Rogatorias

Buscar...

Categorías

Archivo de noticias

17/5/09

«Yo os he llamado amigos»

VI Domingo de Pascua

Lecturas: Hechos 10, 25-26.34-35.44-48 // Salmo 98 // 1 Juan 4, 7-10 // Juan 15, 9-17

Ilustración que muestra a Jesús hablando a sus discípulosVuelve la Palabra de Dios en este domingo a insistir en el Amor. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios, nos ha dicho San Juan; el amor es el signo identificativo del cristiano, es el emblema llevado por muchos cristianos a lo largo de la historia. Es la presencia real del Resucitado en nuestras vidas, amando damos testimonio de Cristo.

Ese amor no es el amor de querernos como hacemos a nivel humano, es un amor que nace de Dios, que brota en primer lugar de Dios y en nosotros rebota haciendo felices, queriendo a los que nos rodean. Es muy importante vivir y pedir este amor, captar este movimiento descediente del amor: Amor de Dios, conocimiento de Dios, Dios que nos ama y nosotros que experimentamos ese amor de Dios en nuestros corazones inevitablemente debemos amar a los hermanos. Es imprescindible vivir el Amor de Dios, cultivar el amor de Dios para después ser testigos en el mundo. Si en nuestras vidas el amor a Dios es un rescoldo que queda limitado a nuestra media hora de misa dominical, es muy difícil que luego podamos amar a nuestros hermanos.

Es urgente recuperar la vivencia del Amor de Dios en nuestras vidas. Estoy seguro, tengo muy claro, que nuestra falta de amor en el mundo y en nuestras vidas de cada día, es pr causa de nuestra falta de experiencia de amor de Dios. En nuestro mundo se ha olvidado a Dios, se ha apartado de la vida corriente. Y lo peor es que los crisitanos también lo hemos apartado. Somos tan ingenuos de decir que rezar, orar, vivir los sacramentos, profundizar en nuestra fe, contemplar el amor de Dios, etc... eso es cosa del pasado, que ahora lo importante es amar al hermano, dejarse de piedades y ser más fraterno. ¡Que ilusos somos! La realidad es que ni rezamos, ni oramos, ni vivimos los sacramentos pero tampoco somos coherentes en el amor. No amamos más a los hermanos.

Es evidente que si no nos sentimos amados por Dios, si la fe se nos ha vuelto monotona y rutinaria bajo una ley de mínimo esfuerzo, no podemos después llevar a los hermanos ese amor. Si yo no me empapo de inglés dificilmente voy a enseñar inglés a mis hermanos. Si yo no vivo la intimidad de la oración con Cristo y vivo ese amor ardiente en mi corazón dificilmente lo llevaré a mis hermanos. Pensad por un momento en los crisitanos de otro tiempo: oraban, rezaban cada día en casa, practicaban los sacramentos, en su vida era totalmente natural la vida de fe, la vida de relación con Dios. Gracias a esto había también más generosidad, más pobreza, pero más ayuda de unos con los otros. Lo poco que se tenía se compartía.
Los grandes Santos, que oraban intensamente, que vivian coherentemente. Oración profunda, vida de Sacramentos más vida de piedad da como resultado el amor a los hermanos. Vida fria en la oración, sin sacramentos más vida disipada en el mundo da como resultado la incoherencia de vida y la falta de testimonio del Amor de Dios.

Dios nos ha llamado, nos ha convocado como amigos: "Ya no os llamo siervos, a vosotros os llamo amigos".¡Es impresionante! AMIGOS de Jesús y para Jesús. Cultivemos esa amistad, crezcamos en nuestra amistad con Cristo y descubriremos que amaremos a los que nos rodean. Esto os mando: ¡Que os améis!, con estas palabras termina el evangelio de este domingo, por favor hagamos caso al Señor.

Tomás Pajuelo. Párroco

0 comentarios:

Publicar un comentario

Desde la afinidad o la discrepancia, pero siempre con respeto, te animamos a participar.

Por unas mínimas bases de hermandad, afecto y consideración, los comentarios anónimos inapropiados serán borrados.