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13/2/09

A propósito de la muerte de Eluana Englaro

Primer plano de EluanaMucho se ha hablado y escrito estos últimos días sobre la muerte de la chica italiana Eluana Englaro. Si una cosa ha quedado clara ha sido que desde muchos ámbitos se ha llevado a cabo una utilización del lenguaje bastante sesgada, cuando no burda manipulación, con el fin de crear confusión y buscar una cobertura moral a este tipo de "asesinatos". Por ello, creemos adecuado aclarar determinados aspectos de este caso así como determinadas expresiones utilizadas con cierta profusión por los defensores de la "cultura de la muerte".

Mediáticamente se ha presentado como “dejar morir tranquilamente” lo que en realidad ha sido “matar” directamente. Veamos por qué.

Eluana respiraba por sí sola y su corazón ha estado latiendo de forma autónoma.

No se trataba de una paciente terminal ya que no existía riesgo de muerte. Era una enferma en estado vegetativo persistente, que está definido como una enfermedad crónica, de larga evolución.

Lo único que necesitaba Eluana era alimentarse e hidratarse (en ningún caso necesitaba tratamiento médico alguno) lo que es una medida de mantenimiento básica para cualquier persona, sana, enferma, discapacitada, tetrapléjica... que por el motivo que sea no puede hacerlo por sus propios medios. Por lo tanto no se puede hablar de obstinación ni de ensañamiento terapéutico ya que no se ha estado manteniendo artificialmente y desproporcionadamente a esta persona. Se le ha estado dando agua, alimento e higiene, que son las primeras obras de misericordia.

Tampoco se puede hablar de muerte digna ya que muerte digna es la posibilidad de que, cuando le llega a una persona el momento natural de la muerte, la pueda recibir en las mejores condiciones posibles: rodeada de sus familiares y con un buen soporte sanitario.

Por último hay que señalar que no decidió ella misma, sino que un tercero es quien decide que se acabe con su vida.

Son conceptos que conviene tener claros ya que, desgraciadamente, la eutanasia con todo su neo-lenguaje asociado está al caer en España y, probablemente, camuflada bajo una verborrea con apariencia de buenismo, se dará cobertura legal a verdaderos asesinatos.

4 comentarios:

  1. Recemos por su alma, así como por la de todas las personas que no han sabido, podido o querido actuar desde el amor que Dios nos pide. Por quienes han manipulado la información para tergiversar la realidad, por quienes pueden sentirse confundidos o escandalizados por esa manipulación, por quienes se lucran de ello, por quienes obtienen influencia para sus grupos de presión, por todos ellos. Y por nosotros, para que defendamos firmemente el derecho a la vida, que es de Dios.

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  2. Nunca tendremos la disponibilidad de la vida de un semejante, pues aunque la llamemos "nuestra", la vida no es nuestra, nos la han encomendado y su verdadero dueño es Dios. Nosotros solo somos meros administradores, buenos o malos administradores de ella, pero al fín y al cabo administradores y tendremos que rendir cuenta de ella. No se le puede quitar a su dueño lo que le pertenece. El administrador no puede robarle al dueño lo que es suyo. Dios es el dios y señor de la vida, y es el dios de los débiles y de los violentados.
    Por otro lado la eutanasia es injusta pues va dirigida siempre al más débil, precisamente al que más hay que proteger. Los que justifican la eutanasia se amparan en la compasión, sin saber que compasión literalmente significa "padecer con" padecer y sentir con el que sufre, sin embargo compasión no es eliminación. Hay otros motivos; creen que los ancianos, enfermos o impedidos ya no son dignos de vivir, son improductivos, consumen cuidados y recursos médicos, molestan, etc. y no llegan a comprender el valor trascendental del dolor asociado a la Cruz de Cristo como valiosísima prenda de redención para toda la humanidad.
    El hombre no puede caer más bajo cuando permite la muerte de un inocente.
    En definitiva, la eutanasia es un síntoma y una consecuencia de una sociedad sin Dios.

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  3. Pilar, qué duro y qué hermoso testimonio el que comparte esa familia. Los dos últimos párrafos me han emocionado. Muchas gracias por referirlo.

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  4. Pilar: También a mí me ha gustado mucho el testimonio de esa familia que adora a su hija. ¡Qué grande es el Señor cuando das la vida por las personas que más necesitan de nosotros! Esa hija ve "la presencia del Señor" en su propia familia, siendo querida por todos los que la rodean.
    Un feligrés de la Parroquia del Beato.

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