A continuación se muestran las cuentas de la Parroquia, correspondientes al ejercicio 2009:
Con sincera humildad y dejando claro que estas notas son sólo apreciaciones mías particulares, me gustaría compartir la siguiente reflexión que comenzaba con esta pregunta que me he hecho ¿cuál es el principal motivo para hacer pública esta información?
Me gustaría evitar eufemismos como solidarizarnos con los que tienen menos, unirnos en una causa común y conceptos parecidos que, siendo buenos por sí mismos, no recogen la idea que está de fondo en la reflexión que me planteo y -repito, humildemente- comparto con quien se acerque a este texto. Se trata de dar dinero, esa es la palabra y esa es la cuestión; y no sólo el que nos sobra. El asunto es muy sencillo (de entender, no de hacer) y lo planteo desglosado en esta serie de preguntas:
Tengo claro, por la fe, que si aumentamos el dinero que damos, con ello acercamos más el Reino de Cristo, y no sólo para toda la humanidad, sino para nosotros mismos, porque el Señor nos ha asegurado que los que renunciemos a todo por Él recibiremos el ciento por uno. (Marcos 10, 28-31)
Es bueno hacer la salvedad de que la conciencia de cada cual ha de dictar hasta dónde puede y debe responsablemente compartir, pero sin olvidar pasajes del Evangelio, de la Palabra en definitiva, cuando Jesús nos conmina a confiar en la Providencia Divina. (cf. Mateo 6, 25-34)
Lanzo por tanto un grito para sacudir nuestras comodidades y comprometernos con la parroquia mediante estas cuentas corrientes: CAJASUR 2024 0197 90 3000000818; BBVA 0182 5909 13 0201501721. Toda ayuda recibida será informada específicamente en esta web, así como el uso que, para el bien, se hace de ella.
Dicho esto, solo queda pedir sinceras disculpas si estas reflexiones -quizá un tanto categóricas- han podido ofender o molestar a alguien, ofrecer los comentarios de esta entrada para aclarar algún detalle de las cuentas por las que alguien pueda sentir interés, proponer nuevas acciones con las que el dinero que vayamos a entregar pueda ayudar a los demás y dejar que Dios sea quien mueva los corazones porque no se puede aspirar a eso, sino a intentar humildemente cumplir la voluntad de nuestro creador, que es amarnos los unos a los otros como Jesús nos amó, y a Dios por encima de todo.
1/3/10
Cuentas de la Parroquia año 2009
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