemos todo el año para ir desgranando estas preguntas. Es necesario que nos tomemos en serio nuestra vida cristiana, porque al final siempre nos pasa lo mismo, que hacemos muchos buenos propósitos pero no nos exigimos realmente nada. Pasa el tiempo y con nos convertimos. Jesús en evangelio nos enseña un estilo de vida, una forma de relacionarnos, una forma de ser y estar en nuestra sociedad. Es bastante significativo que las personas no creyentes, los ateos, los laicistas, etc. hagan tanto ruido y se note su presencia. Nosotros, aún siendo muchos más, estamos aletargados, pasamos desapercibidos, no sed nota nuestra presencia cristiana en la sociedad. Es el momento de ser testigos, de vivir realmente como Dios quiere, hacerle presente. Demostrarle al mundo que ser cristiano es ser feliz, estar alegres, asumir nuestros problemas desde Dios y con su ayuda. Que ser cristiano no es un defecto, que no somos reliquias del pasado. Cristo vive hoy, sigue salvando hoy, sigue en medio de nosotros hoy. Que este año que hemos comenzado nos sirva para santificarnos. Tomás Pajuelo Romero. Párroco.
Tenemos todo el año para ir desgranando estas preguntas. Es necesario que nos tomemos en serio nuestra vida cristiana, porque al final siempre nos pasa lo mismo, que hacemos muchos buenos propósitos pero no nos exigimos realmente nada. Pasa el tiempo y con nos convertimos. Jesús en evangelio nos enseña un estilo de vida, una forma de relacionarnos, una forma de ser y estar en nuestra sociedad. Es bastante significativo que las personas no creyentes, los ateos, los laicistas, etc. hagan tanto ruido y se note su presencia. Nosotros, aún siendo muchos más, estamos aletargados, pasamos desapercibidos, no sed nota nuestra presencia cristiana en la sociedad. Es el momento de ser testigos, de vivir realmente como Dios quiere, hacerle presente. Demostrarle al mundo que ser cristiano es ser feliz, estar alegres, asumir nuestros problemas desde Dios y con su ayuda. Que ser cristiano no es un defecto, que no somos reliquias del pasado. Cristo vive hoy, sigue salvando hoy, sigue en medio de nosotros hoy. Que este año que hemos comenzado nos sirva para santificarnos. Tomás Pajuelo Romero. Párroco.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Desde la afinidad o la discrepancia, pero siempre con respeto, te animamos a participar.
Por unas mínimas bases de hermandad, afecto y consideración, los comentarios anónimos inapropiados serán borrados.