Rogatorias

Buscar...

Categorías

Archivo de noticias

27/4/10

Recibir la comunión en la mano

Por su interés formativo reproducimos a continuación (resumido) un capítulo del libro GESTOS Y SÍMBOLOS, de José Aldazabal Larrañaga, director que fue, hasta su muerte, del Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona. En él se explica el porqué de la comunión en la mano y como hacerlo correctamente, así como la historia, teología y espiritualidad de esta praxis en la Iglesia. (Recomendamos leer aquí el texto íntegro que resumimos a continuación)

RECIBIR LA COMUNIÓN EN LA MANO

La mano como un trono

Durante varios siglos la comunidad cristiana mantuvo con naturalidad la costumbre de recibir el Pan eucarístico en la mano. Hay testimonios numerosos de diversas zonas de la Iglesia[...]

El más famoso de estos testimonios es el documento de san Cirilo de Jerusalén, en el siglo IV, que en sus Catequesis sobre la Eucaristía nos describe cómo se acercaban los cristianos a la comunión: "cuando te acerques a recibir el Cuerpo del Señor, no te acerques con las palmas de las manos extendidas ni con los dedos separados, sino haciendo de tu mano izquierda como un trono para tu derecha, donde se sentará el Rey. Con la cavidad de la mano recibe el Cuerpo de Cristo y responde Amén..." [...]

El cambio a la boca

Poco a poco, y por diversas razones, cambió la sensibilidad del pueblo cristiano respecto al modo de comulgar. El paso a recibir el Cuerpo del Señor en la boca no se hizo por decreto ni uniformemente.[...]

Varios concilios regionales del siglo IX ya establecían como normativo que los laicos no podían tocar con sus manos el Cuerpo del Señor: así el de Paris (829), Córdoba (839), Rouen (878), etc. En Roma la nueva modalidad de la comunión en la boca entró hacia el siglo X (Ordo Romanus X, del año 915).[...]

Recuperación de la práctica antigua

Con ocasión de la reforma litúrgica conciliar fue creciendo el deseo de que los fieles pudieran recibir la comunión en la mano, restaurando así la vieja costumbre.

Desde Roma se hizo a fines de 1968 una consulta al Episcopado de todo el mundo, que dió como resultado que más del tercio del mismo veía la posibilidad con buenos ojos. Ante la falta de unanimidad—los otros dos tercios preferían seguir con la comunión en la boca—apareció en 1969 la Instrucción "Memoriale Domini", donde, manteniendo la vigencia de la comunión en la boca, se establecía el camino a seguir: en aquellas regiones en que el Episcopado lo juzgue conveniente por más de dos tercios de sus votos, se podrá dejar a los fieles la libertad de recibir la comunión en la mano, salvando siempre la dignidad del sacramento y la oportuna catequesis del cambio.[...]

Motivos de una preferencia

Los dos modos de recibir el Cuerpo del Señor tienen sentido, y los dos pueden expresar igualmente nuestra comprensión y nuestro respeto al misterio eucarístico. Son varios, sin embargo, los motivos que han llevado a muchos a preferir la comunión recibida en la mano:

* parece un modo más natural de realizar el rito; es más normal depositar lo que se ofrece en la mano que en la boca;

*es más delicado y más respetuoso con la persona que va a comulgar, que así tiene también una intervención más activa en la comunión: la recibe del ministro eclesial, pero a la vez es él que "se comulga" a sí mismo; recibirla en la boca expresa bien que "recibimos" la Eucaristía por mediación de la Iglesia, pero hace menos transparente nuestra intervención activa en el rito;

* es más fácil el diálogo que acompaña al gesto: "Cuerpo de Cristo", "Amén": no se dice mientras se tiene que abrir la boca, sino mientras se recibe en la mano;

* expresa más claramente la dignidad del cristiano laico: por el Bautismo todos formamos parte del pueblo sacerdotal, todos somos hijos y hermanos en la familia de la Iglesia; esta modalidad "debe aumentar en él el sentido de su dignidad de miembro del Cuerpo Místico de Cristo, en el cual está insertado por el Bautismo y por la gracia de la Eucaristía, y acrecentar también su fe en la gran realidad del Cuerpo y de la Sangre del Señor, que él toca con sus manos"(carta anexa a la instrucción "Memoriale Domini").

El sentido de una mano extendida que recibe

Nuestras manos tienen evidentemente una gran fuerza expresiva. En muchas ocasiones se convierten en nuestro lenguaje más elocuente, junto con la mirada. Manos como signo de actividad, de trabajo, de fraternidad. Manos consagradas de sacerdote. Manos que se lavan antes de la Eucaristia como signo de purificación interior. Manos que se elevan, vacías hacia el cielo en gesto de oración. Manos que ofrecen o que reciben. Todo ello nos habla de unas manos que se convierten en un retrato simbólico de las actitudes interiores. Alguien ha dicho que la mano es la inteligencia hecha carne.

Acudir a la comunión con la mano abierta quiere representar plásticamente una actitud de humildad, de espera, de pobreza, de disponibilidad, de acogida, de confianza. Ante Dios, nuestra postura es la del que pide y recibe confiadamente. Y la comunión del Cuerpo de Cristo es el mejor Don gratuito que recibimos a través del ministerio de la Iglesia.

Esa mano tendida habla claramente de nuestra fe y de nuestra postura interior de comunión.

Las dos manos abiertas y activas: la izquierda, recibiendo, y la derecha apoyando primero a la izquierda, y luego tomando personalmente el Cuerpo del Señor: dos manos que pueden ser signos elocuentes de un respeto, de una acogida, de un "altar personal" que formamos agradecidos al Señor que se nos da como alimento salvador.

