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10/1/10

«Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto»

BAUTISMO DEL SEÑOR

Lecturas: Isaías 42, 1-4. 6-7 // Salmo 98 // Hechos 10, 34-38 // Lucas 3,15-16.21-22

Queridos hermanos y hermanas en el Señor:

Bautismo de Jesús. Navarrete. 1567Este domingo celebramos la fiesta del Bautismo del Señor. Con esta fiesta concluimos el tiempo de Navidad; es una fiesta muy importante porque después de la Epifanía el Bautismo del Señor es el momento del comienzo de la vida pública de Cristo. Como podemos comprobar son muy pocos los datos que tenemos de la infancia de Jesús. El Evangelio nos habla de los acontecimientos más importante de su infancia, los que hemos celebrado en estos días, y rápidamente pasa a narrar lo esencial: su predicación, su anuncio de la Buena Noticia.

El bautismo de Cristo es el comienzo de su vida pública, Jesús se acerca al Jordán para que Juan Bautista, que había sido la voz que en el desierto había proclamado y preparado la venida de Cristo. Jesús instituye el sacramento del bautismo dándole un sentido nuevo. Juan Bautista bautizaba pidiendo la conversión y el abandono de la vida de pecado. Jesús con el bautismo perdona el pecado original, nos llena con su Gracia y nos constituye miembros de su Cuerpo y herederos de su Gloria. Nos constituye hermanos suyos y entre nosotros. El bautismo es la obra de Salvación hecha realidad en cada uno de nosotros.

Esta fiesta tiene además una gran importancia para nosotros, en ella celebramos la manifestación única e irrepetible en todo el evangelio, de la SANTÍSIMA TRINIDAD. Sí, en el relato del evangelio de hoy podemos escuchar como nuestro Dios es uno y trino. Es el Gran Misterio de nuestra fe Católica, creemos en un único Dios que es a la vez Padre, Hijo y Espíritu Santo. En el relato de hoy comprobamos como la Santísima Trinidad se manifestó en el Bautismo de Cristo para que tomásemos conciencia que la obra redentora no es sólo obra de Cristo, es obra del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El relato nos explica como cuando Jesús (el Hijo) se bautiza, se oye una voz del cielo (el Padre) que dijo este es mi hijo, el predilecto y descendió sobre Él el Espíritu Santo en forma de paloma. Es impresionante comprobar como los que estaban allí presente pudieron ver a Dios Plenamente, a Dios Padre que habló, a Dios Hijo que se bautizaba y a Dios Espíritu Santo que ungía a Cristo.

Por este texto y algunos otros podemos afirmar a la Santísima Trinidad. Es la realidad más misteriosa de nuestra fe pero a la vez la más genuina y particular. En cada uno de los bautismos que celebramos y en él que cada uno de nosotros hemos recibido también se ha hecho presente Dios Padre que nos elige, nos perdona, nos unge y fortalece con su fuerza, Dios Espíritu Santo que nos transforma y purifica en el agua bautismal y Dios Hijo Jesucristo que nos consagra con el CRISMA de la Salvación. Nos consagra y nos constituye templos del Espíritu Santo y de Su Gracia para siempre. Es una pena que no tengamos plena conciencia de nuestro bautismo, porque es el momento esencial de nuestra vida cristiana, es el que nos hace "cristos" en nuestro mundo, nos hace miembros vivos de su Cuerpo.

Somos hermanos entre nosotros por el bautismo. Creo que no llegamos a entender y vivir plenamente lo que supone tal Gracia en nuestra vida. Mirad, por el Sacramento del Matrimonio nuestros padres fueron constituidos como una Familia. Familia a la que estamos unidos para siempre. De la misma manera por un sacramento, el Bautismo, somos constituidos familia de los Hijos de Dios, con la misma exigencia, importancia y valor que la familiar carnal, que nació también de un sacramento. Si tomásemos conciencia de esa grandeza y viviéramos como verdaderos hermanos este mundo sería la Gloria. De la misma manera que hacemos lo que sea por nuestros hermanos de sangre para que sean felices, lo haríamos con nuestros hermanos de fe.

Que el Señor Jesús nos ayude a valorar y vivir cada día nuestro bautismo.

Que Dios os bendiga. Que os conceda a todos un feliz y próspero año 2010.

Tomás Pajuelo. Párroco

1 comentario:

  1. Querido padre,desde que Dios te puso en nuestro camino(toda una bendición),en el cursillo de cristiandad número 973, seguimos tus homilias desde este medio.Solo darte las gracias por tus palabras que tanto nos ayudan a diario y que tanto ensanchan los corazones de los cristianos.
    Recemos a María, Madre de Dios y Madre nuestra para que todos nos sintamos hermanos bautizados.
    Desde Lora del Río recibes todo el cariño de Pedro Pablo y de Paqui.
    Dios te bendiga.

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