«Id por todo el mundo y predicad el Evangelio»

Ascensión del Señor

Lecturas: Hechos 1, 1-11 // Salmo 47 // Efesios 1, 17-23 // Marcos 16, 15-20

Este domingo celebramos la solemnidad de la Ascensión de Jesús al Cielo. Las lecturas de hoy son textos concretos que narran el momento en el que Cristo, después de varios encuentros con sus discípulos, de muchos momentos en los que multitud de personas pudieron contemplarle resucitado y vencedor de la muerte, asciende al cielo.

El Evangelio de Marcos, que escuchamos hoy, nos presenta la escena partiendo primero de unas palabras del propio Jesús que les apremia y manda a los Apóstoles: "Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda criatura". Es el mandato misionero del Señor, si vivir la fe en Cristo es para cada uno de nosotros un gozo y una gran alegría, no podemos quedárnosla para nosotros solos, debemos proclamarla a toda la creación. Debemos hacer que cada día más y más personas puedan vivir la Gracia de la Salvación.

Los apóstoles tomaron en serio esas palabras del Señor y gracias a su predicación la Iglesia se extiende hoy por todos los continentes, somos más de 1.200 millones de Católicos, de toda raza y cultura, que profesamos la fe en Cristo Resucitado. Ellos cumplieron el mandato de transmitir la fe pero hoy me pregunto ¿nosotros nos tomamos en serio nuestra obligación de proclamar el Evangelio? Ellos sufrieron persecuciones, martirios, cárceles, sufrimientos. No tenían los medios que tenemos nosotros ahora para proclamar la fe y a pesar de todo eso consiguieron que la fe en Cristo Jesús se extendiera por todo el mundo. Nosotros tenemos libertad de expresión, de culto, de asociación, contamos con todos los medios tecnicos a nuestro alcance para proclamar el Evangelio, y comprobamos con pena como nuestra Europa, nuestro pais, nuestra ciudad se va DESCRISTIANIZANDO. ¿Qué nos pasa?, ¿qué testimonio damos?, ¿vivimos la alegría de la fe?, ¿contagiamos la alegría de Jesús?

El mandato sigue vivo, es para nosotros en la actualidad, más que nunca nuestro mundo europeo necesita la Salvación de Cristo. Es tarea ardúa y complicada pero no estamos solos, Jesús nos ha prometido la ayuda del Espíritu Santo, por eso en está semana debemos suplicar al Señor para que el próximo Domingo, solemnidad de PENTECOSTÉS, preparemos, abramos y supliquemos la venida de el Espíritu Santo a nuestras vidas.

El Señor asciende hoy entre aclamaciones al Cielo, pero no nos abandona. Ya no está con nosotros en su humanidad pero está de otro modo distinto: en su presencia en los sacramentos, en especial en la Eucaristia. Jesús sigue con nosotros, vive con nosotros, sufre con nosotros, se alegra con nosotros. Hasta que un día también nosotros seamos asumidos por él para participar de su Gloria Eterna.

Que nuestra oración hoy sea: "ENVÍANOS SEÑOR TU ESPÍRITU, QUE RENUEVE NUESTROS CORAZONES"

Tomás Pajuelo. Párroco