Rogatorias

Buscar...

Categorías

Archivo de noticias

25/1/09

Conversión de San Pablo

Domingo III del Tiempo Ordinario

Lecturas: Jonás 31-5.10 // Salmo 24 // 1 Corintios 7, 29-31 // Marcos 1, 14-20

Imagen de San Pablo en un fresco de la Basílica de San Pablo Extramuros en Roma

Este domingo, celebramos la conversión de San Pablo. Sabéis que este año la Iglesia universal está unida en la celebración del 2000 aniversario del nacimiento de S. Pablo. Este aniversario es muy importante, es contemplar la figura del mayor evangelizador de la historia de la Iglesia y del hombre que se encontró con Jesús y le cambió la vida.

Pablo era judío, educado en la escuela rabínica de Gamaliel, era fariseo y un gran judío. Vivió siempre entregado a cumplir los mandamientos, la ley y las tradiciones judías. La implicación de S. Pablo en su fe era inmensa, vivía para Dios y tan convencido estaba que cuando los primeros cristianos comenzaron a predicar la muerte y resurrección de Cristo, cuando la Iglesia fue creciendo y Pablo veía aterrorizado el crecimiento de las comunidades cristianas, se ofreció voluntario al sanedrín para arrestar y condenar a los cristianos. Su ardor era tal que los cristianos pronto conocieron y temieron a Pablo. Su nombre era temido, estaba asociado a muerte y cárcel.

Pablo fue siempre un hombre coherente hasta las últimas consecuencias, cuando judío, hasta perseguir a los cristianos y cuando cristiano hasta morir por Cristo.

Camino de Damasco, donde iba a encarcelar a los cristianos, Cristo se le aparece en una gran luz y le pregunta “Pablo, ¿por qué me persigues?” Pablo queda desconcertado y obedece a Jesús, entra en Damasco y el Señor le pone como guía y maestro a Ananias. Pablo escucha a Jesús que le envía a ponerse en manos de la iglesia de Damasco, la misma que Pablo quería destruir, y en su presbítero Ananías, Cristo se hace catequesis para Pablo.

Que pasaje tan impresionante, tan simbólico; en el desconcierto de su vida Pablo se ve guiado por la Iglesia. Ananías le enseña, le explica quién es Jesús, que ha entregado su vida por nuestros pecados y que ha resucitado para vencer nuestra muerte y ganarnos la vida eterna.

Pablo es prototipo del converso, es la persona que ha encontrado en su vida a Jesús y que ha decidido seguirle con todas las consecuencias. Y Cristo está con él hasta su entrega final en Roma. Lo eligió para predicar a los Gentiles, a los paganos. Escribió, inspirado por el Espíritu Santo, las cartas del Nuevo Testamento. Cartas en las que Pablo nos muestra la profundidad de su entrega a Cristo y su profundidad en la vida evangélica.

Queridos hermanos y hermanas, mirar hoy a Pablo, es descubrir que es posible cambiar nuestras vidas. Él pasó de perseguidor a perseguido. Pasó de ser el mayor anticristiano a morir por Cristo. Nuestra vida pasada puede ser redimida por Cristo, el no tiene en cuenta lo pasado, le interesa lo que hagamos desde ahora en adelante. Si decidimos ponernos manos a la obra, siguiendo el ejemplo de Pablo, y entregarnos a la vida en Dios él nos ayudará, nos pondrá los medios para poder hacerlo y nos perdonará todos los pecados cometidos hasta ahora.

Este veranos oímos en todas las cadenas de televisión ¡¡ PODEMOS !!, refiriéndose a la selección; aquellos jóvenes jugadores se llenaron de ilusión, del ímpetu de todo un país y realmente pudieron, fueron campeones.

Yo os digo hoy: con la gracia de Dios, ¡¡ PODEMOS !! Podemos ser santos, podemos ser mejores, podemos imitar a Cristo, podemos ser apóstoles, podemos ser cristianos de verdad en nuestro mundo. Aprendamos de Pablo, nada hay imposible para Dios y no te olvides: ¡¡ PODEMOS !!

Tomás Pajuelo. Párroco


Otras entradas relacionadas con la temática de esta homilía:

2 comentarios:

  1. Pensamos que los sermones de D. Emiliano son un poco bruscos, así como su acogida a los niños de catequesis

    ResponderEliminar
  2. Miguel, como administrador de esta web, en primer lugar, te doy las gracias por tu participación.

    En segundo lugar quisiera indicarte a ti, y a todas aquellas personas que formulen comentarios, que la finalidad de éstos es la reflexión o análisis de lo expuesto en el artículo correspondiente. Queda patente que tu comentario nada tiene que ver con la conversión de San Pablo. Confío en que en tus próximos comentarios te adecuarás a esta norma.

    Para expresar opiniones o comentarios que no encuentren acomodo en ninguno de los artículos publicados ofrecemos la posibilidad del correo electrónico, tanto particular a cada uno de nuestros sacerdotes como general de la parroquia en el que nosotros trasladamos a los sacerdotes aquello que sea de su incumbencia.

    Por último, y ya no como administrador, sino como hermano en la fe en Jesucristo, decirte que imagino que habrás seguido la enseñanza de Jesús que nos dice: "Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. (Mt.18, 15-17)", y que no habrás ido directamente al último paso saltándote los dos anteriores.

    Saludos.

    ResponderEliminar

Desde la afinidad o la discrepancia, pero siempre con respeto, te animamos a participar.

Por unas mínimas bases de hermandad, afecto y consideración, los comentarios anónimos inapropiados serán borrados.