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11/1/09

Bautismo del Señor

Vidriera en la que se representa el Bautismo de CristoLecturas: Isaías 42, 1-4. 6-7 // Salmo 28 // Hechos de los apóstoles 10, 34-38 // Marcos 1, 7-11

Concluímos hoy el tiempo de Navidad con la fiesta del bautismo del Señor. Hemos reflexionado estos días sobre el nacimiento de Cristo, su infancia, su vida en Nazaret, etc. Hoy vemos ya a Jesús en el comienzo de su predicación. Ha crecido, tiene ya 30 años y con este acontecimiento del bautismo en el Jordán comienza su vida pública.

La fiesta del bautismo del Señor es la Teofanía más clara e impresionante que aparece en la Biblia. En el texto de los evangelios se describe de una manera clara, precisa y común. En el día que Jesús es bautizado se produce la manifestación en el mundo de la Gloriosa, Inmarcesible y Eterna Trinidad. Fijaos en el texto: Jesús, segunda persona de la Santísima Trinidad, encarnado, hecho hombre y presente en el mundo siendo bautizado por Juan. La voz del cielo que dice: "este es mi Hijo, el predilecto". La presencia real de Dios Padre, su voz que se oye en el mundo en ese momento. Dios Padre Eterno y Creador también presente en el mundo en ese momento. Y el texto nos continúa diciendo: "descendió sobre Él el Espiritu Santo, en forma de paloma", El Espiritu Santo manifestado ese día en el mundo. ¿Os dáis cuenta? Dios Padre, Hijo y Espiritu Santo se manifestó realmente y totalmente en el mundo en el día del bautismo del Señor. La Santísima Trinidad presente realmente en el mundo en este día. Es el momento más culminante de la Historia de la humanidad, Dios Uno y Trino, siendo objeto de nuestra contemplación. Se puede ver plenamente la gloriosa divinidad de nuestra fe. Cuando uno oye los argumentos de la propaganda atea que niega la existencia de Dios, y lee este texto en el que se nos describe la presencia real de la Santísima Trinidad en aquel día concreto, en Palestina, en el Jordán. Uno se queda maravillado de la cerrazón de corazón de tanta gente.

Es obvio que todos los creyentes hemos experimentados la presencia real en nuestra vidas de Dios. Todos hemos vivido en un momento de oración, en un retiro, en una Eucaristía o en cualquier otro instante de nuestra vida la presencia real de Dios. No podemos explicarlo con palabras, como cuando intentamos describir el amor a un ser querido, "no hay palabras"; pero eso no significa que no lo vivamos, que no lo sintamos, que no lo experimentamos. Para nosotros es una realidad clara que nadie puede negar que la vivimos, que sentimos a ese Dios personal y amoroso que nos quiere tanto. Además contemplar el Misterio de la Santísima Trinidad en el mundo en esta fiesta nos refuerza nuestra vida de fe, nos reafirma nuestra fe en Dios Salvador.

Queridos hermanos, vivamos agradecidos nuestra fe, nuestra vida de amor entrañable y gozoso con Dios. Reafirmemos nuestra fe. Nuestra entrega a Dios. Ante la indiferencia, el ateismo, la negación de Dios nosotros vivamos alegres la fe. Vivamos gozosos nuestra entrega a Dios. Queremos manifestar nuestra fe haciendo patente que se puede vivir feliz, disfrutando, alegres y esperanzados teniendo Fe en Dios.

A nosotros se nos pide hoy que Dios siga siendo realidad en la vida de nuestro mundo, que nuestra vida creyente sea una manifestación de la Salvación, de la presencia de Dios en nuestro mundo. Que Dios sea visible por nuestra vivencia gozosa de nuestra fe, de nuestra caridad, de nuestro amor fraterno.


Tomás Pajuelo. Párroco

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