Rogatorias

Buscar...

Categorías

Archivo de noticias

5/8/08

Los pobres y las riquezas del Vaticano

No hace falta que defendáis al pobre con discursos. Si todo el mundo está de acuerdo en eso. No, no perdáis el tiempo. Al pobre hay que defenderlo en el mundo real. Mientras que al Vaticano de galerías de mármol y fuentes renacentistas hay que defenderlo en el mundo de la teoría, porque en el mundo real ya se defiende muy bien a sí mismo.
José Antonio Fortea Cucurull (Barbastro, España, 1968),
sacerdote y teólogo,
opinando en su blog en una serie de artículos sobre la estética vaticana.

Este es un fragmento de un interesante, breve y aclaratorio artículo de Fortea que merece mucho la pena leer ya que de forma sencilla desmonta el tópico de las riquezas del Vaticano.

4 comentarios:

  1. En relación con este tema hace poco leí un artículo de un sacerdote en el que contaba cómo un sacerdote "progre", conocido suyo, párroco de un pequeño pueblecito de Bolivia, para aliviar la pobreza de sus vecinos vendió la iglesia parroquial con todas sus pertenencias a unos norteamericanos y repartió entre los lugareños el importe de la venta.

    Al cabo de los años los vecinos del pueblo siguen en la misma pobreza y además para poder visitar la iglesia donde se bautizaron, se casaron, despidieron a sus difuntos, etc y las imágenes de su devoción, a las que por mucho tiempo rezaron, deben pagar el importe de la entrada del museo en que han convertido la iglesia. Además las piezas de mayor valor artístico ni aún pagando las pueden ver puesto que están en un museo privado de los Estados Unidos.

    ResponderEliminar
  2. He leido el artículo y creo que como siempre cae en la manida demagogia de vender el Vaticano etc...
    Sobre este asunto algunas aclaraciones:
    1.- En la ecnciclica "Solicitudo Rei Socilais" el Papa Juan Pablo II, recoge una tradición de las normas de la Iglesia que en casos de verdadera necesidad y siendo la unica y real solucion se enejenen bienes de la iglesia para dicha necesidad. De lo contario no podemos dilapidar la herencia recibida de 2000 años de historia que el comentario publicado por Manolo explica tan graficamente.
    2.- Todo, todo, lo que se saca por la visita a los monumentos, museos y demás dependencias vaticanas se destina integramente a las obras misionales pontificias. Es decir se saca un rendimiento real a esas edificaciones para que llegue al tercer mundo. Si las vendemos nos quedamos sin el Vaticano y sin los ingresos que genera para las misiones.
    3.- Toda esa gente que trabaja en misiones tiene ahí una fuente de ingresos que le hace desarrollar proyectos que se complementan con los igresos de las colectas y donativos para el tercer mundo.
    Creo que no podemos caer en la ridicula y fácil demagogia, que hay que conocer el tema y que normalmente cada CATEDRAL, PARROQUIA O IGLESIA monumental son verdaderos centros de culto, de evangelización y de caridad.

    ResponderEliminar
  3. Estimado anónimo, estoy muy de acuerdo en que es necesario no caer en la demagogia que aludes, y para ello lo básico es estar (in)formado. De hecho, esta entrada es un primer paso sencillo hacia ello, por lo que, en esa línea, te agradezco mucho tu aportación ya que desconocía que esa tradición había sido recordada por Juan Pablo II en la encíclica que citas.

    Pero me sorprende cuando aludes a que el artículo cae en la demagogia. ¿el de Fortea, el nuestro, ambos? Te ruego que me aclares tu opinión.

    ResponderEliminar
  4. Emilio, el articulo de aclaración es mio, soy Tomás. Me referia que es demagógico el aludir siempre al recurso fácil del Vaticano. Un abrazo

    ResponderEliminar

Desde la afinidad o la discrepancia, pero siempre con respeto, te animamos a participar.

Por unas mínimas bases de hermandad, afecto y consideración, los comentarios anónimos inapropiados serán borrados.