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26/10/08

El mandamiento principal y el segundo

Domingo XXX del tiempo ordinario, 26 de octubre.

Lecturas: Éxodo 22, 20-26 // Salmo 17 // 1ª Tesalonicenses 1, 5c-10 // Mateo 22, 34-40

Este domingo, un grupo de feligreses de la Parroquia está peregrinando en Lourdes. Celebramos el 150 aniversario de las apariciones de la Virgen de Lourdes y por este motivo peregrinamos para vivir la cercania de la Virgen Santísima.

Las lecturas de hoy nos siguen espoleando en el corazón para que tomemos conciencia de que realmente somos hermanos, que formamos parte de una única familia que debe, tiene que quererse. Ante la pregunta capciosa de los fariseos ¿Cuál es el mandamiento principal de la ley? Jesús responde: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser" y el segundo:"Amarás a tu prójimo como a ti mismo".

Si somos sinceros, esta formulación tan generica nos hace tener la sensación de que amamos al prójimo porque amamos a un grupo cercano de personas. Pero la Palabra de Dios que escuchamos este domingo, nos explica especialmente en la primera lectura, la forma concreta de amar al prójimo: no explotarás al extranjero, no te aprovecharás del necesitado...

Casi por sí sólo, salén multitud de ejemplos diarios de como se incumple este mandamiento: pensemos en la cantidad de inmigrantes que son contratados en condiciones infrahumanas, aprovechándose de su ilegalidad, o que se contratan con sueldos irrisorios y con jornadas infinitas, aprovechando que necesitan el dinero y que no tienen papeles. Es necesario que nos demos cuenta que lo que nos dice la Palabra de Dios en este domingo en la Lectura del Éxodo no se refiere a algo que pasaba hace 3000 años, es algo que ocurre hoy, en nuestros días. Es necesario que demos testimonio de una vida cristiana de amor al prójimo, de justicia, de respeto al hermano, sea de donde sea.

Es fundamental que en nuestros días los cristianos demos un claro ejemplo de integridad, de respeto a los hermanos, de cumplimiento de las leyes. En definitiva, de un testimonio de Honradez y Verdad.

Si así viviésemos, el mundo no tendría más remedio que respetarnos, de valorar nuestra fe, con nuestra coherencia de vida. Sabemos que es muy difícil, que nos cuesta a todos mucho, que luchamos interiormente por vivir así. El hecho que sea complicado no nos exime del intentarlo, tenemos que asumir que es nuestra obligación como bautizados, cumplir con estos dos mandamientos de amor a Dios y al prójimo. Contamos con la ayuda de Dios, el nos ha prometido su ayuda si nos esforzamos verdaderamente en vivir cristianamente. El nos ayudará con su Gracia, con sus sacramentos.

Al participar cada domingo en la Eucaristía nos sentimos fortalecidos por el propio Cristo, el nos llena de su Cuerpo y su Sangre para que llenándonos de El podamos llevarle a los demás. Podamos vivir amándonos de verdad. Hermanos seamos humildes y pidamos hoy a Dios, con sincero corazón, que nos de entrañas de misericordia, para que vivamos el mandamiento del amor. Que nos creamos de verdad en nuestro interior que somos hermanos por el bautismo e hijos de un mismo Padre.

Tomás Pajuelo. Párroco.

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