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3/9/11

Mi experiencia de la JMJ (V)

Quiero compartir con todos las experiencias y las vivencias de la JMJ. He de deciros que son muchas y no sé si seré capaz de transmitiros todo lo que hemos vivido.

Todo empezó antes de que llegaran a España los chicos que iban a quedarse en la parroquia. Me pareció un momento precioso el día en que nos presentamos un grupo de personas de la parroquia dispuestas a hacer lo posible para que las salas y toda la parroquia estuviera lo más cómodas posible para los chicos que llegaban. Si viérais la alegría y la ilusión con que se empleó todo el mundo...era admirable. Personas de todas las edades, no creáis. Una señora habitual de misa de diario nos contó que tenía 80 años. ¡Increible! no paró en toda la mañana. Bueno, no me quiero extender mucho pero ya desde entonces la ilusión que tenía porque llegaran era grande, incluso los carteles que hicieron las niñas en casa, que yo lo único que hice fue colorear, porque mi arte es escaso, los hicimos con un ánimo estupendo.

Bueno, sigo. Los días que estuvieron en la parroquia os aseguro que han sido fantásticos. ¡¡¡qué grupo más encantador!!!, los sacerdotes, el Obispo, los chicos, todos agradecidos en todo momento y por cualquier cosa que hacíamos; mirad, yo no hablo nada de francés pero no hacía falta porque cuando es un mismo amor lo que une a las personas nos entendemos perfectamente y eso fue lo que pasó en Beato, las dos parroquias, la de Albi y la de Córdoba, eran una. Todos sabíamos que era una misma fe la que vivíamos y la que experimentábamos y eso nos hacía ser una sola iglesia, no porque seamos realmente así, sino porque también lo sentimos así.

Los días que hemos estado en Madrid también han sido muy intensos en vivencias. Al principio iba con miedo porque eso de dormir en el suelo no lo había experimentado nunca. No he ido nunca de acampada y ;sinceramente, siempre he sido delicada con respecto a los hoteles. Pues nada, ha debido ser cosa del Señor porque nos levantábamos sin una sola molestia, tan contentos. En realidad me ha dado alegría porque ha habido algunos que decían que no teníamos edad para eso y les hemos demostrado que no es así, en fin no tenemos la vitalidad de Juan, el pequeño de Darío y Pilar, pero hemos superado la prueba. Bromas aparte, lo que más me ha emocionado ha sido sentirme parte de una Iglesia que no tiene fronteras, todos sentíamos lo mismo, personas de muchísimas nacionalidades juntos como si perteneciéramos a la misma parroquia, los hemos sentido hermanos, que había entre nosotros un amor invisible que nos unía y nos hacía ser una sola persona, en definitiva vivir una misma fe en nuestro Señor.

Lo de los confesionarios en el Retiro fue precioso, se perdían de la vista de todos los que había, tantas y tantas personas reconciliándose con Dios y pidiendo Su perdón, fue muy emocionante.

Otro momento de esos que no olvidas fue durante la Vigilia en Cuatro Vientos, después de la primera tormenta, la Exposición del Santísimo; estábamos empapados, con frío, a pesar del calor sofocante de la tarde, y el recogimiento de ese momento tan especial, tantas personas en adoración, a mí se me hizo demasiado corto, me hubiera gustado estar más tiempo pero las circunstancias no lo permitieron.

No quiero extenderme más porque os va a resultar pesado pero es que después de unos días te vienen a la cabeza tantas cosas...los voluntarios senior a los que se refería Pilar...en fin que ha sido un regalo de Dios esta experiencia.

Estamos dispuestos a ir a Brasil dentro de dos años, quien se anima??

Elena

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