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20/5/09

Necesidad de orar: María Madre de Dios

Imagen de María besando al niño Jesús en sus brazos. Obra titulada 'Besando la cara de Dios', de Morgan WeistlingLa Virgen María, la Madre de Dios, es uno de los pilares fundamentales de nuestro sentimiento religioso. María es Madre de Jesús, Madre de Dios, y Madre de todos nosotros, ya que es el mismo Jesús quien así lo proclama (Jn 19, 25-27).

La madre que sufre por nosotros cuando sufrimos, que vela nuestra enfermedad y nos reconforta, la que nos acompaña en nuestras dificultades. Es la Madre que intercede por nosotros como vemos en la boda de Cana de Galilea: “Jesús no tienen vino” y a continuación: “haced lo que Él os diga”.

Todo eso es María, nuestra Madre, que da su amor sin esperar nada a cambio. Es el cálido regazo en el que nos acoge, es la personificación del amor y del sacrificio. María es el reflejo de todas las virtudes que nos acercan a Dios. Como señaló el Papa en el encuentro de Madrid con los jóvenes “María es el camino para llegar a Jesús”.

María vive atenta a la voluntad de Jesús y tiene en cuenta cada una de sus palabras: “Guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón” (Lc 2, 19). Los recuerdos de Jesús, impresos en su alma, la han acompañado en todo momento, llevándola a recorrer con el pensamiento los distintos episodios de su vida junto a Jesús. Han sido aquellos recuerdos los que han constituido, en cierto sentido, el 'rosario' que Ella ha recitado constantemente en los días de su vida terrenal.

El Rosario, precisamente a partir de la experiencia de María, es una oración marcadamente contemplativa. Sin esta dimensión, se desnaturaliza como subrayó Pablo VI: “Sin contemplación, el Rosario es un cuerpo sin alma y su rezo corre el peligro de convertirse en mecánica repetición de formulas y de contradecir la advertencia de Jesús: “Cuando oréis no seáis charlatanes como los paganos, que creen ser escuchados por su locuacidad...”

El Rosario aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en la cristología. En la sobriedad de sus misterios, concentra la profundidad de todo el mensaje evangélico. Con él el pueblo cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor.
(¹).

Además de orar contemplando los misterios de cada parte del Rosario, podemos orar también con los textos siguientes: Lucas 1, 26-38 (Anunciación); Lucas 1, 39-45 (Visitación); Lucas 1, 46-56 (Magnificat); Lucas 2, 1-7 (Natividad); Mateo 1, 13-15; Juan 19, 25-27.

(¹) Carta Apostólica ROSARIUM VIRGINIS MARIAE de Juan Pablo II

2 comentarios:

  1. Hola, Qué tal? Quería preguntaros si sabéis quién pintó esa imagen tan bonita de la Virgen con el Niño que aparece en la web. Tengo un amigo que lo quiere saber y me encantaría tener ese detalle con él.

    MUCHAS, MUCHAS GRACIAS

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  2. El cuadro se llama "Besando la cara de Dios". Su autor es Morgan Weistling. En verdad es una imagen preciosa.

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