El hecho de que en la mayoría de los casos el Bautismo se reciba en la infancia pone de relieve que se trata de un don de Dios: nadie merece la vida eterna con sus fuerzas. La misericordia de Dios, que borra el pecado y permite vivir en la propia existencia “los mismos sentimientos de Cristo Jesús” (Flp 2, 5) se comunica al hombre gratuitamente.
14/3/11
Reflexiones para la Cuaresma (I): Nadie merece la vida eterna con sus fuerzas
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me encanta la cuaresma tiempo de preparacuin para la pascua
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