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30/11/08

¡Ven Señor Jesús!

Domingo I de Adviento. 30 de noviembre.

Lecturas: Isaías 63, 16b-17.19b;64,2b-7 // Salmo 79 // 1ª Corintios 1, 3-9 // Mateo 13, 33-37

Imagen de la Virgen María embarazada con la mano descansando sobre su vientre y una mirada pensativaEste domingo comienza un año nuevo, en la liturgia católica hoy es el día en el que cambiamos de año. Este año leeremos las lecturas dominicales del ciclo B y empieza con un tiempo de preparación: "El Adviento".

¿Qué es el Adviento? El Adviento es un tiempo en el que la comunidad eclesial es convocada a preparar la Navidad, a crecer en la Esperanza, a acoger con fe la venida continuada de su Señor, de Cristo Jesús.

Es un tiempo hecho sacramento: signo eficaz de la Gracia que Dios comunica a su Iglesia y de la fe con que la comunidad eclesial acoge este don siempre nuevo de Dios. La historia de la salvación se actualiza sacramentalmente. El Adviento es ante todo un tiempo de Gracia, y a la vez constituye como una formación permanente y una profundización de la vida cristiana en sus actitudes fundamentales de fe y esperanza.

Los días del Adviento tienen un color entrañablemente mariano, que luego continuará en la Navidad y la Epifanía, porque María de Nazaret, la Madre de Dios y madre nuestra, estuvo a su lado en todos estos acontecimientos por voluntad divina. La Virgen María es el mejor símbolo de la Iglesia que celebra la venida de Cristo. Ella es la mejor maestra de la espera de Adviento. María es Nuestra Señora del Adviento.

Las lecturas de este domingo nos pone de frente con la realidad del Adviento. El profeta Isaías, en la primera lectura, nos hace preguntarnos ante Dios ¿por qué endurecemos nuestros corazones y nuestras vidas para que no te amemos? ¿Por qué estamos tan apartados de ti? Surge inevitablemente una súplica desgarradora: ¡¡VEN SEÑOR JESÚS!! Ven a nuestras vidas, transfórmanos, cambia nuestro corazón de piedra en corazón de carne.

Cuando tu entras en nuestras vidas, cuando dejamos que habites en nosotros, nos transformas, nos derrites de amor. Tú eres nuestro alfarero y nosotros somos el barro, esta es nuestra actitud en Adviento, ser tu barro para que tu amor nos modele hasta ser como tú quieres que seamos, hasta decir con S. Pablo: "Soy yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mi".

San Pablo en su carta a los Corintios, segunda lectura de hoy, nos recuerda que Cristo es el único que nos puede hacer y mantener firmes en la fe y en nuestra opción fundamental en nuestra vida cristiana. Dios nos llama a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo, Señor nuestro. ¡Y Él es Fiel! Dios nos llama a convertir nuestras vidas en este tiempo de Adviento, pero nos garantiza su presencia en nuestras vidas, el siempre se muestra cercano y es el amigo que nunca falla.

Además de esta apertura a la Gracia el Adviento es un tiempo de vigilancia, no se trata de esperar el nacimiento de Cristo, se trata de hacer todo lo posible por preparar convenientemente todo lo necesario para vivir profundamente esa venida de Cristo. No es un tiempo de espera pasiva es un tiempo de esperanza activa, ilusionante, llena de vida. Cristo nos dice ¡Velad y Orad!

Vivamos este tiempo de Adviento en vela y en profunda oración.


Tomás Pajuelo. Párroco

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