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13/3/11

“No tentarás al Señor, tu Dios”

I DOMINGO DE CUARESMA

Lecturas: Génesis 2, 7-9; 3, 1-7 // Salmo 50 // Romanos 5, 12-19 // Mateo 4 , 1-11

Queridos hermanos y hermanas:

La Tentación de Cristo. Ary Scheffer, 1854El pasado miércoles comenzabamos en la Iglesia Universal el tiempo de Cuaresma. La cuaresma son cuarenta días de preparación de la Semana Santa. Es un tiempo largo, en el que estamos llamados a la conversión, la penitencia y la caridad. Muchas veces en nuestros días se cuestionan estos medios catalogándoles de arcáicos y fuera de lugar en nuestros días. Incluso se piensa que fueron inventados por la Iglesia para fastidiar... La Palabra de Dios que se proclama en este primer domingo nos explica claramente quién es el fundador de los cuarenta días de ayuno y oración, nos deja bien claro por qué es necesario convertir nuestro corazón, y descubrimos el gran regalo de Dios que fue la Redención de nuestras culpas por medio de Jesucristo.

La Primera lectura del libro del Génesis, nos narra mediante el precioso relato de la caida de Adán y Eva, la realidad más profunda del corazón humano: el pecado. Muchos contemporáneos nuestros, ateos y agnósticos, no creyentes y lo que es peor, muchos creyentes, niega y se burlan del relato del Génesis. Lo consideran un "cuentecito" para personas poco formadas. La primera reflexión que se me ocurre es la afirmación del libro del Génesis como Palabra de Dios, tan Palabra de Dios como el Evangelio de San Mateo. La Biblia no contiene libros que NO sean Revelados, inspirados por Dios.

Partiendo de esta realidad de fe, innegable y que no podemos dudar, el relato del Génesis nos pone ante la dura realidad del pecado. Evidentemente el pecado no fue "comer una manzana" porque entonces todos los que comemos manzanas seríamos pecadores irredentos. El Pecado que narra el Génesis es el pecado de Soberbia, porque lo que tento a Adán y Eva fue creer que al comer de aquel árbol tendrían el mismo conocimiento y poder de Dios. Es el gran pecado del hombre, creernos dioses que podemos decidir sobre el futuro de la humanidad y de la creación. Es el gran pecado de la mayoria de nuestra sociedad moderna, haber apartado a Dios de nuestras vidas porque nos creemos autosuficientes, poderosos dioses que pueden gobernar el mundo, y ¡así nos va! El pecado de la soberbia está metido en lo hondo de nuestros corazones, de tal manera que es la raíz de muchos de nuestros pecados, diferencias, discusiones, enfrentamientos... somos heridos en nuestro orgullo y entonces...

Porque el pecado sigue siendo una REALIDAD en nuestras vidas, la Iglesia nos ofrece la oportunidad de reflexionar y valorar la posibilidad de la Conversión durante cuarenta días, CUARESMA. El evangelio de hoy, nos presenta al propio Jesús apartándose cuarenta días al desierto, al silencio, practicando el ayuno y la oración. Todos los que niegan la necesidad del ayuno y la oración, el sacrificio, el silencio, el desierto... en este tiempo de Cuaresma, están negando una práctica del propio Jesucristo. ¡Claro! ¡Es que somos más listos que Él! ¡Mira que hacer ayuno, hacer oración... si eso ya no se lleva! Esta frase la he oido miles de veces, lo peor de todo, incluso de boca de personas creyentes y practicantes. Bueno pues al Evangelio me remito. Cada cual que saque sus consecuencias.

El libro del Génesis nos explica hoy la realidad del pecado en el hombre, el Evangelio nos enseña el porqué de la Cuaresma para reflexionar y convertir nuestras vidas y la Carta del Apóstol S.Pablo a los Romanos, nos muestra el camino de nuestra Salvación: CRISTO. San Pablo nos recuerda que por un hombre entró el pecado, Adán, pero por Dios hecho Hombre, Jesús, entró la Redención, el Perdón, la Salvación.

La Cuaresma no es un tiempo sórdido en el que nos regodeamos en nuestros pecados y en lo malos que somos. La Cuaresma es tiempo de Salvación, es tiempo de hacer verdadero examen de Conciencia para experimentar la necesidad del Perdón. Nos preparamos para vivir la SALVACIÓN. No vivimos para el pecado, vivimos para la Gracia que nos trae Jesucristo. Él quiere que convirtamos nuestras vidas, pidamos perdón y experimentemos la Gracia en nuestros corazones.

Espero que todos aprovechemos este tiempo de cuaresma para reflexionar, para hacer oración, para leer el Evangelio, para hacer una buena confesión. En esta misma página web, está colgado un modelo de examen de conciencia que nos puede ser muy útil para prepararnos una buena confesión.

Dios nos conceda a todos crecer en Santidad, vivir el Triduo Pascual llenos de Gozo y Agradecimiento por la Salvación que Jesús nos da.

Tomás Pajuelo Romero. Párroco.

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