Este miercoles, interrumpimos el tiempo ordinario, para dar inicio al tiempo litúrgico de la cuaresma.
La cuaresma son los cuarenta días anteriores a los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Durante el tiempo de la cuaresma, todos los cristianos estamos invitados a convertirnos mediante las prácticas penitenciales de la oración, del ayuno y de la limosna. La fuente evangélica de estas actitudes son el eco de las palabras de Jesús en el llamado Sermón de la Montaña: "Cuando hagáis limosna..., cuando oréis...,cuando ayunéis" (Mt 6,2.5.16). En la cuaresma las obras ascéticas y penitenciales deben ser signo de participación en el misterio de Cristo, que hizo penitencia por nosotros ayunando en el desierto. Los textos de la liturgia de estos días van a ser nuestro guía para vivir la Santa Cuaresma.
La cuaresma son los cuarenta días anteriores a los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Durante el tiempo de la cuaresma, todos los cristianos estamos invitados a convertirnos mediante las prácticas penitenciales de la oración, del ayuno y de la limosna. La fuente evangélica de estas actitudes son el eco de las palabras de Jesús en el llamado Sermón de la Montaña: "Cuando hagáis limosna..., cuando oréis...,cuando ayunéis" (Mt 6,2.5.16). En la cuaresma las obras ascéticas y penitenciales deben ser signo de participación en el misterio de Cristo, que hizo penitencia por nosotros ayunando en el desierto. Los textos de la liturgia de estos días van a ser nuestro guía para vivir la Santa Cuaresma.
Estos días de la cuaresma son tiempo de una especial actividad espiritual. Pensemos a tiempo cómo queremos vivirla. Conviene prever algún espacio para la oración diaria, pensar en un día o unos días de retiro, escoger alguna lectura que nos ayude a vivir la fe más intensamente. Necesitamos hacer un examen de conciencia y prepararnos para celebrar el sacramento de la penitencia, de forma personal y detenida, con el fin de recibir el don de una verdadera renovación espiritual. Y para que no se quede todo en nosotros, hay que pensar también en una obra de misericordia, en un servicio eclesial o social, como visitar enfermos, perdonar ofensas y purificar nuestro corazón; dedicar algún tiempo a las necesidades de la Iglesia, privarnos de algo para hacer una buena limosna.
Desde ahora hay que comenzar a preparar el encuentro con el Señor resucitado en la gran vigilia y gran fiesta de la Pascua. «He aqui que hago nuevas todas las cosas». Preparemos desde ahora la renovación de nuestro corazón y nuestra vida. Se nos recomienda para este tiempo a una participación más intensa y más fructuosa en la liturgia cuaresmal y en las celebraciones penitenciales. Se recomienda la lectura asidua de la Palabra de Dios y de los ejercicios piadosos como el Vía Crucis. La cuaresma es un tiempo favorable, es el tiempo de la salvación.
Os remito también a la carta semanal de nuestro administrador apostólico para tener la explicación profunda las practicas cuaresmales que debemos cultivar durante este tiempo.
Desde ahora hay que comenzar a preparar el encuentro con el Señor resucitado en la gran vigilia y gran fiesta de la Pascua. «He aqui que hago nuevas todas las cosas». Preparemos desde ahora la renovación de nuestro corazón y nuestra vida. Se nos recomienda para este tiempo a una participación más intensa y más fructuosa en la liturgia cuaresmal y en las celebraciones penitenciales. Se recomienda la lectura asidua de la Palabra de Dios y de los ejercicios piadosos como el Vía Crucis. La cuaresma es un tiempo favorable, es el tiempo de la salvación.
Os remito también a la carta semanal de nuestro administrador apostólico para tener la explicación profunda las practicas cuaresmales que debemos cultivar durante este tiempo.
Emiliano Nguema. Vicario parroquial
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