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19/4/08

Letanías de la Humildad, del Cardenal Merry del Val

Ayer, en la reunión de Catequesis de Adultos, o más informalmente, de adultos que tratamos de progresar en nuestra Fe y estrechar lazos de cariño y compromiso con nuestra Parroquia, surgió una línea de conversación centrada en la soberbia/humildad. Recordándola, os dejamos estas Letanías de la Humildad que yo particularmente conocí hace poco tiempo, pero que son conocidas por muchos:

Rafael Merry del Val y Zulueta (Londres, 10 de octubre de 1865 - Roma, 26 de febrero de 1930) fue un sacerdote español que llegó a ser cardenal y Secretario de Estado del Vaticano. Son muy conocidas sus Letanías de la Humildad, que tienen para muchas personas una maravillosa capacidad de iluminar, de consolar y de pacificar.

LETANÍAS DE LA HUMILDAD
-Jesús manso y humilde de corazón,
óyeme.
-Del deseo de ser estimado,
líbrame Jesús.
-Del deseo de ser alabado,
líbrame Jesús.
-Del deseo de ser honrado,
líbrame Jesús.
-Del deseo de ser aplaudido,
líbrame Jesús.
-Del deseo de ser preferido a otros,
líbrame Jesús.
-Del deseo de ser consultado,
líbrame Jesús.
-Del deseo de ser aceptado,
líbrame Jesús.
-Del temor de ser humillado,
líbrame Jesús.
-Del temor de ser despreciado,
líbrame Jesús.
-Del temor de ser reprendido,
líbrame Jesús.
-Del temor de ser calumniado,
líbrame Jesús.
-Del temor de ser olvidado,
líbrame Jesús.
-Del temor de ser puesto en ridículo,
líbrame Jesús.
-Del temor de ser injuriado,
líbrame Jesús.
-Del temor de ser juzgado con malicia,
líbrame Jesús.

-Que otros sean más estimados que yo,
Jesús dame la gracia de desearlo.
-Que otros crezcan en la opinión del mundo y yo me eclipse,
Jesús dame la gracia de desearlo.
-Que otros sean alabados y de mí no se haga caso,
Jesús dame la gracia de desearlo.
-Que otros sean empleados en cargos y a mí se me juzgue inútil,
Jesús dame la gracia de desearlo.
-Que otros sean preferidos a mí en todo,
-Que los demás sean más santos que yo con tal que yo sea todo lo santo que pueda,
Jesús dame la gracia de desearlo.

ORACIÓN
Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio. Concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo. Amén.

1 comentario:

  1. Preciosas Letanías. Yo las desconocía.

    Reflejan exactamente lo contrario de lo que desean (deseamos)el común de los mortales.

    Jesús practicó hasta el extremo la humildad y la mansedumbre marcándonos con ello el camino a seguir si de verdad somos seguidores de Jesús y queremos imitarlo. Por lo tanto qué mejor que esas letanías invocando su ayuda para conseguir vencer las tentaciones contra la humildad que nos asaltan tan a menudo y sin que nos demos cuenta.

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