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27/1/09

Catequesis sobre la Santa Misa (1ª parte)

Imagen en la que aparece el Papa Benedicto 16 consagrando en el altar

La Santa Misa es el acto más importante de nuestra Santa Religión, porque es la renovación y perpetuación del sacrificio de Cristo en la cruz. En la Misa se reactualiza el sacrificio que de su propia vida hizo Jesucristo a su Eterno Padre en el calvario, para que por sus méritos infinitos nos perdone a los hombres los pecados y así podamos entrar en el cielo.

El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Misa son un único sacrificio. Por eso la misa es el acto más grande, más sublime y más santo que se celebra cada día en la tierra. La única diferencia entre el sacrificio de la misa y el de la cruz está en el modo de ofrecerse: en la cruz fue cruento, es decir, con derramiento de sangre y en la misa es incruento, es decir, sin derramiento de sangre, bajo las apariencias de pan y vino. Los sacrificios de la última Cena, el de la Cruz y el del altar son idénticos.

La Santa misa se celebra por cuatro fines:
  1. Para adorar a Dios dignamente.
  2. Para satisfacer nuestros pecados y de todos los cristianos vivos y muertos.
  3. Para dar gracias a Dios por los beneficios que nos hace, conocidos y desconocidos de nosotros.
  4. Para pedir nuevos favores del alma y cuerpo, espirituales y materiales, sociales y personales.

PARTES DE LA SANTA MISA

La Misa tiene dos partes: la liturgia de la palabra y la liturgia eucarística.

La Liturgia de la Palabra. Comprende el rito de entrada, las lecturas de la Sagrada Escritura y hasta la oración de los fieles. Es muy importante poner atención a la Palabra de Dios y escuchar lo que el Señor nos enseña.

La Liturgia Eucarística. Empieza con la presentación de las ofrendas, la plegaria eucarística, la consagración, el rito de la comunión y el rito de despedida. Es la parte central de la Santa Misa, donde el Señor se hace presente en cuerpo, alma y divinidad.
(continuará...)

Emiliano Nguema. Vicario parroquial

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