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7/6/08

El grupo de catequesis de adultos en el triduo a Jesús Sacramentado

Aunque este pasado viernes no hubo reunión de Catequesis de Adultos propiamente dicha, bastantes integrantes del grupo hemos coincidido en el templo porque la Parroquia celebra esta semana la fiesta a Jesús Sacramentado con un tríduo dedicado a su honor, que irá seguido con su salida procesional el domingo por las calles de nuestra feligresía. Esta es una excelente ocasión para manifestar publicamente, nuestro amor al Amor, y en algo contrarrestar la increencia de esta nueva sociedad que quiere desarrollarse expulsando a Dios, ofreciéndonos la aconfesionalidad por un descarnado laicismo que es en realidad una lucha contra la trascendencia del ser humano.

Adornemos pues, aunque sea modestamente alguna ventana o algún balcón, porque va a pasar El Señor. Pidamos que pase, entre en casa y se siente. Que se quede y nos llene con el bendito gozo de su presencia. Que nos impregne con el bálsamo de su misericordia. Que nos fortalezca con la esperanza en su amor. Aprovechemos la ocasión para recomendarle a alguien; quizas a alguna familia que ha olvidado y ha dejado de rezarle o ha perdido la ilusión ante alguna prueba. No perdamos la ocasión: ES EL SEÑOR el que pasa.

A continuación os resumo para esta ocasión el precioso milagro Eucarístico de Lanciano.

Historia del Milagro Eucarístico de Lanciano

El milagro ocurrió en el año 700, hace más de 1300 años. Un Monje de la Orden de S. Basilio, sabio en las cosas del mundo, pero no en las cosas de la fe, pasaba un tiempo de prueba contra la fe. Dudaba de la presencia real de Nuestro Señor Jesús en la Eucaristía. Oraba constantemente para librarse de esas dudas por miedo de perder su vocación. Sufría día tras día la duda. ¿Está Jesús realmente y, substancialmente presente en la Eucaristía?. Dudaba sobre el misterio de la transubstanciación.

Su sacerdocio se convirtió en una rutina y se destruía poco a poco. Especialmente la celebración de la Santa Misa se convirtió en una rutina mas, un trabajo mas.

La situación en el mundo no le ayudaba a fortalecer su fe. Había muchas herejías surgiendo durante esta época. Sacerdotes y obispos eran víctimas de esas herejías, las cuales estaban infestando a la Iglesia por todas partes. Algunas de estas herejías negaban la presencia real de nuestro Señor en la Eucaristía.

El sacerdote no podía levantarse de esta oscuridad que envolvía su corazón. Cada vez estaba mas convencido, por la lógica humana, de esas herejías.

Una mañana del año 700, mientras celebraba la Santa Misa, el sacerdote estaba siendo atacado fuertemente por la duda y después de haber pronunciado las solemnes palabras de la consagración, vio como la Santa Hostia se convirtió en un círculo de carne y el vino en sangre visible. Estaba ante un fenómeno sobrenatural visible, que lo hizo temblar y comenzó a llorar incontrolablemente de gozo y agradecimiento.

Estuvo parado por un largo rato, de espaldas a los fieles, como era la misa en ese tiempo. Después se volvió despacio hacia ellas, diciéndoles: ¡Oh afortunados testigos a quién el Santísimo Dios, para destruir mi falta de fe, ha querido revelárseles El mismo en este Bendito Sacramento y hacerse visible ante nuestros ojos. Vengan, hermanos y maravíllense ante nuestro Dios tan cerca de nosotros. Contemplen la Carne y la Sangre de Nuestro Amado Cristo!.

Las personas se apresuraron para ir al altar y, al presenciar el milagro, empezaron a clamar, pidiendo perdón y misericordia. Otras empezaron a darse golpes de pecho, confesando sus pecados, declarándose indignos de presenciar tal milagro.

