Rogatorias

Buscar...

Categorías

Archivo de noticias

2/1/11

Lo mejor que todos podemos hacer por la familia en estos días es SER FAMILIA

II DOMINGO DE NAVIDAD

Lecturas: Eclesiástico 24,1-2.8-12 // Salmo 147 // Efesios 1,3-6.15-18 // Juan 1,1-18

En el sosiego entre la fiesta de la Navidad y la Epifanía, este domingo nos invita a entrar en el “silencio sereno” que proclama la antífona de entrada de la Eucaristía para dejarnos invadir por el insondable misterio, expresado por el evangelista Juan: “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros y hemos contemplado su gloria”. Palabra “hecha carne” que se manifiesta como el amor cercano, entrañable y solidario de Dios con todos los seres humanos para manifestarnos su rostro, para recorrer con nosotros el camino de la historia que avanza hacia la realización plena del plan amoroso de Dios. Palabra que establece y crea una relación viva y personal con los hombres y mujeres, si estamos dispuestos a acogerla: “a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios”. De la mano de la sabiduría, que aparece en la lectura del Eclesiástico, personificada y cercana a Dios, pero que echó raíces en medio del pueblo, se va preparando en el Antiguo Testamento la revelación que conducirá a la auténtica Sabiduría, a la Palabra definitiva del Padre.

El apóstol Pablo nos invita a releer, con corazón agradecido, la historia de la salvación que Dios Padre nos ha otorgado en Jesucristo: en el Hijo hemos sido bendecidos, agraciados, elegidos para ser santos, hechos hijos adoptivos... En su bella oración por la comunidad de los cristianos de Éfeso, Pablo pide al Padre que les ilumine con el espíritu de sabiduría para comprender el destino final al que han sido llamados, el mismo al que nos llama nuestra vocación y orienta nuestra existencia concreta de creyentes. La sabiduría que el apóstol pide no se basa en conocimientos abstractos o intelectuales, sino en la adquisición de una sensibilidad especial para vivir haciendo experiencia de Dios en la historia humana en la que el Verbo se ha encarnado; sabiduría que cuestionará siempre el intento de la búsqueda de un Dios al margen de la vida. Si Dios nos ha elegido y nos ha hecho hijos ¿podremos rechazar y negar el don de la filiación de Dios a nuestros hermanos y hermanas?, ¿podremos considerar a alguien como extraño?. Si hemos sido llamados a “heredar una bendición” ¿podremos vivir entre nosotros mal-diciendo o apropiándonos de una bendición destinada para todos?

En este domingo la Iglesia española quiere hacernos reflexionar, junto al Papa Benedicto, sobre la importancia de la Familia. La Familia es un Don de Dios para todo cristiano, es la Iglesia doméstica donde todos nosotros hemos sido educados en los rudimentos de nuestra fe. Fueron nuestros padres y padrinos los que, poco a poco, nos fueron explicando con sus sencillas palabras, quién era Cristo, quién es Dios, las primeras oraciones...

La Familia es HOGAR, es acogida, es amor o así debería ser la familia cristiana. Cuando nuestra sociedad está atentando con todos los medios a su alcance contra la Familia y la institución familiar vemos horrorizados como nuestra sociedad pierde valores, pierde fe, pierde criterios que se nos daban antes en nuestas casas y que ahora nadie da. El año 2010 ha sido un año muy duro por culpa de la crisis, de las inundaciones, de los problemas... pero también ha sido un año en el que las familias tradicionales, con valores, las familias que dan todo por los suyos, han demostrado que "la familia" es la tabla de salvación para nuestro mundo. Muchos matrimonios jóvenes que se han quedado en paro, que han perdido sus casas, que se han quedado sin nada, han encontrado refugio en sus padres, en sus hermanos, en su familia. Para unos padres sus hijos son lo más importante y en nuestros días vemos como padres ancianos, pensionistas, se quitan lo poco que tienen para socorrer a sus hijos y nietos en esta situación tan dolorosa de crisis. Si no existiesen los valores familiares y cristianos profundamente arraigados en nuestras familias mayores, esta crisis hubiese tenido muchas más victimas en la calle.

Este es el valor real de la familia, es el seno donde todos nos sentimos acogidos, queridos, seguros, amados.

Echemos un vistazo a las "familias" que está contruyendo nuestra sociedad, a las familias de los derechos, de las "modernidades"... ¿Créeis que si esta crisis se repite dentro de 25 años habrá hogares para volver y ser recogidos? ¿Pensáis que en las familias del tener, del poseer, de lo "mio", de mis libertades... si pasa algo se volcarán en solucionarlo como lo están haciendo nuestras familias con raices cristianas y formación cristiana? Creo que no, es una opinión muy personal, pero donde los valores del sacrificio, de la renuncia por el otro, del arrimar el hombro para que la familia crezca, de la fidelidad, del respeto a los mayores, de la honra a los padres, del amor de hogar, etc. han desaparecido es muy difícil que cuando lleguen los tiempos malos haya acogida y ayuda.

Son muy importantes las instituciones, organismos, movimientos, etc. que dentro de la Iglesia luchan, trabajan y se entregan por el bien de las familias cristianas. Creo que lo mejor que todos podemos hacer por la familia en estos días es SER FAMILIA, es vivir como FAMILIA. Dejarnos un poco de teorias y reivindicaciones y vivir de verdad en nuestras casas siguiendo el modelo de la Sagrada Familia de Nazaret. Que Dios bendiga a todas las familias que formamos esta gran Familia de la Parroquia del Beato Álvaro de Córdoba.

Tomás Pajuelo. Párroco


0 comentarios:

Publicar un comentario

Desde la afinidad o la discrepancia, pero siempre con respeto, te animamos a participar.

Por unas mínimas bases de hermandad, afecto y consideración, los comentarios anónimos inapropiados serán borrados.