No "coger", sino "recibir"

El decidirse por la mano o por la boca a la hora de comulgar no tiene excesiva transcendencia. Ambas maneras pueden ser respetuosas y expresivas. Pero hay un aspecto que sí vale la pena subrayar: no es lo mismo "coger" la comunión con la mano que "recibirla" del ministro. El recibir los dones de la Eucaristía, el Cuerpo y Sangre de Cristo, de manos del ministro (el presidente o sus ayudantes) expresa mucho mejor la mediación de la Iglesia. Los sacramentos no los cogemos nosotros, sino los recibimos de y por y en la Iglesia. La comunión no debe convertirse en un "self-service", sino una celebración expresiva no sólo del sentido personal del don sino también de su dimensión comunitaria.

Parece que durante siglos, tanto en Oriente como en Occidente, la norma no fue que ni los mismos ministros concelebrantes "cogieran" la comunión con sus manos, sino que la recibieran del celebrante principal.[...]

Otras observaciones prácticas

El gesto es libre. Una vez que el Episcopado ha decidido, es el fiel el que opta por un modo u otro de comulgar, no el ministro el que lo impone ni en un sentido ni en otro según su gusto o preferencia [...]

El modo más expresivo es el de extender la mano izquierda, bien abierta, haciéndole con la derecha, también extendida, "como un trono", como decía san Cirilo, para luego con la derecha tomar el Pan y comulgar allí mismo, antes de volver a su lugar. No se "coge" el Pan ofrecido con los dedos—a modo de pinzas—sino que el ministro lo deposita dignamente en la palma abierta de la mano. No se coge: se acoge. La derecha extendida en caso de ser zurdo.

Naturalmente que cuando se va a recibir el Vino por "intinción", mojando en él el Pan, no cabe dar en la mano el Pan ya mojado: o se da en la boca, o es el mismo fiel el que moja en el cáliz el Pan que ha recibido.

Hay que dar su importancia al diálogo: el ministro que distribuye la Eucaristía muestra el Pan o el Vino al fiel, dice "Cuerpo de Cristo", o "Sangre de Cristo", y espera la respuesta del "Amén" para entregar pausadamente la comunión.

José Aldazabal

3 comentarios:

  1. ¿si es tan buena la comunión en la mano porque Benedicto XVI no la distribuye de esa manera (http://www.corazones.org/sacramentos/eucaristia/pastoral/comunion_boca-mano.htm)?
    ¿si es tan legítima la comunión en la mano porque el Vaticano todavía no la autorizó dandole peyorativamente un estado jurídico de "dispensa a la ley universal"?
    ¿Quién tiene razón sobre la legitimidad de la comunión en la mano? ¿Benedicto XVI o los sacerdotes que la permiten?
    Por último, si en un lugar no está permitida la práctica de la comunión en la mano entonces, dicha práctica es un sacrilegio...pero si en otro el Obispo la permite, entonces, ahí si está permitida...jeje...menos mal que no existe el relativismo moral en la Iglesia Católca eh...

    ResponderEliminar
  2. Estimado damian, de la misma forma que el Santo Padre pone un crucifijo delante de sí mismo y en el altar mientras celebra, cuando la norma sólo dispone que haya uno en el presbiterio, si no recuerdo mal, igualmente estima oportuno distribuir la Sagrada Comunión en la boca: porque le parece bien hacerlo así. Y en esto se atiene a lo que manda la Santa Madre Iglesia, que da la libertad de elegir. Pero eso no obliga a que todo presbítero lo haga de la misma forma.

    Usted considera peyorativa una dispensa, pero eso es sólo su opinión. La razón sobre la legitimidad de una forma u otra de comunión la tiene la Iglesia, ni el Papa (salvo que siente cátedra en ese aspecto) ni lógicamente usted o cualquier otra persona. Y la Iglesia está asistida por el Espíritu Santo, ya lo sabe. Si se duda de eso, vano es discutir sobre cómo comulgar.

    Por último, en ningún lugar es un sacrilegio la comunión en la mano, pero es una obvia falta de humildad -en esta o cualquier otra situación- hacer lo que uno quiere cuando es costumbre del lugar hacer otra cosa y ambas son permitidas por la Iglesia.

    Para terminar, le diré que no encontrará aquí un lugar donde hablar de dispensas peyorativamente, hacer juicios personales a raíz de las disposiciones de ningún obispo ni de relativismo moral desde la acitud que lamentablemente muestran sus palabras. Aquí amamos a la Iglesia y a sus hijos a pesar de los pecados de sus hijos, nuestros pecados. Y por cierto, comulgo en la boca.

    Un saludo fraterno, damian

    ResponderEliminar
  3. El rito ordinario según el Ordinario del Misal Romano es en la boca o en la mano. Ambos son considerados rito ordinario de la comunión. El fiel cristiano, con respeto y veneración a Cristo Eucaristía, puede recibir la counión con ambos ritos. El Código c. 927. La Sagrada Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino, el 3 marzo de 1985 publico las directrices para la comunion en la mano. Creo que está bien claro en el magisterio de la Iglesia el tema. En cuanto a las devociones particulares del Papa, los Obispos, Párrocos...que les guste más un rito u otro, es perfectamente legítimo pero no son ley. La norma de la Santa Madre Iglesia está bien definida en los textos oficiales que he citado antes. Tomás Pajuelo Romero. Párroco.

    ResponderEliminar

Desde la afinidad o la discrepancia, pero siempre con respeto, te animamos a participar.

Por unas mínimas bases de hermandad, afecto y consideración, los comentarios anónimos inapropiados serán borrados.