Otros se arrodillaban en señal de respeto y gratitud por el regalo que el Señor les había concedido. Todos contaban la historia por toda la ciudad y por todos los pueblos circunvecinos.

La carne se mantuvo intacta, pero la sangre se dividió en el cáliz, en 5 partículas de diferentes tamaños y formas irregulares. Los monjes decidieron pesar las partículas y descubren fenómenos particulares sobre el peso de cada una de ellas.

La Hostia y las cinco partículas fueron colocadas en un relicario de marfil y se puede admirar desde 1713, en Lanciano, una pequeña ciudad medieval, que se encuentra en la costa del Mar Adriático de Italia, en la carretera entre San Giovanni Rotondo y Loreto.

Os recomiendo que consultéis la siguiente dirección para saber más de este milagro: http://www.corazones.org/sacramentos/eucaristia/milagro_lanciano_ciencia.htm
http://www.corazones.org/lugares/italia/lanciano/a_lanciano.htm

Rafael C. Alonso

5 comentarios:

  1. Gracias de verdad y una vez más, Rafael, por compartir con nosotros de una forma tan honda religiosamente, la reunión del pasado viernes y el milagro de Lanciano, que yo personalmente desconocía.

    Cuando he accedido al último de los enlaces que propones, he visto que los análisis químicos de la sangre de ese milagro la identifican como del tipo AB y por curiosidad he ido a ver de qué tipo es la sangre de la sábana santa de Turín: Sorprendentemente es también AB.

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  2. Impresionante. Tampoco yo conocía este milagro eucarístico. Y yo me pregunto: Ante el hecho de que una hostia se haya convertido en carne humana (demostrado científicamente) y ésta se mantenga incorruptible durante más de 1.300 años ¿Qué argumentos pueden esgrimir aquellos que no creen en la Eucaristía?

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  3. @Manolo:

    Quizá que no se puede probar que el cáliz no fue manipulado previamente, por ejemplo.

    Respecto de la incorruptibilidad debo decir que es algo que nunca he estudiado, así que ahí me pillas :) Sólo sé que a veces se alegan técnicas de embalsamamiento para casos parecidos a este.

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  4. @ Emilio

    No sé a qué tipo de "manipulación del cáliz" puedes referirte.

    En cuanto al embalsamamiento, en uno de los enlaces aportados por Rafael en el que se aporta el Estudio Histológico, antes de las conclusiones pone literalmente: "no se relevaron sustancias momificantes, las cuales eran empleadas para conservar los tejidos."

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  5. @Manolo:

    Ya sabes que hasta que no sepa más de estas cosas no tendré una opinión firme, por tanto, hacía de abogado del diablo. En esa línea, aporto sólo líneas de reflexión:

    Lo de la manipulación es que es muy posible que no se pueda probar que antes del milagro el cáliz no tuviera más que vino, y si ya se había producido la transubstanciación, la sangre de nuestro Señor, pero en el vino. Lo mismo para la patena, el pan de la forma y la carne posterior.

    Lo de la ausencia de sustancias momificantes no es definitivo, la incorruptibilidad de los tejidos vivos se puede adquirir, creo, de diversas formas sin aditivos químicos, por ejemplo situando el tejido en un lugar seco, frío y sin luz.

    Pero en el fondo, repito, es algo sobre lo que no tengo apenas conocimientos y por ello, mi opinión no debería apenas considerarse.

    Y más en el fondo, yo personalmente no creo, como ya sabes, por estas cosas y diría que estas cosas no me ayudan a ello (a mí, en particular, a otras personas puede que sí y no me parece mal en absoluto). Yo creo porque, como tú, tengo la certeza en lo más profundo, de que Dios ama y acompaña al hombre desde el principio, y porque he visto señales -signos- de ello en demasiados momentos de mi vida, buenos y malos, o así lo he interpretado desde la Fe. Y teniendo Fe, gracias a Dios, no me hacen falta pruebas.

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