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17/10/08

Catequesis de Primera Comunión (2º curso) - IV

Tras la introducción de la semana anterior de los sacramentos dedicamos esta sesión a profundizar sobre los mismos. Repasamos uno a uno los siete sacramentos, haciendo hincapié en el momento de nuestra vida en que los recibimos y explicando cuál es su significado y efectos.

En el nacimiento y crecimiento: el Bautismo, la Confirmación, la Eucaristía.

Les explicamos que el Bautismo es nuestro nacimiento en la Iglesia de Cristo y tal como recoge literalmente el catecismo, a partir de ese momento podemos llamarnos cristianos:
¿Quién es cristiano?
- Es cristiano quien cree en Jesús y ha recibido el Bautismo.
¿Cómo nacemos a la vida cristiana?
- Nacemos a la vida cristiana, por el don de la fe y del Bautismo, en la Iglesia.

Posteriomente en la Confirmación, cuando somos adultos, confirmamos la profesión de Fe que nuestros padres y padrinos hicieron por nosotros siendo niños. Además, al igual que los apóstoles el día de Pentecostés recibimos al Espíritu Santo que nos fortalece y nos guiará en nuestra vida como cristiano.

Relacionando con nuestra vida cotidiana, les enseñamos que al igual que necesitamos del alimento para vivir y crecer, nuestra alma también necesita de un alimento especial que nos ayuda a ser buenos cristianos y nos une a todos como hermanos. Este alimento no es otro que el propio Cristo que se nos entrega en forma de pan (y vino) en el sacramento de la Eucaristía.

Si bien es cierto que en todos los sacramentos nuestro Señor esta presente de una forma u otra (les recordamos cómo el sacerdote habla en primera persona, p.ej.“Tomad y comed este es MI cuerpo”), en el sacramento de la Eucaristía esta presencia es especialmente patente: lo que parece pan y vino es el Cuerpo y la Sangre del Señor.

En la curación: la Reconciliación, la Unción de Enfermos.

Siguiendo con el símil de nuestra vida cotidiana, les recordamos a los niños cómo a veces nuestra salud se resiente y debemos acudir al médico o tomar alguna medicina. Cuando pecamos nuestra vida espiritual también se resiente y debemos acudir al sacramento de la Reconciliación donde se nos perdonan nuestras faltas y volvemos a comenzar (siete veces y setenta veces siete...).

En este punto un niño plantea una interesante cuestión: el caso de un hombre muy ‘malo’ que haya robado, matado,... y esté en la cárcel... ¿También a este hombre le perdonaría Dios? Les explicamos que el perdón en la confesión no va a venir condicionado por la gravedad de la falta sino por la sinceridad del arrepentimiento y el propósito de enmienda. Como ejemplo les contamos la historia de San Pablo y San Agustín de Hipona, que antes de su conversión cometieron graves faltas y fueron perdonados, y son un ejemplo a seguir para todos nosotros.

En la Unción de Enfermos, también recibimos ayuda para la sanación de nuestro cuerpo (les recordamos a cuantos enfermos sanó Jesús y los Apóstoles) o la preparación necesaria para el viaje a la casa del Padre.

En la ‘misión’: el Orden sacerdotal y el Matrimonio

En este punto de la explicación de los sacramentos les hablamos sobre lo que es la ‘vocación’. Esa llamada de Dios que cada uno recibimos encomendándonos una misión particular: para algunos esa vocación/llamada será hacia el matrimonio cristiano, a fundar una familia y educar y transmitir nuestra Fe a sus hijos; para otros esa llamada podrá ser al sacerdocio; para otros hacia una orden religiosa, hacia las misiones,...

En el caso concreto del matrimonio y el sacerdocio, a través de los sacramentos del Matrimonio y el Orden Sacerdotal recibimos la gracia que nos ayudará a realizar fielmente nuestra misión a la que hemos sido llamados.

Para finalizar, antes de rezar como todos los días, les explicamos a los niños que hay diferentes formas de orar: oración vocal, oración mental,... Orar o rezar no es más que ponernos en presencia de Dios y comunicarnos con Él. La oración vocal en la que estamos insistiendo este curso nos permite unir nuestra oración en comunidad para dirigirnos al Padre, a la Virgen María,... Como ejemplo intentamos rezar todos a la vez, diciendo cada uno lo que quisiera en voz alta y comprobamos que nos resulta imposible rezar así. De ahí la importancia de conocer las oraciones básicas de un cristiano.

1 comentario:

  1. No me pierdo uno, Darío. Este último ha tenido momentos muy especiales. Muchas gracias.

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