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12/4/10

El desorden consagrado por la legislación

Aquéllos que, para excusar los desórdenes de nuestro tiempo, buscan en el pasado ejemplos de desorden, olvidan que entonces existía en las costumbres o en la administración, y que, en nuestros días, está en las leyes, y que jamás hay desorden (verdaderamente duradero) que temer más que el que está consagrado por la legislación. La vergüenza de nuestro tiempo es que el mal ha sido codificado e incluso se ha llevado a la práctica con método y regularidad.
Louis de Bonald, católico francés, político, filósofo, escritor y publicista,
ya avisa de lo anterior en los años posteriores a la Revolución Francesa.

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